El grado de saturación al que están sometidos todos los tripulantes de cabina del sector aéreo es tan sumamente grande, que se hace necesario habilitar una vía que facilite el escape de presión, con el fin de minimizar el riesgo de una auto implosión en pleno vuelo que podría afectar al resto de pasajeros.
Hoy, les dejamos este espacio para que se desahoguen sin problema y nos cuenten sus pensamientos más profundos, oscuros y secretos, que normalmente se relacionan con todo tipo de barbaridades con las que tienen que lidiar prácticamente a diario.
Preguntas estúpidas
Betty, creadora de «Confesiones de una auxiliar de vuelo saturada», ha logrado recopilar cientos de las preguntas más ridículas que le han hecho a bordo de un avión, entre las que destacamos las siguientes:
«¿No hay líneas entre las provincias?«. Sí, y las Islas Canarias están dentro de un cuadrito que flota en el Océano Atlántico.
«¿Tengo que cambiar yo la hora en mi reloj, o se cambia solo cuando lleguemos?». Si lo adquirió en un joyería, se actualiza solo, pero si lo ha comprado en el chino, lo más probable es que ya ni funcione.
«¿Ya hemos aterrizado?». Claro, pruebe a abrir la puerta y salir, pero cuidado con el escalón.
«¿Y no hay otra cosa para comer?». Para comer no, pero si su Majestad espera un momento, ahora viene el sumiller para tomar nota de las bebidas.
Maniatar a pasajeros
«Afortunadamente no pasa muy a menudo, pero sí, tenemos que estar preparados para esposar, o maniatar, a un pasajero si está poniendo en peligro la seguridad a bordo«. De esta manera explicaba una auxiliar de vuelo a la periodista Lizzy Porter, el porqué era necesario este tipo de entrenamiento.
«Lo bueno que tiene, es que siempre puedes practicar en casa con tu pareja…».
Levantarse justo después del aterrizaje
Por fin, una tripulante de cabina de Virgin Atlantic encontró la fórmula perfecta para evitar que los pasajeros se levanten poco después de tomar tierra, y antes de que se apague la señal que obliga a permanecer con el cinturón de seguridad ajustado.
El truco que implementó consiste en anunciar por megafonía dentro de la cabina el siguiente mensaje:
«Lamentablemente, y a consecuencia de las nuevas regulaciones del sector, es obligatorio que varios pasajeros se queden dentro del avión limpiando los baños. Si hay alguien que quiera presentarse voluntario, sólo tiene que levantarse después del aterrizaje y antes de que se apague la señal correspondiente al uso del cinturón. Contamos con su ayuda y muchas gracias por adelantado».
Fallecimientos a bordo
En algunas ocasiones, y a consecuencia de causas naturales, se producen fallecimientos a bordo de aviones comerciales.
En el famoso programa de la BBC «A Very British Airline», un encargado de la formación de futuros tripulantes de cabina para British Airways, comentaba la mejor manera de pasar por este trance, sin generar malestar entre el resto de pasajeros.
«Hace muchos años, había tripulaciones que escondían el cadáver dentro de algún baño del avión, lo cual es una enorme equivocación y una falta de respeto para el fallecido. Apoyado en un retrete no hay manera de evitar que pueda golpearse si surgen turbulencias, rebotando de un lado a otro dentro del WC. Además, y si se trata de un vuelo largo, el rigor mortis podría dificultar enormemente el poder sacarlo de allí».
«Una vez se ha confirmado la muerte del pasajero, lo ideal es poder trasladarlo a alguna ubicación más discreta dentro de la cabina, arroparlo con una manta hasta el cuello, colocarle un antifaz, y dejar al lado un vaso de vodka y un ejemplar del Daily Mail».
Novatadas
Betty, el sobrenombre de la TCP creadora de la columna «Confesiones de una auxiliar de vuelo saturada», relata una de sus novatadas preferidas, la cual ha puesto en práctica en diversas ocasiones con todos los tripulantes de cabina que se estrenaban por primera vez en un vuelo.
«Consiste en darle al novato dos bolsas de reciclaje, explicándole que es necesario tomar muestras de la calidad del aire en Primera Clase, y también en Economy. Una vez ha llenado las bolsas de aire, lo cual tiene que hacer en medio del pasaje, se le facilitan instrucciones para que deje ambas muestras al despachador de la compañía, o al encargado de puerta. Lo mejor es ver la cara de estos cuando se las entrega».
Vuelos Ferry
Así se denominan aquellos vuelos que se realizan sin pasajeros a bordo, y son el momento ideal, según Betty, para poder divertirse un poco.
«Hay un truco que consiste en meter un poco de papel higiénico en el retrete, y llevar el rollo con el resto a lo largo de todo el pasillo. Después, sólo tienes que tirar de la cadena, y verás como se levanta por el aire y desaparece en apenas un segundo».
Las peores nacionalidades
Según la opinión de una auxiliar de vuelo de la aerolínea Norwegian, «los peores pasajeros suelen ser los procedentes del Reino Unido y los EEUU. Son excesivamente exigentes y siempre te amenazan con una demanda. Por otro lado, creo que todos convenimos en que nuestros pasajeros favoritos suelen ser escandinavos, siempre contentos y amables con todos».
Una de las cosas que más le llamó la atención al empezar a trabajar como tripulante de cabina, fue el hecho de que un pasajero podía ser detenido si decidiese embarcar con sus propias bebidas alcohólicas, y consumirlas dentro del avión durante el vuelo.
Mile High Club
Según Mandy Smith, autora del libro «Cabin Fever«, cada vez son más aquellos que deciden pasar a formar parte de este club imaginario, en el que entras automáticamente si mantienes relaciones sexuales durante un vuelo y a más de una milla de altura (1.600 metros).
Tal y como relató a la cadena de televisión ITV: «si ves a dos pasajeros que comienzan a sobrepasarse, te acercas a ellos y educadamente les pides que paren. Normalmente es suficiente, aunque otros deciden correr hasta el baño. En ese momento, lo único que puedes hacer es llamar a la puerta y solicitar que salgan».
Mandy también ha confesado que conoce diversos casos relativos a tripulantes de muchas compañías aéreas, que en algún momento pasaron a formar parte del Mile High Club, mientras se encontraban trabajando.
Otra auxiliar de Norwegian señala que esto ocurre, al menos, una vez al mes, pero que el porcentaje de «éxito» tan solo llega en el 30% de las ocasiones.
Sin chalecos salvavidas
Según George Hobica, fundador de «Airfare Watchdog«, hay algunas aerolíneas que no requieren a sus tripulantes el comprobar que cada asiento dispone de su chaleco salvadidas, al finalizar el día.
Hobica dirigió su preocupación a los responsables de British Airways, añadiendo que a algunos pasajeros les gusta llevarse este tipo de «recuerdos» de los aviones, lo que podría poner en serio peligro a los futuros ocupantes de esas butacas.
Una tripulante de cabina de la compañía inglesa respondió indicando que todos los aviones tienen repuestos de chalecos salvavidas, y que si su temor es encontrarse sin el suyo, lo que debería de hacer es verificar en el momento de sentarse que este se encuentra exactamente donde debería estar.
Lo que más irrita
Según una encuesta realizada en el portal Flight Attendant Career Connection, las 6 actitudes de algunos pasajeros que más molestan a los tripulantes de cabina son:
- Tomarse todo el tiempo del mundo para decidir qué quieren comer o beber.
- Dejar basura y todo tipo de desperdicios en el bolsillo del asiento anterior.
- Seguir con los auriculares puestos cuando piden algo.
- Andar descalzos por la cabina.
- Levantarse para ir a conversar al galley (el área de trabajo de los TCP dentro del avión).
- Quejarse por la mala conexión WIFI.
Armar rampas
Bueno, es necesario confesar que en ocasiones, algunos auxiliares se han olvidado de desarmar rampas.
Cuidado con el sobrepeso
Se trata de un tema de actualidad, a consecuencia del reciente despido de una tripulante de cabina perteneciente a Malaysia Airlines, que había superado en 700 gramos el peso máximo establecido por la aerolínea.
Según declara Beth Windsor, auxiliar de vuelo de una compañía privada, «hay muchas aerolíneas que son especialmente exigentes con este asunto. Además, si subes o bajas de peso no te facilitan otro uniforme, y en el caso de que no seas capaz por tus propios medios de ajustarte a sus requerimientos, pasarías a entrar en un programa especial destinado a cuidar tu alimentación».
Y con la altura
Muchas compañías aéreas exigen una altura mínima para sus tripulantes de cabina. Para el caso de las mujeres, suele situarse alrededor del 1.65, ó 1.70 metros.
Para Etihad, cualquier auxiliar de vuelo tiene que alcanzar un punto situado a 2.10 metros, sin ningún tipo de calzado.
Emirates sube esta condición hasta los 2.12 metros, permitiendo ponerse de puntillas.
Air New Zealand solicita a sus tripulantes el poder levantar un peso de 10 kg hasta una altura de 1.70 metros, sin calzado y sin despegar los talones del suelo.
American Airlines indica claramente a sus auxiliares de vuelo que «cualquier vello que sobresalga de la nariz o los oídos, debe de ser recortado». Además, exige una dentadura frontal completa.
Señales secretas
Tal y como indica Tina Milton, formadora de futuros tripulantes de cabina, «además de distintos códigos operativos, que por razones de seguridad sólo conoce la tripulación, existen otros muchos que se han ido desarrollando a lo largo de los años para describir situaciones tan concretas como un pasajero que se ha quedado atascado dentro del baño, u otro que se ha pasado con la bebida».
«Al final, se ha desarrollado un lenguaje propio, que normalmente sólo conocen aquellos que trabajan dentro de la cabina de un avión, destinado a economizar y ser lo más discretos posible».
Entrenamiento de supervivencia
Beth Windsor señala la necesidad para los tripulantes de cabina de pasar un entrenamiento básico de supervivencia:
«Sabemos cómo construir un refugio, conseguir agua potable, o pedir ayuda en casi cualquier escenario. No somos boinas verdes, pero sí, si alguna vez sufres un percance y te quedas aislado en el desierto, la jungla, o en el Artico, estas más seguro si permaneces a nuestro lado».