Se supone que una propina debería de ser una cantidad de dinero extra que se añade voluntariamente al precio de un servicio para agradecer el mismo, pero esto ya no es así, y mucho menos para las grandes navieras dedicadas a los cruceros turísticos.
Cualquier viajero medianamente entendido sabe que existen determinadas situaciones en las que se impone cierta «obligación moral» de dar una propina, como por ejemplo en los viajes que utilizan los servicios de un guía.
En determinados países, estos profesionales viven más de las cantidades que puedan obtener directamente de los turistas que de su propio sueldo y muchas veces lo que para nosotros puede resultar un gasto mínimo, para ellos puede ser un ingreso de mucha importancia.
Sin embargo, cuando por norma se establece una cantidad obligatoria de propina, esta debería dejar de llamarse así, ya que pierde sus dos características principales: la voluntariedad y la intención de agradecimiento.
Aunque alguien pudiese pensar lo contrario, los españoles no somos ni de lejos los que peores propinas damos cuando estamos de viaje, en comparación con nuestros vecinos franceses e ingleses, a los cuales, cuando les interesa, se les olvida el significado de esta palabra.
En lo que se refiere a los cruceros, desde hace muchos años se impuso la costumbre de agradecer el servicio prestado durante los días de viaje a aquellos empleados que, por cualquier razón, se hubiesen ganado el favor de los cruceristas.
Para ello, el último día del viaje, se entregaban en mano diversas cantidades que variaban enormemente de unos turistas a otros.
Evidentemente, las grandes navieras vieron en esto una oportunidad importante de aumentar sus ingresos, por lo que la costumbre llegó a convertirse en norma y durante muchos años se canalizaron todas esas propinas a través de diversos métodos, con el supuesto fin de repartir equitativamente las mismas entre todos los empleados.
Para ello se dejaban sobres en cada camarote, que posteriormente eran retirados con el dinero en efectivo, o tal y como se hace en la actualidad, cargando una cantidad fija por persona y día a todos los viajeros.
Todos sabemos que estas grandes cantidades de dinero no acaban llegando en su totalidad a los empleados de la nave en cuestión, tal y como sí pasaba antaño, ya que estas empresas tienen la muy mala costumbre de registrar sus barcos en paraísos fiscales de todo tipo, aplicando unas normas de contratación leoninas y beneficiándose de innumerables ventajas fiscales.
Para la temporada de cruceros de este año 2018, muchas de las marcas más importantes del sector han decidido aumentar ligeramente los importes estipulados para las mal llamadas «propinas», creando un malestar muy grande sobre todo en el Reino Unido, cuyos habitantes son grandes amantes de los largos viajes en barco.
P&O Cruises
Curiosamente, el lío ha comenzado tras el anuncio de P&O de subir una libra el importe diario por persona a pagar en concepto de «propina», aplicable para todos los cruceristas mayores de 12 años.
Esta naviera es una de la que menos cobra por este concepto, pero dado que está arraigada fuertemente en el Reino Unido, ha sido la que se ha llevado más críticas.
El año pasado estaba cobrando 6 Libras por persona y día, pero esta temporada ha aumentado la cantidad a 7. Esto significa que para un viaje en pareja de dos semanas habrá que desembolsar un importe final a mayores de 196 libras, unos 225 euros.
Celebrity Cruises
En el otro extremo nos encontramos con Celebrity Cruises, los cuales estaban cobrando la pasada temporada 14,50 dólares por pasajero y día, y este año han aumentado el importe para aquellos que ocupen los camarotes tipo suite a 18 dólares.
Esto significa que la misma pareja en un crucero de dos semanas con esta compañía tendrá que abonar a mayores 406 dólares (330 euros) si viaje en los camarotes estándar, y 504 dólares (410 euros) si lo hace en una suite.
MSC Cruises
Por su parte, MSC Cruises ha decidido cobrar 10 euros a todos los pasajeros mayores de 12 años, por día de estancia en alguno de sus barcos. Los niños entre 2 y 12 años sólo abonaran 5 euros por día.
Haciendo los mismos cálculos para un viaje de dos semanas, una pareja deberá pagar por este concepto 280 euros. Si además viajan con un niño mayor de 2 años, esta cantidad subiría hasta los 350 euros.
Fred Olsen
Fred Olsen también sube una libra a este concepto, pasando de las 4 Libras que se abonaban el año pasado, a las 5 por persona y día a pagar en el 2018.
El gasto de dos pasajeros para 14 días sumaría 140 libras, unos 160 euros a mayores.
Royal Caribbean International
Por último, otra de las marcas líderes en el sector, Royal Caribbean International, establece sus importes para este tipo de abonos en exactamente las mismas cantidades que Celebrity Cruises, esto es, 14,50 dólares por pasajero y día en los camarotes estándar y 17,50 para aquellos que ocupen los de tipo «Grand Suite» o superiores.
Por tanto, el importe final a añadir al precio del viaje para una pareja durante 14 días también ascendería a la cantidad de 406 dólares (330 euros) , o en caso de viajar en camarotes de tipo superior, 490 dólares (400 euros).
En todo caso, la polémica sigue servida, ya que mientras unos argumentan que debería de abandonarse la hipocresía en relación con este tipo de abonos, mal llamados «propinas» o «gratificaciones», y pasar a ser considerados como cualquier otra tasa a añadir al precio final del crucero, otras voces afirman que en ese caso se correría el peligro de tener que pagar estos importes y a mayores las propinas «reales», con lo que al final se dispararía el total de cantidades abonadas dentro del barco por conceptos de dudosa explicación, duplicándose los mismos.