10 CONSEJOS PARA TU PRIMER VIAJE EN PAREJA

Viajar es, sin lugar a dudas, la actividad de mayor riesgo a la que puede enfrentarse cualquier pareja. Incluso aquellos que ya han vivido juntos durante años, en el momento de salir de su zona de confort se comportan y responden de maneras totalmente opuestas a como lo hacen habitualmente.

Las estadísticas no mienten, y cualquiera puede comprobar que durante el período vacacional es cuando se produce un mayor número de rupturas sentimentales, incluso de matrimonios que ya habían celebrado varios aniversarios juntos.

Si puedes viajar con alguien, pareja o amig@, y eres capaz de resolver los conflictos que puedan surgir, al igual que las situaciones comprometidas en las que te puedas ver inmerso, quiere decir que esa otra persona tiene un grado de afinidad contigo muy elevado, totalmente necesario para que una relación, del tipo que sea, perdure en el tiempo.

Recuerda aquel dicho que dice que ningún viaje se hace largo con la compañía adecuada, y que si le das la vuelta te encontrarás con que cualquier viaje puede hacerse eterno, si la compañía no es la correcta.

Desde Turama queremos echaros una mano para que no metáis la pata en vuestro primer viaje, y os ofrecemos estos 10 consejos para que regreseis a casa con la misma sonrisa que teníais el día que comenzásteis vuestra aventura:

1.- Pasos cortos

El primer viaje en pareja debería de consistir en un máximo de 2 ó 3 días, lo que equivaldría a un fin de semana.

Si la primera vez que viajas con tu pareja eliges un destino lejano, en el que vais a estar durante más de 3 días, y surge cualquier tipo de complicación, os sentiréis realmente agobiados por la situación.

El hecho de saber que el hogar propio se encuentra a una distancia considerable, y que pase lo que pase vas a tener que aguantar y esperar hasta poder regresar a tu «zona de confort», va a crear un estado de ansiedad en los dos que imposibilitará totalmente el poder disfrutar de esos días libres.

Piensa que si planeas un primer desplazamiento corto, de fin de semana, y aparece algún problema, del tipo que sea, será fácil y rápido regresar a casa.

Además, en caso de que todo lo planeado se vaya al garete, tampoco perderás mucho dinero, en comparación con haber hecho un viaje mucho más largo y de mayor duración. Acuérdate de empezar siempre dando pasos cortos.

2.- Establece tu presupuesto

Es lo primordial antes de escoger tu destino. En este caso, la voz cantante debería llevarla siempre el miembro de la pareja que tenga los ingresos más bajos.

Si dejas que pague todo aquel que tiene más dinero, podría considerarse como una especie de chantaje hacia la otra persona y esta quedaría «obligada», de alguna manera, a aguantar los gustos y manías del otro, ya que no ha contribuído económicamente a la organización del viaje.

Si ambos aportáis cantidades de dinero similares para afrontar los gastos de vuestro primer desplazamiento, ambos tenéis el mismo derecho a la hora de escoger un destino, un lugar para domir, o un sitio para comer.

En principio, el hecho de ser invitad@ a un viaje por tu pareja con todos los gastos pagados parece muy atractivo, pero finalmente puede convertirse en un arma arrojadiza para establecer quién manda y quién tiene que obedecer.

3.- Elige tu destino

Es muy probable que cada uno tengáis una lista de sitios a los que os gustaría ir, y si no es así, deberíais de hacerla de antemano y por separado.

Si finalmente compartís preferencias, no habría demasiado problema a la hora de escoger el lugar al que queréis viajar, pero si no encontráis un punto en común, es mucho más recomendable que entre los dos busquéis algún otro lugar nuevo, sobre el cual no habíais hablado antes, que escoger alguno de los destinos preferidos del otro.

De esta manera, si finalmente el viaje no sale tal y como se había planeado, ambos seréis igualmente responsables de la organización, ya que en el caso contrario aquel que impuso su preferencia tendrá que asumir un grado de culpa demasiado elevado ante el que decidió ceder.

4.- El camping, para más adelante

Iros de camping la primera vez que salís juntos no es lo más recomendado, salvo que los dos tengáis experiencia previa en este tipo de actividad al aire libre.

El hecho de tener que dormir en un espacio tan reducido, donde no hay hueco, literalmente, para ningún tipo de privacidad, en principio parece muy atractivo, pero piensa que si finalmente esa afinidad con la otra persona no existe, puede convertirse en un auténtico incordio.

Dentro de una pequeña tienda de campaña, donde si no estás acostumbrado no es fácil descansar, ni cambiarse, ni moverse, pueden aumentar los roces (los no deseados…) con la otra parte.

Si no duermes en tienda de campaña desde tus días de boy scout, mejor empieza con un hotel, por barato que sea siempre será mejor opción.

5.- Algo nuevo

Si el fin último de vuestro primer viaje es hacer exactamente lo mismo que hacéis cualquier otro fin de semana en vuestros lugares de origen, al regreso te darás cuenta de que has tirado por la borda una oportunidad importante para conocer a la otra persona y vivir experiencias nuevas.

Si cada fin de semana vais al cine, o a cenar, o a ver un concierto, o a pasear, plantéate la posibilidad de hacer algo distinto, aprovechando el cambio de aires.

A algunas parejas les cuesta mucho dar este primer paso, ya que se sienten mucho más seguras haciendo algo que saben que pueden hacer. Probar algo diferente puede hacer cambiar totalmente tu opinión sobre tu pareja, al verla cómo se desenvuelve en ámbitos poco frecuentes, pero esto funciona tanto para mal, como para bien.

6.- Actividades

Cada viaje debería tener un espacio reservado para la improvisación.

Si cada vez que te desplazas a un sitio ya sabes de antemano qué vas a hacer y qué no vas a hacer, se pierde una parte importante del factor sorpresa, que al fin y al cabo es el que puede marcar la diferencia.

Esto no quiere decir que tengas que salir de tu casa sin saber qué hacer o dónde ir, ni hacerlo con un cuadro completo de lugares, horarios y actividades. Lo mejor es informarse previamente de las opciones que nos ofrece nuestro destino, y hacer una lista de aquellas que podrían agradar a los dos miembros de la pareja, y aquellas que, por cualquier causa, uno de ellos no podría realizar.

De esta manera podríais, llegado el caso, improvisar sobre la marcha y decantaros por alguna de las que os gustan a ambos, y no tener que, de repente, lidiar con el hecho de que uno de los dos ha decidido, de la noche a la mañana, que ha nacido para saltar al vacío desde un avión a 4.000 metros de altura, y quiere que l@ acompañes en la experiencia.

7.- Comidas

Aunque parezca mentira, este es probablemente el factor más determinante y el que más problemas causa cuando dos personas, que todavía no se conocen demasiado, deciden emprender un viaje juntos.

Ten en cuenta que cuando tienes hambre estás de muy mal humor, y esta situación es propensa para iniciar discusiones que en cualquier otro momento no se hubiesen producido.

A algunas personas les basta con picar algo, o comer un bocadillo, para sentirse saciadas y no volver a acordarse más de la comida; sin embargo, otras necesitan su tiempo, mesa y mantel, y una comida en cantidad determinada, para apaciguar su estómago.

Es importante que habléis antes de salir sobre las horas que vais a reservar para desayunar, comer, o cenar, y qué tipo de alimentación os gusta más, al igual que el presupuesto que vais a reservar para este concepto.

El planchazo puede ser muy importante si alguno de los dos va con la idea de acudir a restaurantes conocidos, o locales de moda, y luego se encuentra con que la otra persona sólo tiene preparados sandwiches, o barritas energéticas, para comer al aire libre.

8.- Habilidades

A algun@s les parece un síntoma de debilidad el hecho de tener que depender del otro miembro de la pareja para determinadas situaciones. Muy al contrario, esto no sólo no denota debilidad, sino más bien inteligencia.

No todo el mundo tiene que saber necesariamente de todo, o hacerlo todo bien. Cada uno tiene sus puntos débiles y sus puntos fuertes, y lo mejor es poner los dos en común para buscar la máxima compenetración en la pareja.

Si, por ejemplo, uno de los dos habla perfectamente Inglés, no tiene sentido que tenga que ser la otra parte la que hable o negocie cuando se está en el extranjero, ya que las posibilidades de equivocación o mala interpretación aumentan, y con ellas el riesgo de discusiones.

Igualmente, si a uno de los dos se le da mejor conducir cuando llueve, por ejemplo, no tiene sentido el hecho de tener que demostrar que la otra parte también puede hacerlo, ya que es probable que salga mal y acabe arruinando la experiencia.

9.- Tu tiempo

El hecho de que hayas decidido viajar con tu pareja no quiere decir que hayas firmado un contrato implícito para tener que estar con ella las 24 horas del día.

La gran mayoría necesita tiempo para disfrutar en solitario, sea leyendo un libro, viendo la tele, o paseando por la playa. Esto no tiene porqué parecerle mal a ninguno de los dos, al contrario, es un momento ideal para despejar la mente y recargar pilas, sobre todo si las cosas no están saliendo tal y como estaban planeadas.

Esto también se aplica a la hora de conocer a otra gente. Es muy importante viajar con la mente abierta y saber que hay otros muchos turistas deseosos de entablar una conversación, comentar anécdotas, o simplemente mantener una pequeña charla.

Si la pareja sale de viaje metida dentro de su propia coraza, y con pocas, o nulas, perspectivas de salir de ella, las posibilidades de fricción y de acabar manteniendo una discusión aumentan muy considerablemente.

Viajar no sólo es la ocasión ideal para conocer lugares nuevos, sino también para conocer gente nueva.

10.- Relax

El mejor, más importante, y primordial consejo de todos: relájate.

No tienes que demostrar nada a nadie, intenta ser tú mism@ en todas las ocasiones que se presenten. Si pretendes parecer Indiana Jones, o Lara Croft, cuando en realidad es la primera vez que sales de casa, lo más probable es que acabes metido en una situación ridícula que dejará tu ego por los suelos.

Es muy difícil, y muy agotador, intentar fingir las 24 horas del día, y pretender ser alquien que realmente no se es. Más tarde o más temprano, cuando menos te lo esperes, tu verdadero yo dará un paso al frente y acabará presentándose, lo quieras o no.

Ahórrate tiempo, y dinero, y muéstrate tal y como eres: si de verdad hay afinidad con la otra persona, lo más probable es que vuestro viaje sea un auténtico éxito, y lo recordéis para siempre.

Relájate y disfrútalo, el primer viaje en pareja sólo se hace una vez.

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