HASTA LAS NARICES DE QATAR AIRWAYS

La estupidez humana no tiene límites, y la mejor prueba de esta afirmación la tenemos en el CEO de la aerolínea Qatar Airways, Akbar Al Baker, que nos tiene acostumbrados a hacer demostraciones en público de su desfachatez, chulería, prepotencia, arrogancia, misoginia y falta de educación.

Se supone que al tener mucho dinero puede tratar al resto del mundo como sus esclavos, igual que hacen en su país con los miles de emigrantes índios y nepalís que se encuentran realizando las obras correspondientes a los mundiales de fútbol del año 2022.

Precisamente, el otorgar por parte de la FIFA la organización de un campeonato del mundo a Catar, es el símbolo evidente de la fuerza que puede tener un pequeño país al que le sobran petrodólares por todas las esquinas, y suele hacer uso de ellos para comprar su reputación. Gracias a este baile continuo y mareante de millones y millones y millones de dólares, tanto la nación como su aerolínea suelen aparecer siempre en los primeros puestos de casi todos los ranking, más por las untadas y gratificaciones que realiza, que por méritos propios y reales.

Ya habíamos contado la manera en la que Qatar Airways realiza su «selección de personal de cabina» en diferentes países de todo el mundo, donde lo que se valora primordialmente es la apariencia física, más que las condiciones reales para desarrollar un trabajo de grandísima responsabilidad. Si no lo has leído, puedes hacerlo aquí.

Una vez que la seleccionada firma el contrato de trabajo, pasa a quedar sometida por completo a los designios de Qatar Airways, que dispondrá de ella de la manera que considere más adecuada, pudiéndola despedir cómo y cuando quiera, sin necesidad de justificar sus decisiones. Por supuesto, se controla su pasaporte y sólo podrá salir de Catar con una visa especial que tienen que otorgar sus empleadores, es decir, la aerolínea, por lo que el control sobre sus trabajadores es total.

Este mismo modus operandi se sigue con todos los trabajadores extranjeros que acuden a prestar sus servicios a Catar, los cuales dependen totalmente de sus jefes, responsables o superiores para poder salir del país, o incluso poder moverse libremente por el. De esta manera se controla su eficiencia y, sobre todo, sumisión, y cualquier acto de indisciplina se castiga al más puro estilo esclavista.

La realidad de las casi 2.000 muertes de trabajadores extranjeros registradas sólo en los últimos años, derivadas de las penosas condiciones en las que tienen que desarrollar su trabajo, es tapada convenientemente a nivel mundial gracias la publicidad pagada tanto por Catar, como Qatar Airways, los cuales se encargan de que este tipo de asuntos turbios no salgan a la luz.

Se calcula que para el año 2022, fecha de comienzo de la competición máxima del fútbol mundial, habrán perdido la vida 7.000 emigrantes extranjeros mientras trabajaban en las obras de construcción y adecuación de estadios. Sólo recordar que estos empleados trabajan 60 horas a la semana, según ha verificado la ILO (International Labour Organisation), y cobran según el país del que procedan.

Si son contratados en India, su sueldo mensual es de 500 €, pero si provienen de Nepal tendrán que trabajar 10 horas más a la semana (70 en total) y cobrarán la cantidad de 300 €. Recordemos que en el denominado «país más rico del mundo» el nivel medio de ingresos al año de sus habitantes es de 120.000 €.

Igual que la tripulación femenina de Qatar Airways, estos trabajadores tienen que vivir en urbanizaciones cerradas donde se controlan todos sus movimientos al milímetro. No es posible entrar o salir de estos edificios sin el permiso correspondiente.

Los insultos

Si hace tan solo unos días saltaba a la luz pública la impresentable actuación de Iberia, solicitando test de embarazo a las aspirantes a formar parte de su personal de cabina femenino, poco se ha hablado, por no decir nada, de la costumbre oficial de Qatar Airways de hacer firmar a sus futuras azafatas un acuerdo por escrito en el que se comprometen a no contraer matrimonio ni tener hijos en los siguientes 5 años posteriores a la firma del contrato.

El incumplimento de esta condición conlleva el despido inmediato.

Pero esto no queda aquí, coincidiendo casi con la salida de la noticia correspondiente a los test de embarazo de Iberia, el impresentable responsable de Qatar Airways, Al Baker, manifestaba en público que recomendaba a todo el mundo volar en sus aviones, ya que sus pasajeros tienen más espacio para las piernas y la media de edad de su tripulación de cabina femenina es de 26 años.

Adornaba tan bonitas palabras de la siguiente manera: «no tienes necesidad de volar en esa mierda de aerolíneas americanas, donde siempre te atienden abuelas...».

Esta mezcla de ser humano, híbrido entre Donald Trump y el Señor Burns (jefe de Hommer Simpson), cree que todos somos de su misma condición. Probablemente esté convencido de que todos los hombres miramos y tratamos a las mujeres de la misma manera a cómo lo hace él, pero no es capaz de darse cuenta de que no todos estamos tan enfermos, ni tan necesitados.

Puedes ver el vídeo de las estúpidas declaraciones de Al Baker aquí, y su correspondiente disculpa por escrito aquí.

No sabemos si duelen más las declaraciones de este pobre hombre rico, o las risas y aplausos de todos los pelotillas de turno que se encontraban allí reunidos.

La verdad

La verdadera razón por la cual el impresentable de Al Baker se desmarcó una vez más con este tipo de insultos, desprecios, y declaraciones propias del propietario de la mansión de PlayBoy, es la pataleta que ha cogido al no permitírsele en EEUU campar a sus anchas, como hace en el resto del mundo.

Qatar Airways está sufriendo una crisis, diríamos que pequeña crisis para la aerolínea y el país, dado que van de la mano económicamente.

Desde la llegada de Trump al poder, se declaró la guerra abierta a las grandes aerolíneas árabes, fuertemente subvencionadas por sus países de origen y que no compiten en igualdad de condiciones que sus rivales europeas o americanas.

Primero se empezó con la prohibición de llevar a bordo aparatos electrónicos de tamaño mayor al de un móvil, lo cual supuso una bajada muy importante de billetes vendidos en todas las compañías afectadas. Posteriormente, los países vecinos y limítrofes con Catar acusaban abiertamente al régimen de este país de subvencionar a grupos terroristas, razón por la cual prohibían operar a Qatar Airways en sus territorios y hacer uso de su espacio aéreo.

Esta medida ha provocado que los aviones de Qatar Airways tengan que hacer, en muchos casos, desvíos de más de dos horas para poder seguir sus rutas a Europa o EEUU.

Las pérdidas de beneficios en un país multimillonario que corre con todos los gastos de su aerolínea, apenas se han hecho notar. Qatar Airways ha procedido a cancelar el pedido de 4 Airbus A350-900S, encargados en Junio del 2007, y este ha sido su único movimiento negativo de los últimos meses.

La compañía ha determinado, igual que el país, que la mejor manera de integrarse e influir tanto en América como en Europa, es hacer uso de su poder financiero y entrar en todas las empresas más significativas.

De esta manera, el régimen absolutista catarí ha adquirido recientemente el 10 % de la sociedad propietaria del mítico Empire State Building, en Nueva York, o un 10 % de los grandes almacenes «El Corte Inglés» en España.

Por su parte, Qatar Airways domina claramente el grupo IAG, en el que se engloban Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus, con un 20% del total de su accionariado. En Sudamérica también se ha hecho con un 10% del mayor holding aéreo actual, la compañía LATAM, fruto de la unión entre la chilena LAN y la brasileña TAM. Qatar aspira a aumentar este porcentaje en breve.

Además, cuenta con el 50% de las acciones de la italiana Meridian Fly, la aerolínea india IndiGo, y ha optado por hacerse con Alitalia.

La guerra con American Airlines

Sin embargo, al impresentable de Al Baker no le dejan tanta libertad de movimientos en los EEUU.

Como respuesta a lo que la aerolínea cree un ataque por parte de la administración Trump, Baker ha anunciado la próxima compra de un 10 % de las acciones de American Airlines, por un importe de 2.38 billones de dólares.

Por supuesto, a la compañía norteamericana no le ha sentado nada bien esta decisión y ha anunciado hace un par de fechas la anulación del acuerdo que mantenía con Qatar Airways para volar haciendo uso del código compartido entre las dos aerolíneas.

Por otro lado, le han recordado a Baker que en el mercado abierto sólo podrá adquirir un 4,74% de acciones, máximo permitido, y que el resto quedará pendiente de la aprobación por parte de los organismos competentes. Este visto bueno se prevé bastante complicado.

Ante tal respuesta por parte de los EEUU, Baker hizo uso una vez más de su tremenda arrogancia y agresividad, afirmado que conocía el efecto que esta decisión tenía en sus rivales americanos, pero que estaban en el medio de una guerra comercial y que él sólo pretendía «pasar sal por las heridas de sus rivales«.

Por último, no podemos dejar de señalar que actualmente Qatar Airways está actuando de aerolínea esquirol en la huelga que los TCP de British Airways están manteniendo con la compañía.

La decisión de Alex Cruz de acogerse a un wet lease (alquiler de aviones y tripulaciones) con la aerolínea catarí, ya ha traído cola y va a seguir aumentando la polémica en el futuro. De esta manera, British Airways hace uso de 9 Airbus A320 de Qatar Airways para cubrir las rutas que se dejan de atender a consecuencia del parón, lo cual está siendo investigado ahora mismo para poder determinar si se está atentando contra el libre derecho a manifestación de los empleados de la aerolínea inglesa.

Por nuestra parte, estamos hartos, cansados y aburridos de personajes como Al Baker y aerolíneas como Qatar Airways. En comparación con el CEO de la compañía de Catar, Michael O´Leary (CEO de Ryanair) es una hermanita de la caridad, y eso ya es decir bastante.

Hartos del machismo y esclavismo en Qatar Airways, hartos de la chulería y prepotencia de su máximo responsable, hartos de los desmanes de un régimen absolutista que trata a los trabajadores como esclavos, hartos de que los petrodólares sean la moneda de cambio para callar todas las bocas.

Hasta las narices de Qatar Airways.

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