COMER BARATO EN LONDRES: PRET A MANGER

Lo malo que tiene viajar a grandes capitales como Roma, París o Londres, entre otras muchas, es que cuando llega la hora de comer y no se conoce demasiado el terreno, se suele tirar demasiado dinero en un restaurante de supuesta categoría, o acabar sentado en la calle con un perrito manchado en ketchup.

Londres es, precisamente, uno de esos lugares en los que aquellos que lo visitan por primera vez, o no quieren buscar demasiado, acaban en la mesa de un local que les vende un filete a 20 libras, o una pizza a 12, para lo cual acaban perdiendo más de una hora haciendo cola o esperando el servicio.

En caso de estar pululando por la ciudad, hay otras muchas opciones bastante más económicas, rápidas, cómodas y sanas, que nos permiten saciar nuestro apetito con una mínima garantía de salubridad y a un precio enormemente ajustado.

Hoy os queremos presentar uno de nuestros favoritos, que no es otro que la cadena de restaurantes conocida como «Pret a Manger».

Saliendo de lo típico

Después de muchos años dando vueltas por diversas ciudades, hemos decidido de manera rotunda renunciar a comer en las grandes cadenas de comida rápida más conocidas del planeta.

A pesar de que los precios siempre están muy ajustados y en caso de emergencia te pueden sacar de un apuro, no hay ser humano que pueda subsistir a base de fritos y grasas, con el riesgo de acabar con las arterias más colapsadas que la M-30 en el puente de Semana Santa.

No tenemos nada en contra de tomarse una hamburguesa de vez en cuando, pero no lo vemos como una posibilidad alimenticia en caso de vacaciones en el extranjero, considerando además que en determinados países no se cumplen los mismos estándares de calidad que en el nuestro, lo cual baja bastante la categoría del producto final.

En países como EEUU comprar una manzana suele salir bastante más caro que la típica hamburguesa, o la pizza a un dólar, por lo que inevitablemente la mayoría de la gente, turistas y no turistas, acaban cayendo en las garras de Mc´s, Burguer´s y compañía.

Sin embargo, en el Reino Unido hay una preocupación creciente por la buena alimentación, que ha acabado por gravar las bebidas que contienen ingentes cantidades de azúcar, retirándolas de los colegios y fomentando la compra de zumos naturales y otro tipo de snacks más saludables.

Al final, el dicho que dice «eres lo que comes» es total y absolutamente verídico, y si uno no tiene el privilegio de poder disfrutar de comidas y una dieta casera, tiene que buscar algo relativamente parecido.

Pret a Manger

Lo primero que más nos gusta de esta cadena de restaurantes es que están por todos lados. Es realmente raro que te encuentres visitando algún punto interesante de Londres y no veas alguno en los alrededores.

Lo segundo que nos parece más interesante es que se huye de los prefabricados, cocinando y envasando de manera natural e individual cada producto que se pone a la venta.

En caso de dudas, en su web puedes encontrar las recetas de casi todo lo que se comercializa, ya que aquí no hay ingredientes secretos.

Lo que destacaríamos en tercer lugar, aunque para algunos probablemente tendría que ocupar un puesto bastante superior en el ranking, es la utilización de ingredientes orgánicos. De esta manera, tanto sus sandwiches, como sopas, bocadillos, bebidas y demás productos adquieren un plus añadido y no te van a llevar a las pocas horas a tener que pasar un precioso tiempo de tus vacaciones sentado en el baño de tu hotel, y ya sabemos todos lo que esto significa.

Hasta las patatas fritas, que podrían considerarse como uno de los alimentos más perjudiciales para intentar mantener una dieta relativamente sana, están preparadas buscando el grado justo de sal y grasa, para que puedas olvidarte durante un rato de la báscula del baño.

Los zumos, sandwiches y sopas se hacen y comercializan en el día, no como en algunos otros negocios donde el congelador es una manera de ahorrar dinero en mercancía y permite dar salida a casi todo.

En Pret a Manger no hay olor a fritanga, porque las cosas no se frien. Esos baños de aceite que solemos ver en «restaurantes» muy conocidos, y que luego provocan que tengan que acudir al rescate de sus propietarios los chefs más famosos de la televisión, han quedado ya muy superados.

Por supuesto, y tal y como reclaman en la actualidad los Millenials, en Pret a Manger hay un respeto especial por los animales, participando en distintas campañas que recaudan fondos para varias iniciativas y causas.

Parte de los beneficios también se destinan a distintas organizaciones no gubernamentales y planes solidarios, lo cual siempre nos parece extremadamente justo.

Por último, indicar que determinados locales y productos de la cadena están especialmente destinados al público vegetariano. Se distinguen del resto por presentar el logo de color verde.

El menú

Hay que dejar claro que este no es un lugar de mantel y cubertería de plata, ni te recogen las miguitas de pan entre cada plato.

En Pret a Manger en ocasiones acabas compartiendo mesa con auténtic@s desconocid@s, que como hacemos todos últimamente, teclean ávidamente en sus móviles o portátiles mientras disfrutan de un sandwich.

En la temporada fría inglesa, que dura casi los 12 meses del año (es broma…), lo ideal es ir a por las sopas caseras, que puedes tomar en el propio local o llevarlas contigo.

Los días de más calor (y es que en Londres y durante el Verano hace demasiado calor) apetece más el típico sandwich, baguette, o incluso los deliciosos Wraps. Las ensaladas y el sushi son también bastante populares.

Para beber, nos gustan especialmente los zumos de manzana, naranja y limón. Este último se está perdiendo cada vez más en nuestro país y no encontramos ninguna razón para ello.

Por supuesto que para el postre te puedes dar alguna alegría, y no es la primera vez (ni será la última) que salgamos con una barra de chocolate o algún tipo de cookie, que tampoco nos gusta flagelarnos con los menús de los restaurantes y no trabajamos en el sector de la moda…

Lo mejor es ver los productos frescos de cada día, aquellos que sabes que no llevan una semana esperando ser «apadrinados» por un turista hambriento, y dejarse llevar.

Por menos de 10 libras puedes llevarte algo a la boca que no te va a hacer daño, y te va a ayudar a aguantar hasta la hora de la cena, que es el momento aprovechado por los británicos para soltarse un poco más en la cocina.

Si en la calle están cayendo mares de lluvia, puedes quedarte en el interior utilizando la wifi gratuita y escribiendo sobre comidas y restaurantes, tal y como acabamos de hacer nosotros ahora mismo.

Ahí os dejamos el consejo para quien quiera probar.

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