A AIREUROPA LE CRECEN LOS ENANOS

Nos consta que la aerolínea española está haciendo todo lo posible para intentar revertir los malos resultados del pasado año y beneficiarse, como todas, del incremento de turistas y pasajeros que deciden pasar sus vacaciones en nuestro país.

Sin embargo, hay factores que escapan a su control y que también están perjudicando de manera muy grave a muchas otras compañías aéreas.

En este caso, se trata de un asunto especialmente delicado, que se ha intentado mantener en el más profundo secreto para evitar crear una alarma social, pero que poco a poco está saltando a los medios de comunicación por las repercusiones que provoca, tanto económicamente como en términos de seguridad.

El problema

Uno de los medios por los cuales AirEuropa espera conseguir atraer clientes a sus aviones, entre otros, es a través de la renovación de su flota. Como tantas otras aerolíneas de todo el mundo, ha elegido como buque insignia de su nueva etapa al Boeing 787, conocido popularmente como «Dreamliner».

A diferencia de otros modelos de reciente y futura salida, esta aeronave sí puede aportar al pasajero innovaciones importantes que consiguen que su experiencia de vuelo mejore notablemente, como la disminución del ruido en cabina, el menor nivel de presurización de la misma, o la mejora en el sistema de alimentación de aire, que evita los casos cada vez más habituales de intoxicaciones por filtración de vapores tóxicos provinientes de los motores, conocidos como «fume events».

Sorprendentemente, se ha detectado que este modelo tiene un problema importante en sus motores, más en concreto los de la marca Rolls Royce Trent 1000. Hay que recordar que también se está comercializando otra versión de este mismo avión con motores de la marca General Electric (nx-1B), que a día de hoy no han dado problemas.

Al parecer, por causas que actualmente se desconocen, las palas u hojas de los rotores se desgastan con muchísima facilidad, provocando averías graves en vuelo que obligan al avión afectado a aterrizar y tener que pasar un minucioso proceso de revisión. Hasta finalizar el mismo y obtener el correspondiente visto bueno, el avión debe permanecer en tierra, lo que supone un muy importante perjuicio para la aerolínea propietaria del mismo.

En este momento, se han detectado más de 200 aviones afectados, pertenecientes a múltiples compañías aéreas de todo el mundo, por lo que los ingenieros de Boeing y Rolls Royce encargados de este tipo de situaciones no dan a basto con la tarea pendiente que les espera por delante y que consiste en revisar y rectificar más de 400 motores.

A causa de este problema, la línea de producción de Boeing también se ha visto enormemente ralentizada, por lo que los plazos de espera para la entrega de los nuevos aviones a las compañías aéreas que los han adquirido, están aumentando significativamente.

Muchas aerolíneas perjudicadas

Son muchas las compañías aéreas que se han visto afectadas por esta situación. El Verano pasado, la aerolínea de bajo coste Norwegian, que opera los recorridos de largo alcance volando con el «Dreamliner», intentaba llevar este asunto de la manera más discreta posible, mientras procedía a la cancelación de varios vuelos.

Sin embargo, fue Air NewZealand, una de las primeras en recibir este modelo en su flota, la que ponía el grito en el cielo de manera mucho más evidente.

El pasado 5 de Diciembre, uno de sus 787-900 despegaba desde Auckland (Nueva Zelanda) con dirección a Tokio Narita (Japón), cuando la tripulación se vió obligada a regresar al aeropuerto al detectar vibraciones y sonidos irregulares en uno de los motores. Llevaba en vuelo tan solo 50 minutos.

Menos de 24 horas después, el día 6 de Diciembre, otro aparato del mismo modelo salía igualmente de Auckland con destino a Buenos Aires. Tan solo 80 minutos después del despegue, tuvo también que regresar al aeropuerto de origen exactamente por las mismas razones.

Estos hechos obligaron a Air NewZealand a retirar ambos aparatos de servicio, así como a proceder a la revisión de los otros 9 que tiene en su flota, operación que culminó con otros dos aviones más que tuvieron que ser retenidos en tierra, lo que supuso la cancelación de numerosos vuelos y un importante daño económico a la compañía.

La inglesa British Airways también ha tenido que cancelar durante un mes su ruta entre Londres Heathrow y Doha (Catar). Justo cuando había procedido a comenzar la retirada de los modelos 777 que cubrían la misma, por los 787, se vió obligada a mantener en tierra toda su flota de «Dreamliner» mientras estos pasaban las inspecciones técnicas correspondientes.

British Airways tuvo que solicitar la ayuda de Qatar Airways para recolocar a la gran mayoría de sus pasajeros afectados.

Virgin Atlantic es otra de las que se ha visto más perjudicada por este asunto. Esto ha llevado a la compañía inglesa a echar mano de su socia, la norteamericana Delta Airlines, para poder cubrir varias de sus rutas a los EEUU. Este acuerdo se mantendrá hasta el mes que viene, en el cual Virgin espera recibir 4 Airbus A330 con los que intentará reanudar sus operaciones.

El responsable de Rolls Royce, Warren East, tuvo que realizar una serie de declaraciones para calmar a todos los inversores. Hace pocos meses manifestaba que «algunas partes del modelo de motor Trent 1000 están sufriendo un desgaste mucho mayor del que figuraba originalmente en su diseño. Como todas las piezas mecánicas, acaban desgastándose. Estos componentes tienen una vida útil ya diseñada y siempre hay que proceder a su sustitución, y resulta que de las inspecciones técnicas realizadas esta va a tener que realizarse mucho antes de lo esperado».

El problema para Air Europa

Air Europa espera jugar la baza de sus nuevos y flamantes 787 «Dreamliner» frente a su competencia, principalmente Iberia. A causa de este asunto, ahora se ve obligada a mantener más tiempo en activo sus Airbus A330, hasta que la incidencia de los motores desaparezca definitivamente.

Sin duda, una pésima noticia para la compañía aérea, que había apostado por este modelo para conseguir un muy importante salto de calidad en su oferta.

Por otro lado, Iberia tampoco lo va a tener fácil en este sentido, ya que varios de los últimos modelos de Airbus que espera recibir en breve también han sufrido problemas de índole muy similar.

En concreto, al novísimo Airbus A350 le fué detectada una grave anomalía en su EDP (bomba de presión hidráulica) que hacía que esta alcanzase temperaturas excesivamente elevadas, lo que resulta en un peligroso calentamiento del fluído hidráulico.

Esta combinación de factores causa que la mezcla de aire y fuel se realice a temperaturas anormales, lo que llevaría a la ignición de la misma dentro del tanque de combustible, que resultaría en una explosión.

Airbus tuvo que sacar un «parche» aumentando la MEL de estos modelos (Lista de Equipo Mínimo), con lo que aquellos aviones que no cumplan con la misma no podrán despegar.

También resultaron defectuosos los motores de la familia A320-NEO (A319, A320 y A321), en concreto los que montan el modelo de motor Pratt&Whitney 1100G.

Una de las primeras compañías aéreas que recibió los mismos, la india INDIGO, se vió obligada a retirar inmediatamente de servicio a sus 8 aviones recién adquiridos, lo que supuso un gravísimo conflicto con el constructor europeo.

Esto no sólo provocó que la línea de producción de Airbus se tuviese que detener y posponer todas las entregas, sino que además algunas compañías aéreas, como la americana Spirit, se vieron obligadas a contratar los servicios de otras aerolíneas chárter, en este caso Miami Air, para poder operar las rutas previstas mientras que no se resolvía el problema.

Si bien es cierto que las incidencias en el modelo 787 de Boeing no son directamente achacables al constructor, sino más bien a la empresa inglesa que diseña algunos de sus motores, los de Airbus sí son responsabilidad directa de la empresa fabricante.

Los fallos garrafales en el diseño, desarrollo y perspectivas del actual rey del aire, el gigantesto A380, han puesto contra las cuerdas a Airbus, que sólo gracias a un pedido de última hora de Emirates ha conseguido mantener la línea de producción de este avión, que estaba ya resignada a clausurar tan solo 10 años después de su nacimiento, lo que habría sido una de las vidas operacionales más cortas de un modelo de aeronave.

Veremos qué pasa los próximos meses y con qué plazos se van entregando los nuevos aparatos a las aerolíneas compradoras. Esperamos que no surjan más problemas con el Boeing 787, un extraordinario avión que, a diferencia de los otros nuevos modelos que están llegando, no sólo supone una mejora técnica y de ahorro para la compañía que lo opera, sino que también ofrece a sus pasajeros importantes beneficios y comodidades, que al fin y al cabo es lo que nos interesa a los pasajeros.

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