NORWEGIAN, VÍCTIMA DE DESINFORMADORES

Antes de decir nada, y en previsión de los mensajes y comentarios que suelen llegar hasta nosotros cuando publicamos este tipo de artículos, recomendaríamos una vez más echar un vistazo previo a todo lo que hemos escrito en su momento sobre esta compañía aérea, así como al apartado «Conoce Turama-¿Quiénes somos?» de nuestra página web.

No es especialmente complicado llegar a la conclusión de que hemos sido especialmente duros y críticos con Norwegian, pero también es cierto que siempre nos hemos abstenido de lanzar datos a la red que no estaban debidamente contrastados, a diferencia de lo que han hecho muchos otros que sí han tratado a los noruegos con muchísima más delicadeza.

Así como otras aerolíneas, a las que también hemos criticado ferozmente, siempre nos han atendido de manera exquisita cuando hemos contactado personalmente con ellas, incluso felicitándonos por nuestro trabajo aunque este consista precisamente en sacar sus trapos sucios al aire, Norwegian, a día de hoy, siempre nos ha negado cualquier tipo de contacto.

Como conocemos el sector en el que nos movemos, aunque muchos no nos conozcan a nosotros, no tenemos nunca en cuenta quién nos da mejor trato, o quién nos da peor trato, a la hora de escribir un artículo más o menos crítico. Intentamos mantenernos en un nivel bastante arriesgado y peligroso, ya que no todo el mundo sabe aceptar comentarios positivos o negativos y algunas aerolíneas siguen todavía aplicando aquello que dice «estás conmigo, o estás contra mí…».

Dicho esto, creemos que ha llegado el momento de aclarar ciertas informaciones que nos parecen que están rozando el escándalo auténtico, y que salen a la luz fruto de la equidistancia que pretenden mantener algunos medios, muchísimo más antiguos y reconocidos que el nuestro, ante las compañías aéreas.

Norwegian en el centro de la desinformación

Cualquiera puede entrar en las páginas web de nuestro país que hablan diariamente de turismo y más en concreto sobre aerolíneas, y comprobar las informaciones que se han publicado relativas a Norwegian desde el año pasado, o incluso desde los 3 últimos meses.

Parece que a algunos profesionales no les importa que su feed de información indique un Lunes que Norwegian ha subido en bolsa, el Martes que está a punto de cerrar, el Miércoles que afronta una grave crisis, el Jueves que ha crecido en número de pasajeros, y el Viernes que se cae en bolsa.

No es ni medio normal aglutinar este tipo de información y contenido, completamente inconexo y contradictorio en la mayoría de los casos, y quedarse tan contentos.

Esto es fruto del intento de mantener un «buenísmo» aparente con las compañías aéreas, y limitarse en todo momento a transcribir las informaciones que saltan sin pararse a pensar un minuto sobre si pueden contener datos interesados, es decir, contenido que pueda que interese a un tercero que el público general se lo trague como cierto.

De esta manera, evitando siempre tomar decisiones y postularse en un sentido o en otro, estos grupos de desinformadores pasan directamente a sus seguidores las informaciones que reciben de cada aerolínea, pero para no quedar mal con el resto, también transcriben literalmente las que les llegan de la competencia, con lo que al final se produce un batiburrillo de artículos que un día dicen que Norwegian se val al tacho inexorablemente (información que viene de Ryanair, entre otras) y al día siguiente que se van a comer el mundo (información que viene de Norwegian, evidentemente).

Nosotros mismos transcribimos las palabras del CEO de Ryanair, Michael O´Leary, en su día cuando dijo que a Norwegian le quedaban 3 meses de vida, aunque también matizamos que si bien esta persona era gran conocedora del sector aéreo y partícipe indiscutible del éxito de Ryanair, precisamente se caracterizaba por sus mentiras y engaños constantes, por lo que todo lo que salía de su boca había que cogerlo con pinzas.

De hecho, el propio O´Leary antes de cargar tan duramente contra Norwegian, había intentado llegar a un acuerdo con la aerolínea noruega para servirle como «alimentadora» de pasajeros, tal y como hizo posteriormente con la española AirEuropa.

Norwegian optó por alejarse del todo poderoso magnate irlandés y prefirió tratar directamente con EasyJet, razón por la cual este emprendió su especial campaña contra los noruegos, que luego se vió aumentada cuando muchos pilotos de Ryanair decidieron irse de la aerolínea  para fichar por Norwegian.

El arriesgado plan de Norwegian

El plan de desarrollo y crecimiento de Norwegian es el más grande y ambicioso que ha habido nunca en la historia de la aviación civil europea.

Nunca antes una aerolínea se había propuesto imponerse a todas sus competidoras luchando mano a mano con ellas dentro de sus propios países, sin ser ni siquiera Noruega un territorio de la Unión Europea.

El éxito de esta lowcost de vuelos de largo alcance se basa en ofertar unas tarifas prácticamente inigualables, acompañadas de la posibilidad de volar en uno de los mejores aviones de la actualidad, el Boeing 787 «Dreamliner», con una flota que apenas llega a los 3 años de media de vida operacional.

Ante estos precios y estos medios muy pocas compañías aéreas han podido competir, por lo que se han tenido que inventar fórmulas para intentar dar algún tipo de salida o alternativa a sus pasajeros habituales, como hizo Iberia cuando tuvo que sacar de manera obligada a Level, o AirFrance con su filial de «bajo coste» Joon.

En nuestro país, la compañía noruega lejos de amedrentarse por la posible competencia, ha anunciado nuevas medidas para conseguir hacerse definitivamente con Barcelona y derrumbar a Iberia en su bastión más importante, Madrid.

Para ello, destinará otro Boeing 787 a su hub barcelonés y ampliará sus plazas en los vuelos hacia los EEUU en un 77%, aumentando todas las frecuencias que mantenía hasta ahora, excepto la ruta desde Barcelona hasta Miami Fort Lauderdale. Malas noticias para Level.

Pero lo gordo le espera a Iberia este mismo Verano, ya que Norwegian se planta en Barajas con conexiones entre Madrid y Nueva York, así como a Los Angeles, con tres y cuatro frecuencias semanales, respectivamente. Un durísimo golpe para la compañía aérea española que ya veremos qué consecuencias acarrea.

La única verdad

Los únicos que conocen la situación finaciera real de Norwegian son sus directivos, además de todos los accionistas a quienes tienen que comunicar cada euro, corona, dólar o libra que se gasta.

El resto, podemos elucubrar durante noche y día con la información que se va haciendo pública, pero como ya ha quedado suficientemente demostrado, hay que tomarla según de quién viene.

Lo que es evidente es que Norwegian ha hecho un pedido impresionante de aviones, supuestamente más de 200, lo cual ha lastrado enormemente su nivel de endeudamiento.

Si bien aerolíneas como Ryanair tienen un porcentaje de deuda respecto a sus activos de un 35%, el grupo IAG de un 28%, AirFrance/KLM de un 31%, Lufthansa de un 18% y EasyJet de tan solo un 16%, Norwegian presenta una cifra mucho más elevada, correspondiente nada más ni nada menos que al 55% del valor de sus activos.

Ahora bien, debemos de preguntarnos si somos economistas o viajeros. Si es el primer caso, deberíamos de facilitar una información económica mucho más completa y compleja, analizando factores que no están en nuestra mano para poder cotejar.

Como se trata del segundo caso, ya que aquí lo que nos interesa es el turismo, viajar y volar, lo único que debe de preocuparnos es que Norwegian siga volando sus aviones con normalidad, no cometa ciertas irregularidades que hizo este Verano y trate a sus pasajeros de la mejor forma posible, a cambio de seguir manteniendo unas tarifas económicas.

Por supuesto, también nos preocupa, y mucho, el trato que reciben todos sus empleados, una razón que hemos esgrimido múltiples veces en el pasado para cargar en contra de Norwegian.

Y, por último, queremos hacernos otras preguntas importantes:

¿Por qué se analiza y publica tanto la situación finaciera de Norwegian y sin embargo  en Turama fuimos de los pocos que este Verano avisamos en reiteradas ocasiones del grave problema económico en el que estaba inmersa AirBerlin?.

¿Por qué sólo unos pocos se hicieron eco de los problemas económicos de Monarch y nadie publicó su porcentaje de endeudamiento antes de que acabara por echar el cierre?.

¿Por qué hay tanto interés en mover números inconexos y difíciles de interpretar hasta para un economista cuando se habla de Norwegian, y no se hizo lo mismo en su día con Spanair, con AirMadrid, o con la recientemente quebrada NIKI?.

¿Hay tanto miedo entre las aerolíneas «tradicionales» a la competencia que supone Norwegian, que tienen que enviar a sus desinformadores para que colapsen la web de informes económicos de dudosa procedencia y credibilidad?.

Lo que queremos todos es volar, hacerlo de la manera más cómoda posible, recibiendo un trato agradable y cercano y, a ser posible, pagando el menor importe posible (cosa complicada…).

Si ahora mismo Norwegian está triunfando es porque consigue atraer a sus pasajeros. En vez de criticar y desinformar, a ver si el resto toma medidas y mejora también su oferta, así nos beneficiamos todos y dejamos de comportarnos como los José María Gay de Liébana de los viajes.

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