Que nadie se equivoque, Turama es una agencia de viajes, más concretamente y para puntualizar como corresponde, una consultoría especializada en viajes y turismo.
No tenemos otra fuente de ingresos distinta a la venta de servicios de viaje, sean estos del tipo paquetes vacacionales, reserva de hoteles y billetes de avión, alquiler de vehículos, etc, etc, etc.
La crisis en el sector provocada por el nuevo virus Covid-19, nos está perjudicando de manera especialmente grave, como a tantas otras empresas pertenecientes al mismo, y de no revertir esta situación en un futuro próximo, nuestra viabilidad económica quedaría pendiente de un fino hilo.
Cabe pues pensar que, probablemente, seamos una de las partes más interesadas en volver a operar como hacíamos hasta antes de la irrupción de este problema a nivel mundial.
Ahora bien, a lo que no estamos dispuestos, bajo ninguna de las maneras, es a participar y contribuir en la solución que se nos ha dado desde los organismos turísticos, basada única y exclusivamente en «dar imagen de normalidad».
Cuando casi la práctica totalidad de países del mundo están tomando medidas muy restrictivas para intentar cortar la cadena de contagios, ordenando cuarentenas que afectan a más de 15 millones de personas, como en el Norte de Italia, las compañías aéreas dejan de volar a múltiples destinos, y restringen las frecuencias a tantos otros, se cancelan la gran mayoría de viajes hacia Asia, así como las grandes ferias y convenciones de todo tipo, es que no estamos ante algo «normal».
La «normalidad» en este asunto, brilla precisamente por su ausencia, salvo si miramos a lo que está pasando dentro de nuestras fronteras, claro está.
Ahora mismo, a los turistas españoles ya se les solicita portar certificados médicos para poder ingresar en diversos países, mientras que en otros se restringe su acceso hasta no cumplir con una cuarentena obligatoria. Muy normal todo ello.
Nosotros no somos bots, somos personas que nos gusta que nos vean como profesionales y especialistas en nuestro campo, y por ello adquirimos un compromiso con nuestros clientes, a los que tenemos que tratar con el máximo respeto y honestidad.
Si tenemos que vender algo, no es precisamente una imagen de normalidad, sino más bien una imagen de realidad.
Entendemos, o queremos suponer, que esta misma máxima que alude a la «normalidad» en estos duros momentos para el turismo, es la misma que se aplica desde el Ejecutivo para no realizar ningún tipo de control en nuestros aeropuertos, ni adoptar medidas de prevención similares a las que ya han puesto en práctica otros muchos países, bastante menos afectados por esta crisis que el nuestro.
Esa misma imagen de «normalidad» fue la que se nos pidió también el año pasado, cuando ya se sabía lo que iba a pasar con Thomas Cook, e igualmente se obvió el tomar cualquier medida al respecto, para «no alarmar al sector» (palabras textuales).
Seguir fingiendo que todo es normal, cuando no lo es, parece evidente que no es la mejor táctica para intentar minimizar un problema.
Aunque nos vaya el puesto de trabajo en ello, nosotros no podemos vender cualquier viaje fingiendo que todo está bien. No podemos garantizar que se cancelen rutas aéreas en el último momento, que se ordene una cuarentena obligatoria, que se cierren fronteras, o que se tomen medidas excepcionales en cualquier parte del mundo.
Tenemos un compromiso con nuestros clientes, y no podemos mandarlos de vacaciones a un destino incierto, aunque con ello estemos vaciando nuestras cuentas bancarias.
Toda la información que facilitamos desde nuestro blog, tenemos que recopilarla nosotros mismos, revisando cada pocas horas las novedades que van saliendo en relación a la libre circulación de personas en todo el mundo, así como las noticias que diariamente nos pasan las compañías aéreas.
No somos médicos, desconocemos si estamos ante lo que ustedes califican como «una simple gripe», que sólo requiere de «toser en el brazo», pero el problema que la acompaña es real, está ahí, y nos está afectando a todos.
Visto lo visto, tendremos que aguantar el tirón y buscarnos la vida nosotros mismos, como hemos hecho siempre, rogando que todo este asunto finalice lo antes posible.
Pero por favor, con lo que está cayendo ahora mismo, no nos pidan «vender imagen de normalidad», porque eso es insultar nuestra inteligencia y pedirnos que insultemos la de nuestros clientes.
Ojalá acierten, ojalá no haciendo nada, mirando hacia otro lado como si lloviese fuera de casa, o metiendo la cabeza en un agujero, consigan que el turismo extranjero en nuestro país no se contraiga.
Ojalá la imagen de cientos de turistas en cuarentena, tomando el sol y bañándose en la piscina de un hotel, funcione de cara al mundo y traguen con lo de la «normalidad».
Desde luego, a nosotros no nos parece muy normal esta postura, ni este mensaje que se nos hace llegar a las agencias de viajes, que nos lo estamos jugando literalmente todo.
No somos trileros, somos profesionales, no vendemos churros (con todo el respeto para las churrerías), vendemos productos para los que mucha gente tiene que ahorrar durante años, y ya nos cuesta sonreír, cuando tenemos ganas de llorar, para que aún encima nos digan que finjamos que todo va bien, que todo está «normal».
Somos agentes de viajes, por favor, no nos confundan con políticos.