Sabemos que ya conoces la Catedral de Santiago, la Torre de Hércules y las islas Cíes, pero quizás se te han quedado en el tintero muchos puntos de la geografía gallega que merecerían regresar al país de los mil ríos.
Entre otros tantos, nosotros te proponemos:
Fragas do Eume
9.000 hectáreas del bosque atlántico mejor conservado de toda Europa.
Se recomienda la visita a pie y subir hasta el Monasterio de Caaveiro.
Cabo Ortegal
¿Cómo te puedes perder este lugar de película, enclavado en un municipio que se llama Cariño?.
San Andrés de Teixido
Dice el dicho que a San Andrés de Teixido «va de muerto quien no fue de vivo…».
La leyenda apunta a que quien no conoce este lugar y su capilla en vida, está obligado a hacerlo una vez haya muerto, pero reencarnado en un animal.
Es para pensárselo, ¿no?.
Pesqueiras de Arbo
Estas construcciones en piedra, ubicadas en el bajo Miño, datan de la época de la ocupación romana y se utilizaban para la pesca de la lamprea.
Probablemente, este pez de difícil definición y aspecto prehistórico, sea uno de los manjares más extraordinarios que nunca has probado.
Praia de Razo
La playa de Razo, con sus más de 6 kilómetros de longitud, es la más grande a mar abierto de toda Galicia.
Hoy se ha convertido en un santuario para los surfistas, pero a pesar de su tamaño, sólo se recomienda el baño en los puntos indicados por los socorristas.
Illa de Arousa
Con tan solo 7 kilómetros cuadrados, esta isla de la provincia de Pontevedra se considera el Caribe Gallego.
Probablemente, una de las puestas de sol más bellas que se pueden ver en la Comunidad Gallega.
Muralla de Lugo
Este Patrimonio de la Humanidad data del año 13 antes de Cristo.
Sus más de dos kilómetros de longitud, 85 torreones y 10 puertas, se conservan prácticamente intactas desde que eran atravesadas a diario por los soldados romanos.
Casco antiguo de Pontevedra
Pasear por la Plaza de la leña, o de la verdura, es como regresar en el tiempo a la época medieval.
Santa Cristina de Ribas de Sil
En el corazón de la Ribeira Sacra, provincia de Ourense, y a escasos kilómetros de los imponentes Cañones del Sil, se esconde en el bosque esta joya.
Visitar los restos del Monasterio Benedictino es una experiencia inolvidable.
Castro de Baroña
Este antiguo poblado celta data del siglo I antes de Cristo y se sitúa en una pequeña península.