RYANAIR DENUNCIADA INJUSTAMENTE

De nuevo, una vez más, tenemos que ser nosotros los encargados de desmentir falacias de todo tipo que se vierten a veces contra determinadas compañías aéreas, por cuestiones meramente comerciales.

Si bien se nos sigue atacando por criticar duramente a Ryanair, no es la primera vez (ni va a ser la última) que somos los únicos que damos la cara por esta aerolínea, la cual no es especialmente de nuestro gusto.

Los datos

Avión Boeing 737-800, matrícula EI-EKI.

Vuelo FR-8421, entre Edimburgo y Fuerteventura.

Fecha: 10/02/2018

Causa del accidente: maniobra de descenso/ascenso.

Víctimas: 1 herido de gravedad.

Los hechos

El avión de la compañía Ryanair se encontraba comenzando el descenso para tomar tierra en el aeropuerto de Fuerteventura. Estaba volando a una altura aproximada de 11.300 metros (FL370).

La tripulación solicitó permiso para descender hasta el FL130, que equivale a unos 4.000 metros de altura.

La torre de control autorizó el descenso requerido, pero cuando el avión estaba atravesando el FL364 (unos 11.000 metros), ordenó a la tripulación detener la maniobra en el FL360 (10.950 metros).

En el corto espacio de tiempo que se necesita para volver a reprogramar el piloto automático, el avión continuó el descenso y se situó por debajo del nivel autorizado, razón por la cual los pilotos optaron por desconectar el mismo y volver a ascender de manera manual hasta la altura indicada desde la torre de control.

Durante esta maniobra de descenso, que requirió de un nuevo ajuste de altura para volver a llevar al avión al nivel que se le había indicado, un pasajero del avión que se econtraba de pie cayó al suelo, con la pésima suerte de romperse una pierna.

Este hecho ha sido utilizado por determinados medios de comunicación, así como en las redes sociales, para intentar justificar una negligencia por parte de los pilotos del avión de Ryanair.

Desde otros puntos, por contra, se han lanzado conjeturas falsas sobre la edad del pasajero herido (la cual no ha trascendido) y el hecho de que este no hiciese uso del cinturón de seguridad, tal y como se recomienda en todos los vuelos.

La maniobra

Por mucho que se le intente dar vueltas a este asunto y tergivesar los hechos ocurridos, lo cierto es que no hay absolutamente nada punible en la actuación de ambos pilotos.

Cuando el avión es autorizado a descender al nivel solicitado por la tripulación, estos programan en el piloto automático la nueva altura hasta la que hay que bajar, así como la velocidad de dicha maniobra, expresada en pies por minuto.

En el momento en el que la torre de control ordena detener la maniobra a un nivel de vuelo determinado, el cual el avión ya estaba alcanzando, de nuevo hay que volver a reprogramar el piloto automático de acuerdo a las instrucciones recibidas.

Aunque esta acción lleva poco más de unos segundos, mientras no se carga la nueva altura el avión continua en su senda de descenso, por lo que es totalmente normal que se situase por debajo de lo ordenado por la torre de control.

Al ser esto detectado por la tripulación, rápidamente desconectan el piloto automático y suben de nuevo el avión de manera manual, lo cual no es criticable de ninguna manera, aún dando por hecho que la maniobra pudo haberse realizado de una manera más o menos brusca.

Por otro lado, algunos «entendidos» en la materia se han apresurado a culpar de los hechos al escaso espacio que existe entre asientos en los aviones de Ryanair, dando a entender que por culpa de la estrechez de los mismos es muy fácil romperse una pierna en este tipo de circunstancias.

Debemos también, una vez más, recordar que la aerolínea irlandesa mantiene un espacio entre asientos superior al de la mayor parte de su competencia, incluídas compañías aéreas que no son de bajo coste, por lo que este tipo de acusaciones carecen del más mínimo sentido.

El caso del niño «endemoniado»

Queremos traer a colación el caso denominado como «del niño endemoniado» o del niño «diabólico», el cual ha causado una fortísima controversia en nuestra página de Facebook.

En el vídeo que publicamos criticábamos la actitud de una madre (hacemos mención sólo a la madre porque la persona que grabó el vídeo indicó que el niño se encontraba sólo con esta) que permitía a su pequeño corretear dando gritos durante 8 horas por el avión, así como subirse al respaldo del asiento y permanecer sentado en el mismo.

Muchas personas intentaron justificar estos hechos aludiendo a la evidencia de que se trata de un niño. Otras lo hiceron insinuando que este podría sufrir algún tipo de síndrome o enfermedad que podría ser la causante de tal conducta.

Puedes ver el vídeo y todos los comentarios en este enlace: El peor vuelo de tu vida.

Utilizamos el caso comentado de Ryanair para ratificarnos en nuestra postura sobre este vídeo, ya que tal y como dijimos, nuestra opinión es que este niño no debería de haber volado en ese estado de agitación.

Si es una mera cuestión de educación, tal y como parece, no existe justificación posible que excuse la actitud del niño y de su madre. Si se trata de un problema médico, aún menos, ya que los niños con necesidades especiales tienen unos tratamientos que evitan situaciones como la que se ve en el vídeo, por lo que sus padres deben tener esto muy en cuenta antes de embarcarlo en un vuelo de más de 8 horas.

Lo que está en juego en este asunto, igual que en el caso del accidentado en el avión de Ryanair, es la seguridad de los pasajeros. El hecho de que el niño grite mucho y moleste al resto de ocupantes del avión es lo menos importante de todo.

Permitir a un niño volar sentado en el respaldo de un asiento, con la cabeza rozando el techo de la cabina, es una auténtica barbaridad. Tal y como acabamos de comentar en el accidente sufrido por el pasajero del avión de Ryanair, en vuelo ocurren múltiples circunstancias que no son advertidas con antelación, como turbulencias o maniobras de todo tipo, razón por la cual se recomienda siempre permanecer en el asiento con el cinturón de seguridad abrochado.

Si el avión en que viajaba el niño hubiese sufrido una turbulencia repentina, por poner un ejemplo de muchas otras situaciones que se pueden dar, las consecuencias físicas para este hubiesen resultado de extrema gravedad.

Desgraciadamente, de haberse producido tales hechos, igual que en el caso que nos ocupa de Ryanair, posteriormente se presentaría la correspondiente reclamación a la aerolínea buscando la indemnización oportuna.

Recordemos que los TCP de cualquier compañía no son ni niñeras ni vigilantes privados, y no tienen la obligación de entretener a los menores de edad a bordo de un avión, ni de perseguir a aquellos pasajeros que rehusan abrocharse su cinturón de seguridad.

Este tipo de hechos ocurren con más frecuencia de la que se pueda creer, y la única manera de evitar problemas es seguir al pie de la letra las recomendaciones que se dan en el interior del avión, evitando interpretaciones personales de las mismas.

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