Se supone que una propina debería de ser una cantidad de dinero extra que se añade voluntariamente al precio de un servicio para agradecer el mismo, pero esto ya no es así, y mucho menos para las grandes navieras dedicadas a los cruceros turísticos. Cualquier viajero medianamente entendido sabe que existen determinadas situaciones en las que se impone cierta «obligación moral»…