SINVERGÜENZAS DEL AIRE

Algunos se pensaban que haciendo la trampa el último día del año conseguirían pasar desapercibidos y que nadie se fijase demasiado en sus fechorías. Lamentablemente para ellos, en Turama no nos callamos ni debajo del agua y vamos a dedicarles nuestro último post del año diciéndoles unas cuantas cosas que se merecen oir.

La noticia

El grupo IAG, que comprende a Iberia, British Airways, Vueling, AerLingus, Level y demás filiales, confirma la compra de los activos de la difunta aerolínea austríaca NIKI. En concreto, un máximo de 15 aviones y los preciados slots (derechos de aterrizaje y despegue) que la compañía tenía en varios aeropuertos de toda Europa.

Además, rescatan del paro a casi 800 empleados austríacos, que habían perdido su empleo el día en el que NIKI se declaró insolvente y tuvo que cesar sus operaciones.

Supuestamente, la nueva compañía de IAG pasará a funcionar como una filial de Vueling y probablemente conserve su nombre y la mayoría de sus rutas.

La operación costará unos 20 millones de Euros, además de otros 20 que se inyectarán como un fondo de liquidez.

El truco

IAG ya había anunciado que estaba interesada en NIKI antes de que esta cerrase, pero el último día en el que se podía salvar a la aerolínea se echó atrás y comunicó que ya no tenía intención de hacerse con ella, dejando que entrase en quiebra y perjudicase muy gravemente a miles de pasajeros que, de la noche a la mañana, vieron como una vez más se quedaban en tierra o simplemente ya no podrían volar con ella.

La espantada en el último minuto de IAG provocó un nuevo caos en el sector aéreo europeo. Cientos de miles de billetes vendidos que ya no valían absolutamente nada, de nuevo, se marcharon por el desagüe de los hogares de los pasajeros afectados, que tenían que apresurarse para volver a comprar los mismos asientos con otras aerolíneas, a precios mucho más caros.

Al mismo tiempo, la Unión Europea vetaba la compra de NIKI por Lufthansa, aludiendo al control del mercado que podría llegar a tener la compañía alemana sin ningún rival que le pisase el negocio.

En Turama ya anticipábamos que esto no era más que una mera estatregia comercial para dejar morir a NIKI y aprovecharse posteriormente de sus restos, sin darle la más mínima importancia a todos los clientes que ya habían pagado religiosamente sus billetes, en ocasiones, con muchos meses de antelación.

La sirvengüencería del aire no tiene límites. Ahora vendrán a vender su imagen corporativa a los mismos a los que dejaron tirados, su interés y cuidado por el pasajero, su filosofía empresarial heredada de los mismísimos Barbanegra, o Francis Drake.

¿No se podía haber negociado una fórmula para cerrar la misma operación sin tener que perjudicar a tanta gente?.

¿Con qué cara se quedan los pasajeros afectados de NIKI que en cuestión de días volverán a ver sus aviones volando como si no hubiese pasado nada?.

¿Por qué la Unión Europea veta la compra de NIKI por Lufthansa, que hubiese evitado su cierre, y prefiere que entre en quiebra para regalársela a otro postor?.

El desmantelamiento de Iberia

Para aquellos que todavía no nos creen cuando hablamos del desmantelamiento progresivo de Iberia, que llevará a su desaparación definitiva o conversión en otra lowcost de precios no precisamente económicos, sólo tienen que ver y estudiar el movimiento que acaba de hacer IAG.

Mientras Iberia acaba de echar a la calle a otros 1.000 empleados más con su tercer ERE, con lo que ya suman 5.500 despidos en los últimos años, IAG saca del paro a 800 trabajadores austríacos de NIKI.

En vez de invertir en sus propios medios y empleados, el grupo prefiere despedir a su personal y contratar al de otras compañías.

Así como Level sigue su plan de expansión y compra nuevos aviones para servir más destinos, Iberia tiene que cerrar los suyos. Cuando la nueva lowcost oferta viajes interesantes a destinos de moda y con posibilidades de futuro, Iberia tiene que echar el cierre a sus rutas por baja rentabilidad.

Ahora se da cuenta de que Malabo (Guinea Ecuatorial) no es una ciudad interesante para el viajero, y declara que no le reporta beneficio alguno. Afortunadamente, todavía sigue abriendo nuevas rutas a la meca del turismo internacional, la ciudad de Managua (Nicaragua), a la cuna de la paz y estabilidad política en Tel Aviv (Israel), o a una de las ciudades más «bellas», «seguras», e «interesantes» de Africa, Johannesburgo.

Mientras la nueva NIKI seguirá sus vuelos a múltiples capitales europeas con tarifas muy reducidas, Iberia hará lo propio por el doble de precio. El negocio está asegurado, ¿o no?.

Que nadie dude que Iberia seguirá recortando personal el año 2018, en forma de cuarto ERE o de manera más discreta, y que nadie dude tampoco que el grupo IAG seguirá invirtiendo exclusivamente en sus aerolíneas de bajo coste, como Level, Iberia Express, Vueling, AerLingus o la propia NIKI.

Los mismos empleados que poco a poco van saliendo de las llamadas compañías «tradicionales» (no lowcost), son los mismos que necesitan sus homólogas de bajo coste para poder seguir creciendo. Una puerta giratoria que empobrece las condiciones de trabajo de los empleados y la calidad del servico que se oferta a los pasajeros.

Nos alegramos, y mucho, por los 800 empleados de NIKI que volverán a sus puestos de trabajo. Desgraciadamente, 1.000 compatriotas de Iberia tendrán que celebrar este año nuevo desde las listas del paro.

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