Muchos viajeros contactan con nosotros interesados en realizar algún viaje a Nueva Zelanda, Australia, o Canadá. En general, nos comentan que son entusiastas de la naturaleza y los grandes espacios abiertos, y les gustaría aprovechar sus días de descanso para salirse de lo habitual, de los caminos ya recorridos por miles de turistas, y respirar aire fresco. En algunas ocasiones, después de estudiar las distintas opciones de desplazamiento, alojamiento, o actividades, nos damos cuenta que esos viajeros se están olvidando de algunos destinos nacionales donde podrían disfrutar de todo aquello que están añorando. Desgraciadamente, esto empieza a pasar cada vez mas a menudo, y se están obviando auténticas joyas cercanas, asequibles e incomparables, para dar prioridad a otro tipo de lugares supuestamente más «cool».
No se trata de hacer comparaciones, que efectivamente siempre son odiosas, pero algunos cuando viajamos y visitamos ciudades como Auckland, Perth, o Vancouver, nos acordamos de Santander, A Coruña, o San Sebastián, y no podemos dejar de imaginar qué pensarían aquellos visitantes que están viendo con la boca abierta las 3 primeras, si pudiesen visitar las 3 segundas.
Cantabria es uno de los mejores ejemplos que pueden demostrar esto: una comunidad autónoma que reúne prácticamente todo aquello que puede resultar interesante al turista que sabe viajar, y que no está especialmente interesado en compartir sus días de relax con hordas de guiris rosados que sólo buscan sol, comida barata, y borracheras económicas.
Es absolutamente increíble el comprobar cómo en un espacio geográfico tan reducido es posible encontrar playas de ensueño, campos a los que todavía no ha llegado la masificación industrial, o montañas vírgenes, dignas de los mejores reportajes fotográficos que se puedan hacer en este planeta. Por si esto fuera poco, las actividades a desarrollar en la zona atraen a profesionales de múltiples deportes, como el ciclismo, el remo, la equitación, o el montañismo, por poner algunos ejemplos. Esto ya puede dar una idea bastante clara y veraz de la calidad y riqueza multidisciplinar del lugar del que estamos hablando.
Nunca dejará de sorprendernos el cuidado, la profesionalidad, y el cariño con el que se exhiben algunos reclamos turísticos en países mucho más modernos, entendiendo por este adjetivo exclusivamente la fecha en la que se constituyeron. Lugares emblemáticos, con apenas unos pocos cientos de años, que reciben la admiración diaria de miles de viajeros llegados de todas partes del mundo, incluída Europa, cuyos habitantes están acostumbrados a pasear por calles medievales o visitar iglesias y catedrales con muchísimos siglos de existencia. En Cantabria esto podría multiplicarse por cien, por mil, o incluso por varios millones, dado que estamos hablando de una localización geográfica en el que es posible visitar el principio de todo, literalmente hablando. Y es que, sin menospreciar absolutamente nada, algunos se muestran estupefactos cuando ponen en sus manos un rifle utilizado en la guerra de independencia de los EEUU, pero nunca han ido a visitar las pinturas rupestres que nos dejaron en herencia nuestros antepasados hace más de 200.000 años.
Sólo por el hecho de seguir conservando hasta nuestros días los tesoros del paleolítico que se guardan en muchas de las cuevas abiertas al público general, esta comunidad debería de figurar en el top 3 de lugares a visitar para la inmensa mayoría de viajeros interesados en volver a sus casas con un plus en cultura.
Es muy difícil, y además sería muy injusto, intentar resaltar pueblos o localizaciones en especial, máxime teniendo en cuenta que nosotros mismos hemos descubierto lugares donde fácilmente no nos importaría quedarnos a vivir para siempre, y ni siquiera eran reconocidos por el mapa, o un GPS. Lo bueno de Cantabria es que permite recorrerla de un extremo a otro sin demasiada dificultad, sobre todo en Primavera y Verano, ya que en Invierno la nieve suele dificultar el tránsito por algunos sitios. Aún así, cuando hace más frío también es posible experimentar las famosas «suradas», viento caliente que llega del Sur y, de repente, eleva un día las temperaturas hasta máximas propias del Verano. Lo más recomendable es perderse por sus carreteras y hacer lo que realmente debería hacer el viajero de verdad: explorar y quedarse con aquello que más le guste.
Podríamos dividir a Cantabria hasta en 3 sectores distintos:
- el primero sería la costa, con el típico paisaje del Norte de España, que comparte con Galicia, Asturias, y el País Vasco. Está formado por una línea paralela al mar donde es posible encontrar playas y pequeñas calas de arena blanca, salpicadas por acantilados donde suele soplar con fuerza el viento. Aquellos que disfrutan surfeando olas han encontrado en Somo, Loredo, o Noja, entre otros, lugares ideales para la práctica de este deporte.
- el segundo sería la montaña, una de las principales razones que atraen a visitantes a Cantabria en cualquier época del año. En Verano es posible recorrer todo el paisaje siguiendo múltiples rutas de senderismo, y en Invierno la mayoría de locales y foráneos se dan cita en estaciones de esquí como la conocida de Alto Campoo.
- la tercera podrían ser los valles del Sur, con unas diferencias climáticas más grandes entre las estaciones de Verano e Invierno, y que contrastan con las temperaturas medias y suaves que se disfrutan en el resto de la comunidad.
Otro de los detalles que más nos llama la atención, sobre todo teniendo en cuenta que no suele ser comentado de manera habitual en los foros turísticos más de moda, es la increíble relación calidad/precio que se puede encontrar en esta comunidad. La facilidad asombrosa para localizar un alojamiento donde cualquiera puede sentirse como si estuviera en su propia casa, lejos de los típicos hoteles de grandes cadenas, donde todas las habitaciones tienen las mismas fotos en la pared, las mismas cortinas, e idénticas camas y demás mobiliario. Aquí es más probable recalar en lugares gestionados directamente por sus propietarios, donde por cantidades escandalosamente bajas para los tiempos que corren, es posible dormir en un entorno sin comparación. Pasa exactamente lo mismo con la comida, y para muestra no hace falta más que pasearse un Domingo al mediodía por alguno de los pueblos más famosos de la zona, donde es posible ver los comedores abarrotados de visitantes degustando productos de primera clase a precios que rozan la ridiculez.
En Turama somos auténticos yonkis de los viajes, necesitamos desplazarnos continuamente y ver cosas nuevas, explorar, y por supuesto contar con posterioridad nuestras aventuras al resto de viajeros de la comunidad. Muchas veces soñamos con destinos que nos meten en la cabeza a base de ingentes cantidades de dinero gastadas en publicidad, televisión, medios escritos o la propia web. Pocos llegamos a darnos cuenta de que ya vivimos en uno de los países más turísticos del planeta, y esto no es por ninguna casualidad ni carambola.
Cantabria es una joya que no está escondida y forma parte de el enorme patrimonio turístico que España está aportando desde hace décadas a viajeros de todo el mundo. Debería estar tipificado como «delito» el plantearse vacaciones o viajes a cualquier otro punto, antes de haber visitado esta comunidad del Norte.
Para disfrutar de unos días de descanso no es necesario esperar durante un año entero a nuestras vacaciones e invertir todo lo ahorrado en ellas. Os invitamos a aprovechar fines de semana, festivos, o los tan esperados «puentes» para acercaros a aquellos sitios que tenéis cerca y todavía no conocéis.