LA COMIDA DE LOS AVIONES

No hace muchos años, la comida en vuelo era un servicio que se daba por hecho en cualquier ruta transatlántica o transoceánica operada por casi todas las compañías aéreas. Por supuesto, también estaba incluído en la tarifa del billete el importe correspondiente a la facturación de una maleta, y servicios a bordo como la simple utilización de una manta.

En caso de vuelos de menor duración, normalmente se entregaba una bebida o un pequeño snack, como los famosos cacahuetes que marcaron época durante muchos años.

Hoy en día esto ha cambiado totalmente. Con la excusa de una supuesta bajada en el precio de los billetes, que en realidad esconde otros muchos factores determinantes de los que ya hemos hablado en otras ocasiones, este tipo de servicios, conocidos como «ancillaries», tienen una consideración de extra y es necesario adquirirlos a mayores, pagando el suplemento correspondiente.

Desde los 10 euros que se están cobrando en Hawaiian Airlines por poder hacer uso de una manta dentro del avión, a los 25/30 euros que cobran algunas aerolíneas por su servicio de catering a bordo, los precios de estos extras a mayores son los que actualmente están marcando la diferencia para las aerolíneas, y con los que están consiguiendo beneficios muy importantes.

El top 10 de aerolíneas que más ingresos obtienen de los «extras»

¿Y si no comemos en el avión?

Pues esta sería una opción como otra cualquiera. Un ser humano sano puede resistir perfectamente un ayuno de 24 horas sin grandes repercusiones físicas, pero tampoco parece muy normal que tengamos que sufrir de inanición por el mero hecho de viajar.

En vuelos dentro de la Unión Europea puede ser mucho más sencillo el hacerse con algo para picar, primero porque las distancias son bastante cortas, y en segundo lugar porque no hay apenas restricciones de alimentos al viajar a otros países de la UE.

Sin embargo, la cosa cambia bastante si nuestro destino está en los EEUU, en Australia o en Nueva Zelanda, por ejemplo.

En estos países hay que ser muy cuidadoso a la hora de transportar alimentos en la maleta, ya que la lista de prohibiciones es bastante extensa.

En nuestras antípodas son especialmente sensibles con este tema y el mero hecho de haber llevado en nuestro equipaje en algún momento del trayecto un simple bocadillo, o alguna fruta, es detectado con asombrosa facilidad por los perros entrenados de los que disponen los servicios de aduanas.

Los menús

Algunas compañías aéreas gustan de dotar a sus platos de ingredientes con las características propias de su cultura, sobre todo las que pertenecen a países árabes o islámicos. Otras, sin embargo, se limitan a dar de comer de la mejor manera posible, y no siempre aciertan.

Iberia

La calidad de la comida en la aerolínea española fluctua como las acciones en bolsa. Depende mucho del tipo de tarifa que hayas abonado y la clase en la que estés sentado.

Sin embargo, la elección de vinos tiene bastante prestigio a nivel internacional, lo cual a nosotros no nos sirve de mucho si tenemos en cuenta que los sabores, principalmente el de las bebidas alcohólicas, varían enormemente en altura.

Aún así, la comida de Iberia no es ni de lejos la peor que hemos probado dentro de un avión, incluso en clase turista o economy.

Air Europa

Esta aerolínea es de las que da de comer, sin más, lo cual a nosotros no nos disgusta especialmente.

A diferencia de otras compañías punteras a nivel internacional que abusan de las salsas, el picante y las especias, en Air Europa es posible comer un filete de pollo con unas patatas y hacerse un regalo a la hora del postre con un pedazo de tarta.

La verdad es que no necesitamos mucho más.

Vueling

La lowcost española, de momento, no trabaja el largo recorrido por lo que su catering se limita a un menu de bocadillos, sandwiches y alguna cosilla más.

Air France

Nuestros vecinos franceses se toman muy en serio esto de la gastronomía, incluso dentro de un avión.

Como ya dijimos anteriormente, nosotros creemos que a 11.000 metros de altura y con una presión interior equivalente a unos 2.500 metros, el sabor de los ingredientes no es el mismo que en tierra, por lo que somos más de los que apostamos por platos sencillos y de fácil digestión.

Aún así, se les reconoce el mérito.

British Airways

Seamos sinceros, el Reino Unido nunca ha destacado por su riqueza culinaria, y servir «fish and chips» dentro de un avión resultaría demasiado oloroso.

Desde la llegada del español Alex Cruz a la dirección de British Airways, una de las cosas que más se ha criticado por sus pasajeros han sido los recortes en el catering. Tal y como apuntábamos con Iberia, las diferencias entre la comida de la clase economy, a la premium economy o a first, es enorme.

Para nuestro más bien poco refinado gusto, uno de los peores menús que se pueden probar a bordo de un avión, aunque nos gustan sus postres.

Emirates

No hay color. Incluso en asientos de tarifa economy la comida es bastante buena y de calidad.

Menú con varias opciones, tanto de comida como de bebida, cubiertos decentes, porciones adecuadas y en cantidad más que suficiente.

Sin duda, una de nuestras preferidas en lo que a comida se refiere.

Qantas

Nuestros amigos de la compañía bandera australiana, por otro lado, no acaban de acertar con los menús que sirven a bordo.

Demasiada mezcla de salsas extrañas, muchísimo picante en todo y una lluvia de sabores que al final no sabe realmente a nada.

En este aspecto, Qantas está muy por debajo de la competencia.

Finnair

La aerolínea finlandesa de moda nos gusta porque puedes optar por meterte entre pecho y espalda una lasagna que rebosa grasa por los 4 costados, o pedir una ensalada saludable hecha con bastante gusto.

El quesito y las frutas también ayudan a matar el hambre, y están bastante buenos.

Air Koryo

No queríamos terminar este artículo sin hacer una mención especial a la compañía bandera de Corea del Norte, considerada una de las peores del planeta.

Por supuesto, la comida también va a la par y por esto es mundialmente famosa la hamburguesa que se sirve en el catering, de dudosa procedencia y composición.

Pocos son los que se atreven a engullirla entera, pero como una imagen vale más que mil palabras, ahí os la dejamos en todo su esplendor.

Por si no lo sabíais, las bandejas con varios servicios más pequeños que se utilizan en los aviones también tienen un componente psicológico muy importante.

Varios estudios y encuentas realizadas entre usuarios de la mayor parte de compañías aéreas que operan alrededor del mundo, confirman que los pasajeros más ansiosos suelen relajarse a la hora de repartir la comida, sobre todo cuando ven a los TCP en los pasillos.

Además, el hecho de tener que poner bastante cuidado para ir comiendo de cada bandeja y no tirar la comida al suelo o mancharse, distrae la atención de aquellos que sufren de aerofobia.

Por otro lado, determinados grupos de alimentos, principalmente aquellos que contienen gran cantidad de carbohidratos, como la pasta o las patatas, predisponen al pasajero para dormir.

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