Antes de partir en busca de aventuras, es conveniente pensar en posibles «emergencias» médicas que podemos sufrir durante nuestro viaje. Evidentemente, vamos a dejar de lado los problemas graves, que deben de ser resultos en un hospital por profesionales médicos, y tampoco vamos a enseñar a realizar una traqueotomía de urgencia con un bolígrafo «bic». Nos centraremos exclusivamente en el tipo de incidencias que sí son susceptibles de ser resueltas con nuestros propios medios.
Para preparar su botiquín de viaje muchos viajeros consultan con el Doctor Google, del cual se desconoce la facultad de medicina en la que estudió. Este recomienda un sinfín de medicación e implementos, que serían suficientes para montar un pequeño hospital de campaña.
Lo cierto es que la red ofrece un despliegue infinito de información, que lo más probable es que cause todavía mayor desconcierto en el viajero.
Por esta razón, en Turama hemos ido a hablar con profesionales médicos que nos han dado estas recomendaciones:
1. Analgésicos:
Paracetamol/Ibuprofeno. Estos medicamentos nos servirán para tratar el dolor y la fiebre. Es preferible la presentación en pastillas, ya que no en todos los lugares donde estemos dispondremos de agua para poder disolver un sobre o efervescente.
Estos medicamentos pueden aliviarnos tanto en caso de padecer gripe, o un resfriado, como de disminuir un dolor provocado por algún tipo de traumatismo.
2. Antiácidos:
Sí, estamos de vacaciones y tenemos que reconocer que vamos a probar sabores nuevos, probablemente nos excedamos más de la cuenta, y no nos libraremos de las trangresiones alimentarias, que es la manera más trendy de llamarle en la actualidad al empacho de toda la vida. Asumámoslo y preparémonos.
3. Antidiarréicos.
El que no haya sufrido nunca la diarrea del viajero, es que no ha viajado en su vida. Se trata de un problema frecuente, que normalmente no reviste gravedad, ya que el cuerpo acaba acostumbrándose a los cambios de microorganismos y de medio ambiente, pero que puede resultar muy molesto y fastidiarnos varios días de nuestras vacaciones.
El tratamiento en este caso sería la hidratación y una dieta blanda. Los antidiarréicos pueden mejorar los síntomas, pero no deben de utilizarse si la diarrea se acompaña de sangre o fiebre alta.
4. Biodramina.
¿Verdad que todos conocemos a alguien que se marea en el coche, en el barco, o en el avión?. Simplemente por esta razón se recomienda llevarla siempre en nuestro equipaje.
Ojo, hay que recordar que uno de los efectos secundarios de este medicamento es la somnolencia, así que si tenemos que conducir, es mejor llevar la presentación con cafeína.
5. Gotas oculares.
Se recomiendan especialmente para viajes largos. La falta de humedad en la cabina de un avión, el aire acondicionado, el viento, la exposición a luz artificial, o la simple falta de sueño pueden producir sequedad e irritación ocular.
Además de que nuestros ojos nos lo agradecerán, evitaremos el aspecto de un vampiro sediento de sangre.
6. Material para realizar pequeñas curas.
Un roce, corte, o una ampolla en un pie después de una larga caminata son incidencias que solucionaremos rápidamente con tiritas, un paquete pequeño de gasas, esparadrapo, y un bote pequeño de clorhexidina. A pesar de que este nombre nos va a costar más pronunciarlo en la farmacia, es mejor para llevar dentro de nuestra maleta que el típico betadine o povidona yodada, ya que en caso de derramarse dentro de la misma, no dejará toda nuestra ropa teñida de un tétrico color marrón. Por no hablar de las explicaciones que habría que dar en caso de tener que abrir la maleta en una aduana…
7. Venda elástica.
Totalmente imprescindible por los múltiples usos que se le puede dar en caso de emergencia. De hecho, los golpes y torceduras son una de las principales causas de consulta médica durante las vacaciones.
8. Repelente de insectos y pomada para las picaduras.
No se trata sólo de que nunca vamos a saber cuándo podemos encontrarnos frente a un «abejonejo». Un repelente de insectos puede evitar enfermedades más graves, como cualquiera de las producidas por la picadura de mosquitos infectados. La malaria, el dengue y mucho más actualmente el zika, pueden arruinar nuestras vacaciones
9. Protección solar/bálsamo labial.
Siempre en nuestra maleta. Si vamos a estar expuestos al sol de forma prolongada, incluso en invierno, ya que los rayos solares también se filtran a través de las nubes, debemos aplicarnos un protector solar con filtro adecuado a la estación, la altitud y el tipo de destino.
Las quemaduras solares nunca deben de tomarse como un «souvenir» que nos traemos a casa de nuestras vacaciones, ya que el daño solar se acumula en nuestra piel.
10. Sentido común.
Probablemente el elemento de nuestro botiquín del que a veces no hacemos uso.
Es importante recordar que cada viajero deberá personalizar este botiquín según el destino elegido, duración y tipo de viaje a realizar. Si el viajero pacede alguna alergia o una patología crónica, como diabetes o asma, deberá llevar consigo medicación suficiente para todo el viaje.
Recordemos que los fármacos deben de ir en sus envases originales y acompañados de las respectivas recetas médicas, para aquellos que las precisen, ya que en caso contrario, en determinados países, podrían tomarse como sustancias sospechosas o prohibidas.
Por último, nuestra tarjeta sanitaria, o seguro de viaje, deberá ir siempre con nosotros.
Antes de viajar, no te olvides de consultar nuestra sección de Países, donde podrás encontrar información útil sobre la sanidad y vacunación en los lugares de destino.