Los amantes del cine y de la aviación podemos disfrutar de ambas pasiones gracias a títulos como el que hoy traemos hasta nuestra web.
Casi con toda seguridad, para una parte importante de la población que ya puede observar canas incipientes cuando se mira en el espejo, uno de los recuerdos más preciados de su niñez o adolescencia está relacionado con el estreno de la película «En Busca del Arca Perdida» (Raiders of the lost Ark, 1981).
Dirigida por Steven Spielberg, producida por George Lucas y con la inolvidable banda sonora de John Williams, se convirtió en uno de los films más taquilleros del momento.
Según la opinión de diversos críticos cinematográficos, el tandem que formaban George Lucas y Steven Spielberg podría equivaler en la industria del cine al de John Lennon y Paul McCartney en el de la música.
Pero el éxito de esta saga no sólo estaba basado en un guión lleno de aventuras y efectos especiales, sino también en una recreación y ambientación que conseguían trasladarnos a todos hasta los años 30, en pleno apogeo del nazismo y al borde del comienzo de la II Guerra Mundial.
A cualquier amante de la aviación no le habrán pasado desapercibidas las joyas aeronáuticas que se podían ver en esta cinta.
Hoy queremos recordar algunas de ellas.
La Huida
Waco UBF-2
El film comienza con su protagonista corriendo en medio de la selva, justo después de conseguir hacerse con una pieza arqueológica de gran valor.
En realidad, estaba siendo perseguido por los Hovitos, una tribu que se había sometido a las órdenes del malo de esta historia.
Indiana logra escapar a bordo de un Waco UBF-2, un conocido avión de fabricación estadounidense que irrumpía en el mercado aéreo durante los años 30.
Si te fijas, la matrícula que aparece en su costado (OB-CPO) es todo un homenaje a «La Guerra de las Galaxias», y en particular a los personajes de Obi Wan y C3PO.
Vuelo a Nepal
Short S.45A Solent
Indiana se tiene que trasladar hasta Nepal para encontrarse con uno de sus mentores, y lo hace a bordo de un Short S.45A Solent.
La utilización de este modelo fue un pequeño fallo por parte de los productores, ya que fue presentado en público en 1948, cuando la acción en el film se supone que transcurre antes del comienzo de la II Guerra Mundial.
Para la filmación se utilizó un aparato real que se encuentra en el Museo de la Aviación de Oakland, en California, el «City of Cardiff».
Lo que se hizo fue superponer la marca de la compañía aérea norteamericana Pan Am por encima de la que tenía en realidad la aeronave, que correspondía a la inglesa BOAC.
La ruta que sigue el avión y que aparece en la pantalla, se correspondería con la que solía operar el vuelo 314 de Pan Am entre San Francisco y Hong Kong.
Vuelo a Egipto
DC-3
Indiana y Marion se embarcan en un DC-3 de la aerolínea Air East Asia, con destino a Egipto.
Se supone que se trata de una compañía china, ya que lleva el nombre rotulado en el fuselaje en inglés y también en chino, aunque no hay constancia de ninguna que respondiese a esta denominación durante la época en la que transcurre la historia.
La elección del modelo DC-3 sí es bastante acertada por parte de la producción, ya que se trataba de un aparato muy extendido a lo largo y ancho de todo el mundo.
La ruta que siguen los protagonistas también se corresponde con la que se operaba en aquella época, despegando desde Nepal, parando en Karachi (India) y Baghdad (Irak), para llegar finalmente a El Cairo (Egipto).
La Pelea
Modelo ficticio
Una de las escenas más recordadas de esta película es la que está ambientada en un supuesto campamento alemán en medio del desierto, en el que se cuela Indiana Jones para evitar que el Arca de la Alianza sea trasladada en avión.
En ella se desarrolla una pelea en la que cobra un especial protagonismo una curiosa aeronave, que finalmente acabará destrozando con sus hélices al malvado mecánico nazi que custodiaba la misma.
Para rodar esta escena se podría haber optado por elegir cualquiera de los múltiples modelos de aparatos militares que tenía la Luftwaffe en aquella época, pero no, se prefirió diseñar una aeronave ad hoc que intentase al mismo tiempo mostrar similitud con aviones reales y servir fielmente a las exigencias del guión.
Los encargados de producción se acordaron de un prototipo que había sido presentado en los años 40, pero que nunca llegó a volar: el Messerschmitt ME265.
Lo que hicieron fue recrear el concepto de lo que se denominó el «ala volante» (flying wing), añadiéndole una torreta giratoria en la parte trasera que no incluía el diseño original, pero que era indispensable para el devenir de la historia.
El genial detalle de las puntas de ala dobladas hacia abajo no es nada descabellado, dado que el sector aéreo militar de Alemania estaba absolutamente desbocado durante aquellos años, innovando con todo tipo de formas, estructuras y combinaciones.
Finalmente, el aparato que se ve en pantalla recuerda a un Horten HO229, un prototipo militar que sólo llegó a volar en tres ocasiones.
El modelo fue construido por Vickers y trasladado hasta Túnez en avión, para lo cual tuvo que ser desmontado en pequeñas piezas.
Aunque se utilizaron trucos de cámara para dar la impresión de cercanía con las hélices, lo cierto es que sí disponía de una que funcionaba realmente, y aunque no llegaba a alcanzar grandes revoluciones, siempre existió el riesgo de tropezarse con la misma, lo que al final le pasaba al personaje de ficción.
Esta maqueta a tamaño real fue abandonada en el mismo lugar que se utilizó para rodar la escena, y en el cual permaneció hasta principios de los años 90, cuando fue retirada por una grúa para su posterior desguace.
Durante todo el tiempo que estuvo en el desierto de Túnez llegó a convertirse en una atracción turística de primer orden, y muchos visitantes no pudieron resistir la tentación de hacerse con algún pequeño elemento del aparato como souvenir.
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