TRAGEDIA EN NUEVA YORK Y ACUMULACIÓN DE FALLOS

Mientras que la investigación oficial de los hechos ocurridos el pasado Domingo en la ciudad de Nueva York sólo acaba de comenzar, con los pocos datos de los que disponemos actualmente ya es posible detectar una concatenación de incidencias que van a necesitar de una profunda investigación técnica.

El Eurocopter AS350 propiedad de la empresa Liberty, una de las más antiguas y especializadas en la operación de vuelos turísticos sobre la ciudad de Nueva York, se veía obligado a hacer un amerizaje de emergencia sobre el río East, después de que su piloto, Richard Vance (33), se declarase en emergencia (MAYDAY) por un fallo de motor.

Tal y como se puede observar en las imágenes grabadas por un transeúnte en el momento del siniestro, el impacto del aparato contra el agua no fue la causa que provocó el fallecimiento de los cinco ocupantes que se encontraban dentro del mismo haciendo fotos de la ciudad. A pesar de que dos de ellos pudieron ser trasladados a un hospital todavía con vida, la imposibilidad para abandonar sus asientos y el rápido hundimiento del helicóptero en el río, acabó provocando su ahogamiento.

En dicho vídeo se pueden observar diversos detalles de lo ocurrido que nos hacen sospechar de una supuesta mala planificación por parte de la empresa operadora y de su piloto.

Para empezar, Richard Vance ha declarado a día de hoy que sospecha que la causa del accidente haya sido que una de las bolsas que transportaban los turistas podría haber impactado accidentalmente contra el interruptor que corta el combustible al motor.

Independientemente de que esto pudiese realmente ser así, debemos fijarnos también en otros detalles que se están estudiando.

Inflado de los flotadores de emergencia

Es importante recordar que todos los helicópteros que realizan este tipo de actividades turísticas sobre la ciudad están obligados a instalar flotadores en sus patines, con el fin de poder amerizar con seguridad en caso de emergencia y que el aparato pueda flotar sobre el agua el tiempo necesario para que sus ocupantes sean capaces de abandonar el mismo.

Tal y como ha sido apreciado por los investigadores de la FAA y NTSB, que están ahora mismo realizando los corrrespondientes informes sobre lo ocurrido, al menos uno de estos flotadores no se habría llegado a inflar totalmente, lo que habría causado la desestabilización del aparato sobre el agua.

De confirmarse este extremo, habría que revisar si el sistema de emergencia estaba actualizado y el mantenimiento del mismo realizado de forma conveniente. Por otro lado, también es importante activar este procedimiento con el tiempo suficiente para que todos los flotadores puedan inflarse, por lo que veremos si dicha acción se hizo de forma correcta.

Motor encendido en el momento del impacto

En segundo lugar, y tal y como se puede comprobar en el vídeo de lo ocurrido, las palas del rotor siguen girando a gran velocidad cuando el helicóptero cae al agua, lo que a todas luces parece un signo inequívoco de que no se habría procedido al apagado del motor.

Este hecho, conjuntamente con el probable mal inflado de al menos uno de los flotadores inferiores, no sólo contribuyó a desestabilizar la aeronave sobre al agua, sino que además provocó su capotaje.

Recordemos que en este tipo de modelos se puede realizar un aterrizaje de emergencia en modo «autorotate», lo que equivaldría a aprovechar la inercia del movimiento de las palas, aún con el motor apagado, para generar la potencia suficiente que evitase un fuerte impacto contra el suelo.

Además, de esta manera, en el momento en el que las palas entrasen en el agua, tal y como ha ocurrido en este caso, no habrían podido ejercer la fuerza suficiente para arrastrar al helicóptero debajo del agua.

Falta de briefing

Otro de los factores que está bajo estudio es la falta de instrucción a los pasajeros previa al vuelo, enseñándoles cómo quitarse los cinturones y salir del helicóptero en caso de emergencia.

Parece increíble pensar que ninguno de los cinco ocupantes, de edades comprendidas entre los 26 y 34 años, y uno de ellos bombero de profesión, hayan podido salir de un aparato que carece de puertas.

Esto hace pensar que no estaban familiarizados con los cinturones de seguridad del helicóptero y desconocían la manera de abrirlos, lo que podría significar una gravísima negligencia por parte de la empresa operadora del vuelo.

Hay que recordar que es absolutamente obligatorio instruir a los pasajeros en los procedimientos de emergencia que podrían ser necesarios realizar a bordo del aparato. En este caso, esto se reduciría básicamente a cómo entrar al mismo, ajustarse las protecciones, desajustarse las mismas y abandonar el helicóptero.

Precedente en el 2007

En definitiva, demasiadas preguntas que hasta el momento no tienen respuesta, sobre todo considerando que esta misma empresa tuvo un accidente exactamente igual en Julio del año 2007, en el que no se tuvo que lamentar ninguna víctima mortal.

Incluso en el siniestro ocurrido hace 11 años las circunstancias eran mucho peores a las actuales, ya que una de las palas se separaba del motor en pleno vuelo, lo cual está considerado como un hecho excepcional especialmente grave.

Sin embargo, en esa ocasión la piloto a los mandos del aparato pudo amerizar sobre el río Hudson inflando los flotadores de emergencia del aparato, y todos los ocupantes habían sido instruídos en vuelo para colocarse de manera apropiada los chalecos salvavidas, lo que acabó resultando en una maniobra realizada de una manera brillante que apenas causó heridas leves a los pasajeros.

Esperaremos al resultado de las investigaciones preliminares para comprobar si, tal y como pensamos, estamos hablando de un grave accidente que pudo haberse evitado.

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