En este país en el que vivimos nadie ni nada es indispensable, excepto los cientos de miles de políticos, consejeros, cargos, carguitos y carguetes de todo tipo que se acumulan en administraciones locales, regionales y estatales. No pasa nada si faltan médicos, maestros, o jueces, pero el mundo podría llegar a detenerse si no se contratan ingentes ramilletes de asesores…