Olvídate de viejos mitos sin sentido, como el que dice que tienes que navegar en modo «incógnito» para conseguir mejores precios en los billetes de avión.
Desgraciadamente, la realidad es mucho más complicada, y aquí vamos a tratar de explicarte cómo funciona el mundo de las reservas de asientos para un viaje en cualquier aerolínea.
El objetivo final es analizar y poder predecir el comportamiento de los consumidores de un determinado producto (en este caso un billete de avión), entendiendo el porqué del mismo y aplicando las conclusiones correspondientes para intentar obtener el mayor beneficio económico posible.
Fletar un avión para realizar un vuelo cualquiera tiene un coste importante para la compañía propietaria del mismo, normalmente basado en:
- Tipo de avión utilizado. Cuanto más grande o mayor número de motores, mayor consumo.
- Distancia del trayecto. Cuanta mayor distancia, mayor consumo.
- Precio del combustible.
- Honorarios de toda la tripulación, también el prorrateo correspondiente al personal de tierra, equipo mecánico, y personal administrativo.
- Amortización del precio de la aeronave. Las aerolíneas no compran aviones de un solo pago. Igual que si se tratara de la hipoteca de un piso, van pagando cuotas durante casi toda la vida útil del aparato.
- Demanda existente para un destino concreto. Cuanta mayor demanda exista, mayor competitividad en los precios.
- Tasas e impuestos a abonar en cada aeropuerto.
Por esta razón, se utilizan una serie de programas que analizan al momento cuál es el flujo de venta de billetes para un determinado vuelo y, dependiendo de las variables que se obtengan, va ajustando las distintas tarifas y precios.
Una aerolínea necesita no sólo llenar lo máximo posible su avión, sino que cada pasajero pague lo máximo posible por su billete. Esto se consigue sacando al mercado un número importante de tarifas distintas, cada una con precios diferentes, y de clases o categorías de asientos.
Veamos un ejemplo:
- Avión de 100 asientos con un 80% de billetes vendidos a 200 euros cada uno. El beneficio para la compañía es de 16.000,00.-EUR.
- Avión de 100 asientos con un 80% de billetes vendidos. 20 billetes a 500 euros y los otros 60 a 200 euros. El beneficio para la compañía es de 22.000,00.-EUR.
- Avión de 100 asientos con un 80% de billetes vendidos. 5 billetes a 1.000 euros, 15 a 500 euros, y los otros 60 a 200 euros. El beneficio para la compañía es de 24.500,00.-EUR
Todas las aerolíneas saben que los asientos más caros también se venden, ya que existen muchos pasajeros cuyos billetes son abonados por sus empresas y no les importa el precio a pagar, otros por razones familiares o empresariales necesitan volar al precio que sea en ese vuelo, y los últimos porque prefieren pagar más y disponer de un asiento más grande, más cómodo, o un menú más amplio a bordo.
Cuando se saca a la venta el vuelo en cuestión, los analistas utilizan sus programas para estudiar cómo se va vendiendo el mismo. Evidentemente, si existe una gran demanda sólo para las tarifas más económicas, estás desaparecerán misteriosamente y serán sustituidas por otras con precios más elevados. A medida que estas se vayan vendiendo, también irán desapareciendo y el billete cada vez será más caro.
Esto no quiere decir que reservando el asiento con muchísimo tiempo de antelación se conseguirá un mejor precio, más bien podría ser al contrario: cuando se empieza a vender un vuelo todavía no se sabe qué aceptación va a tener por parte de los usuarios, por lo que no hay grandes movimientos en los precios de los billetes. Si próximos a la fecha de salida quedan todavía muchos asientos libres, es probable que la aerolínea estudie sacar de nuevo las tarifas más bajas para intentar llenarlo.
Es por esta razón que los precios pueden fluctuar incluso a distintas horas del mismo día, y no tiene nada que ver con el tipo de navegación en la web que está haciendo el usuario.
Por ejemplo: la compañía aérea puede saber, porque se trata de un trayecto que hacen desde hace años, que ese vuelo en concreto suele reservarse con poco tiempo de antelación, por lo que aprovecharán para mantener precios aún a riesgo de no vender billetes, ya que tienen la certeza de que finalmente llenarán el avión.
Por el contrario, otro tipo de vuelo puede venderse con mucho tiempo de anticipación, por lo que si cerca de la fecha de salida observan que no se han vendido muchos asientos, sacarán las tarifas más bajas posibles para intentar obtener el mayor beneficio a toda costa.
En base a esto, podrían darse unos consejos útiles para ayudar a conseguir el billete de avión más barato posible:
1) No te precipites a la hora de hacer la reserva:
Nunca se te ocurra comprar un billete con un año, o incluso seis meses, de antelación.
Las estadísticas demuestran que los primeros pasajeros en comprar sus asientos, junto con los últimos en hacerlo, son los que acaban pagando más. Si se quiere establecer un plazo adecuado, aunque esto es muy difícil de garantizar, el tiempo de antelación más favorable para obtener un precio más barato estaría alrededor de los dos o tres meses previos a la salida.
2) Cuidado con la fechas señaladas:
Asegúrate de que los días que escoges para hacer tu viaje no coinciden con festividades locales o periodos de vacaciones.
Todos sabemos que las Navidades son la peor época para viajar, debido a la grandísima demanda existente, pero ten en cuenta también que si vuelas de un hemisferio a otro, puede que lo hagas en tu estación más baja, como el Invierno, pero en tu destino sea pleno Verano y esté ebullendo de actividad turística.
3) Escoge bien tu día de salida y llegada:
Los días de la semana que suelen tener precios más altos son los Lunes, Viernes y Domingos, debido a la gran demanda que existe por parte de los pasajeros que vuelan por negocios, así como aquellos que lo hacen para poder cuadrar sus vacaciones. Los días con precios más económicos suelen coincidir en Martes, Miércoles o Sábado.
4) Ten en cuenta las horas de salida y llegada.
Igual que pasa con los días de la semana, está demostrado que las horas de los vuelos influyen directamente en los precios de cada billete.
Para la salida, las horas más demandadas son las primeras de la mañana. Para el retorno, las horas más masificadas son las primeras de la tarde. Si te lo puedes permitir, el hecho de salir, por ejemplo, a media mañana y volver a última hora de la noche, puede significar una importante reducción de precio.
5) Destinos saturados.
Hay determinados destinos que suelen estar totalmente saturados por la demanda existente.
Mira si es posible volar a otro aeropuerto cercano donde no exista tanto tráfico de viajeros, y revisa el precio que te costaría el billete de avión a ese aeropuerto y el desplazarte posteriormente a tu destino. Podrías ahorrarte mucho dinero.
6) Código compartido.
Un código compartido es un determinado vuelo que pueden comercializar varias compañías distintas, aunque finalmente es sólo una de ellas la que fleta su avión.
Si tienes que hacer escalas, revisa si puedes hacer todo el vuelo con la misma aerolínea, ya que te saldrá siempre mucho más barato. Por ejemplo: si tienes que volar desde Madrid a Toronto y obligatoriamente tienes que pasar por Londres para coger el vuelo con British Airways, revisa si la aerolínea con la que llegas a Londres tiene algún código compartido con British Airways, ya que, aunque no vuelen ellos directamente hasta el destino, pueden estar vendiendo igualmente ese trayecto mediante este sistema.
El avión sería de British Airways, pero comprarías el billete para todo el trayecto con la misma compañía original desde tu localidad de salida.
7) Ojo con las aplicaciones para encontrar vuelos «baratos».
Este tipo de portales de internet vienen muy bien para saber sobre qué rango de precios se están vendiendo los billetes, pero revisa luego directamente desde el portal de cada aerolínea ya que, por ejemplo, como en el caso anterior, muchas veces no están vendiendo trayectos con código compartido y puedes estar perdiendo vuelos con precios y horarios más interesantes a los que ellos te quieren vender.
Recuerda que este tipo de empresas vende los billetes que puede sacar a mejor precio, normalmente por acuerdos con agencias y mayoristas, pero no muestran todas las posibilidades reales que hay para volar a un destino determinado.
8) Los vuelos directos suelen ser más caros.
Si te lo puedes permitir, y no te estropea demasiado la planificación de tu viaje, una escala puede reducir considerablemente el precio de un billete de avión.
9) Nunca compres varios billetes juntos.
Está demostrado que en los casos en que se adquieren de manera conjunta múltiples billetes para grupos o familias, la aplicación suele tender a establecer el precio más caro por asiento. Intenta reservar uno por uno, o como máximo dos de cada vez, para obtener mejores tarifas, y luego escoge los asientos conjuntos.
10) Házte viajero frecuente.
Casi todas las aerolíneas tienen programas para viajeros habituales, sea por puntos, millas, etc. Normalmente suelen ser gratuitos, por lo que no cuesta nada darse de alta y acumular los beneficios que ofertan.
Aún volando una vez al año, o incluso menos, podrás disponer de ventajas económicas o facilidades de reserva cada vez que vuelvas a volar con esa compañía.
Por otro lado, el estar apuntado en las listas de correo electrónico, o newsletter de las aerolíneas no suele molestar a nadie, y es muy interesante estar al tanto de cada oferta que sale al mercado, ya que podemos ser los primeros en beneficiarnos de ella.
11) Déjate aconsejar por profesionales.
Los agentes de viajes somos unos extraños seres que llevamos muchos años trabajando en este sector, por lo que sabemos perfectamente cuáles son las mejores rutas, las aerolíneas más apropiadas para operarlas, y los aeropuertos que mejor se adaptan a tus necesidades.
Para determinados vuelos también contamos con nuestras propias tarifas, que además suelen incluir importantes mejoras para los pasajeros.
Entre hablar con un chatbot, o con una persona real que probablemente haya viajado en varias ocasiones al destino al que quieres ir, hay una gran diferencia.