IBERIA/LEVEL: Y LA PESADILLA CONTINUA... III

Lo sentimos mucho por nuestros amigos de Iberia/Level, pero mientras sigamos recibiendo quejas y reclamaciones de pasajeros afectados por este nuevo «modus operandi» de la que un día fue la aerolínea bandera de todo un país, vamos a seguir denunciándolas públicamente.

Sabemos, y somos perfectamente conscientes, que el reclamo de unos «precios bajos» sigue siendo, pase lo que pase y caiga quien caiga, uno de los atractivos que más van a dar resultado en una campaña de marketing. Ante la posibilidad de poder obtener algo, lo que sea, a un precio más reducido del que se considera «normal», la mayor parte del público no hace ascos a casi nada. Da igual si tienes que poner tu salud dental en manos de quien no conoces (FunnyDent), aprender inglés (Wall Street Institute, Opening), o volar al otro lado del mundo (AirMadrid), siempre va a existir algún grupo de empresarios iluminados que te van a vender sus servicios a precios más reducidos que el resto.

Todas estas empresas, en las que prestaban sus servicios algunos profesionales de bastante categoría y nivel, acabaron cerrando sus puertas de mala manera, dejando tiradas en la calle a miles de personas que habían pagado religiosamente para poder disfrutar de sus «condiciones ventajosas». Seguro que si volviesen a abrir, volverían a juntar el mismo número de clientes, o más, que cuando desaparecieron por la puerta de atrás.

Evidentemente, a estas alturas el apuntar que nadie regala nada por nada, parece un poco fuera de lugar. Detrás de todas estas empresas lowcost se esconden muchos trapos sucios que algunos sólo aciertan a ver cuando son ellos los afectados, y no los usuarios. Gracias a esta falta de crítica reivindicativa, estos negocios aprovechan para sacar tajada a base de reducir derechos laborales y salarios, por un lado, y una atención adecuada y digna a los clientes, por otro.

Finalmente, como siempre ha sido, es el cliente último el que decide lo que quiere hacer con su dinero. De todas formas, nosotros seguimos pensando que cualquier opción que se tome es válida siempre que, ante todo, se facilite toda la información completa y verídica para poder decidir correcta y honestamente. También, todos los que deciden aventurarse hacia este tipo de empresas deben de ser conscientes, en el momento en el que surjan los problemas, que la atención y el trato que van a recibir va a ser precisamente ese: lowcost.

En primer lugar volvemos a indicar lo que ya comentábamos en nuestros post anteriores sobre este nuevo «invento» de Iberia/IAG: Level, de momento y a día de hoy, no es una aerolínea, es sólo una marca que va a ser operada por Iberia. ¿Por qué entonces sacar una nueva marca pudiendo utilizar el propio nombre de Iberia, o de cualquiera de las aerolíneas que están dentro del grupo y que se consideran lowcost, como Vueling, o Iberia Express? Pues la respuesta, a todas luces, parece fácil: se echa el anzuelo a ver quién pica y, a medida que pase el tiempo se verá cómo evoluciona el engendro. Si hay que plegar velas y salir corriendo, siempre es más fácil hacerlo desde una marca nueva, que hiriendo de muerte a una aerolínea que lleva trabajando desde el año 1927.

Al fin y al cabo, lo único que parece claro es la intención de boicotear de alguna manera la decisión estratégia de Norwegian de empezar a trabajar desde El Prat (Barcelona), hacia América con vuelos de largo recorrido a precios lowcost. Puedes leer toda la historia, desde el principio, aquí, aquí, y aquí.

Desde el primer día que saltó esta noticia para el gran público, muy pocos decidimos sacar a la luz los despropósitos del nuevo engendro. La mayoría se hizo eco de la novedad y de manera jubilosa, y no sabemos si gratuita, se dedicó a comentar las bondades de los nuevos vuelos a precios reducidos. Nosotros, aún con muchos comentarios en contra de los propios usuarios, que manifestaban que preferían precios bajos a cualquier otra consideración por parte de la aerolínea, fuimos los primeros en denunciar públicamente que no era el plato más apetecible para nadie tener que trasladar a 300 pasajeros confinados en un avión sin comida, agua, entretenimiento, y muchas otras atenciones que ahora se consideran «comodidades de pago». Dado que en Turama colaboran pilotos comerciales en activo, TCP, pilotos privados, etc, el comentario más común fue que se trataba de un caldo de cultivo ideal para crear problemas: sed, hambre, aburrimiento y poco espacio.

Parece que las quejas y críticas constantes han hecho recapacitar levísimamente a los responsables del invento, que de manera oficial han anunciado en las redes sociales que «hasta el momento» y «como tarifa promocional», van a incluir el entretenimiento a bordo para todos los pasajeros. A nuestro juicio, y sin dejar de celebrar lo que nos parece una decisión basada en la más pura y auténtica lógica, se quedan cortos en indicar hasta cuándo se va a mantener esa «tarifa promocional». Sería de traca que, a las 7 horas del vuelo se anunciase que la promoción ha acabado y el que quiera ver películas que las pague.

Todas estas promociones tienen que tener unas bases legales por escrito y a disposición del público y usuarios. No vale con decir «hasta el momento», hay que especificar desde cuándo y hasta cuándo, para no dejar en la total inseguridad a los miles de pasajeros que van a volar convencidos de que «hasta el momento» nada ha cambiado.

Por otro lado, habíamos comentado también que los últimos asientos del avión no son reclinables, básicamente porque se ha utilizado el mismo sistema que viene usando Iberia en otro tipo de vuelos de largo recorrido, como los que empezó a comercializar a Asia. Recordemos que Airbus fabrica los aviones, pero la configuración interior es escogida por cada aerolínea según sus necesidades concretas. En este caso, Iberia prefirió prescindir de los baños en la cola del avión, y meter más asientos, al fin y al cabo, ¿quién va a necesitar ir al baño en un vuelo de 14 horas?.

También solicitamos ver los aviones en cuestión, ya que sabíamos que todavía estaban en Francia y no se habían entregado, cuando ya se habían vendido miles de billetes, lo que equivaldría a vender un piso sobre un plano. Como se puede observar en la captura siguiente, cuentan con tenerlos listos a mediados de Mayo y, además, aseguran que los asientos son reclinables, pero no especifican cuáles…

Aquellos pasajeros que vayan a sufrir todo el vuelo sentados en estos sitios, pueden tomar buena nota de lo indicado por Level en las redes sociales, por si acaban decidiendo tomar medidas al respecto. 

ACTUALIZACION: Finalmente, atrapados y contra la pared, LEVEL ya no puede esconder más la realidad:

El mayor número de quejas y comentarios que hemos recibido vienen derivadas de las anunciadas tarifas «lowcost» para cruzar el charco. Si bien es cierto que algunos pasajeros han encontrado asientos de las tarifas más económicas, no le pasa lo mismo a la mayoría.

Habría que aclarar, en primer lugar, que los precios económicos deben de existir, no es un regalo. Si alguien los anuncia con una campaña de publicidad semejante, tiene que asumir que algunos asientos deberán ser vendidos con tarifas lowcost. Hacer lo contrario sería un engaño con consecuencias legales graves, por lo que damos por hecho que los tan cacareados precios sí existían, al menos en algún momento.

Lo que también está claro es que, lo que se quita por un lado, se mete por otro, o lo que es lo mismo «las gallinas que entran, por las que salen». Aquí os dejamos otra captura que nos facilita otro usuario en relación con el precio «económico» que tiene que abonar para poder volar a Argentina. Se trata de la tarifa más baja que se pone a disposición del público y, aún pagando 1.400 € no tiene derecho a comida a bordo, bebida, facturar equipaje, elegir asiento, o una manta y almohada para poder descansar debidamente. ¿Level = lowcost?.

También apuntamos en su momento que el plan de venta a bordo, y las condiciones primitivas y básicas del vuelo, acabarían haciendo doblar la rodilla a la inmensa mayoría, que finalmente terminarán comprando bebida, comida, y otro tipo de servicios en ruta, con lo que el precio final del viaje no va a ser el que pagaron al comprar el billete.

Lo que no esperábamos es el golpe bajo, rastrero y barriobajero de Level, que tiene preparado un «algoritmo» a la hora de distribuir los asientos. Con esto se consigue que las tarifas más económicas no tengan derecho a escoger su sitio en el avión. Hasta aquí, más o menos, nos entendemos, pero aclaremos conceptos:

  • una cosa es dar una opción de pago a mayores para poder escoger el asiento.
  • otra cosa es separar a los usuarios que hayan hecho una misma reserva, de manera intencionada.

Vale, es entendible que te tendrás que sentar donde te digan, pero eso no implica que aquellos que reservan juntos sus billetes sean separados a lo largo y ancho del avión, sólo para hacer que tengan que pagar el correspondiente extra. Además, muchos pasajeros vuelan con niños menores y estos deben de estar en todo momento tutelados por sus padres. La respuesta de Iberia ha sido que los que quieran sentarse juntos, que paguen y, en cuanto a los niños, que según la ocupación del avión no pueden garantizar los asientos junto a sus padres.

Nos ha gustado especialmente el comentario realizado por este usuario, y la consecuente respuesta de Iberia, que demuestra el gran interés y preocupación que tiene por sus clientes.

Por otro lado, no hay quien no acabe encontrando algo bueno en todo esto, como la siguiente usuaria que solicita al «algoritmo» le encuentre un compañero de vuelo «buenorro».

Si viajas sólo, el «algoritmo», que no viene a ser otra cosa que el alter ego de las mentes pensantes en Iberia/Level, en vez de sentarte en un pasillo o ventanilla, como hacen las aerolíneas con sentido común, te sentará siempre en los asientos de el medio, con el fin anular cualquier posibilidad de que la gente viaje acompañada de los suyos. Sin duda, una política de nivel, o Level.

Todas estas operativas «cutresalchicheras» nos parecen ir más allá del lowcost. Cualquier relación empresarial con clientes debe de estar basada en la confianza mútua, máxime teniendo en cuenta que se trata de viajar en avión en vuelos de muchas horas, y no en intentar acuchillar por la espalda al usuario cuando menos se lo espere.

Por parte de Turama, vamos a seguir este asunto hasta el final y a asegurarnos de que, en ningún momento, se juega ni con el dinero, ni con las ilusiones de la gente. 

Os animamos a seguir haciéndonos llegar todos vuestros comentarios, problemas, incidencias, o reclamaciones relacionadas con este asunto, o cualquier otro que pueda ser de interés para el resto de viajeros. Juntos somos más fuertes.

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