Mi recorrido por los fiordos del oeste fué breve, pero intenso. Mi aventura terminó en Patreksfjördur y no pude llegar a Isafjödur, donde tenía previsto dormir, porque el estado de la carretera era pésimo, con múltiples obras y enormes camiones bulldozers circulando por las angostas carreteras de grava (muy habituales en toda Islandia), y la meteorología no ayudó, con un…