COLAU SE EQUIVOCA CON BARCELONA

Las cifras relativas a la afluencia de turistas extranjeros que decidieron visitar Barcelona en el último trimestre del año pasado ya no son conjeturas, ni opiniones personales, ni números al azar sacados de la manga. La ciudad ha entrado en una dinámica negativa especialmente peligrosa, que podría pasar una enorme factura en los próximos años.

Lo que no pudieron conseguir los atentados terroristas cometidos en Barcelona y Cambrils los días 16 y 17 de Agosto del 2017, lo han logrado diversas acciones de protesta cometidas directamente contra los turistas, y una pésima planificación y previsión política por parte del Consistorio local.

Mientras el asesinato de 16 ciudadanos de diversas nacionalidades despertaba un sentimiento de solidaridad y apoyo alrededor de todo el mundo, sin apenas tener una mínima influencia en el flujo de turistas extranjeros hacia la Ciudad Condal, las acciones cometidas por grupos de jóvenes contra intereses turísticos cruzaban el océano de lado a lado, siendo utilizadas desde otros países para justificar el cambio de destino en aquellos turistas que tenían contratados viajes que incluían la visita a la capital catalana.

Por supuesto, todo lo vivido desde el día 1 de Octubre a hoy, ha tenido un peso específico enorme a la hora de decantar la balanza a favor de otros destinos, algunos dentro de nuestro territorio y otros fuera de el.

En países como EEUU no se ha analizado en ningún momento con profundidad los orígenes de la disputa política, quién tiene más o menos razón, o si todo lo ocurrido puede tener algún tipo de justificación. La conclusión a la que se llega es tan simple como detectar una creciente inestabilidad política y recomendar a sus ciudadanos escoger otros lugares para pasar sus vacaciones. Así de simple y frío.

La cuestión es que este asunto está empezando a presentar tintes muy oscuros, sobre todo desde el estudio de las últimas cifras oficiales publicadas.

Todo iba bastante bien hasta finales de Septiembre del año pasado. Los atentados de Las Ramblas y Cambrils apenas habían tenido una influencia mínimamente determinante en la entrada de visitantes extranjeros a la ciudad, incluso esta había sido muy inferior a la experimentada por capitales como Londres o París, que habían sufrido el mismo problema.

19 millones de visitantes batieron todos los récords de turistas en Barcelona, un 8% más que durante el 2016, pero sin embargo hay claros indicios de problemas si se revisan los números relativos al gasto de estos.

A pesar de este importante crecimiento, que también se registró en el resto de España con un número de turistas extranjeros récord, el gasto en el último trimestre del año se fue cayendo poco a poco hasta acabar por desplomarse en el mes de Diciembre.

En total, se estableció una cifra de 3.352 millones de euros recibidos directamente del tráfico de visitantes de otros países durante el último trimestre del 2017, 32 millones menos que en el 2016 a pesar del incremento de turistas.

En Octubre del 2017 los ingresos por este concepto se cifraron en la cantidad de 1.539 millones de euros. En Septiembre bajaban hasta los 936 millones y en Diciembre sólo alcanzaban los 876 millones.

El sector hotelero, probablemente el más perjudicado en este momento, daba la voz de alarma incluso antes del 1 de Octubre del pasado año, exigiendo a la alcaldesa Ada Colau levantar el veto impuesto al aumento de plazas hoteleras en la ciudad.

De hecho, las críticas sobre la alcaldesa llovieron de manera incesante durante todo el Verano, aludiendo a la tibieza con la que habría encarado los ataques contra intereses turísticos de Barcelona.

Colau se había mostrado reacia a invertir más dinero en promocionar la ciudad, cuestión esta que ha tenido que modificar a la vista de la posibilidad de acabar perdiendo eventos de la importancia del Mobile World Congress.

Según las agencias STR y Magma Consulting, los hoteles han perdido 50 millones de euros en ingresos por habitación disponible, sólo durante el último trimestre del 2017, cuando hasta la temporada del Verano pasado la tendencia era siempre en positivo.

En total, respecto al año 2016, la ciudad de Barcelona albergó a 230.000 turistas menos en los 3 últimos meses del 2017, los cuales acabaron gastando un 23,9% menos en la ciudad.

Lo peor de todo esto es que la gran baza de la Ciudad Condal, el turismo de congresos, también empieza a tambalearse.

Hoy mismo saltaba la noticia de que la empresa GSMA, propietaria y gestora del Mobile World Congress, el evento que deja más dinero en toda España, está actualmente en conversaciones con el gobierno de Dubái para trasladar hasta allí su sede.

La importancia de este congreso, que reunió el año pasado a más de 108.000 personas, es clave para Barcelona, ya que durante la celebración correspondiente al 2016 la ciudad recibió la friolera de 465 millones de euros.

En comparación, la feria del turismo FITUR, celebrada en Madrid, congregó a más de 245.000 visitantes, pero estos «sólo» dejaron en la capital española la cantidad de 240 millones de euros.

La desaparición de este evento de Barcelona tendría consecuencias catastróficas para el bolsillo de todos los ciudadanos, razón por la cual Ada Colau ha aparcado decisiones tomadas durante el año pasado y se ha decidido a invertir 300.000 euros en promocionar Barcelona durante la celebración de este año y por un período de 3 meses.

La razón de esto es conseguir dar una imagen de normalidad en la ciudad, justo lo que ya habían pedido los organizadores del MWC a finales del 2017, dejando bien claro que de seguir la inestabilidad política abandonarían Barcelona.

Hay que tener en cuenta que este tipo de acontecimientos se organizan con una media de 2 años de antelación, y desde el propio Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos anunciaba que a estas alturas del 2018 todavía no se habían registrado movimientos ni iniciativas en este sentido, por lo que se teme que durante el 2019 este tipo de congresos se lleven a otras localizaciones.

Al final, tal y como habíamos anunciado en Turama el año pasado, destinos que estaban aletargados a consecuencia de actos terroristas, principalmente Túnez, Egipto y Turquía, han acabado de despertar, lo que acabará también restando un número muy importante de visitantes extranjeros a España.

De hecho, los alemanes, un colectivo de turistas especialmente numeroso en España, están copando reservas para este mismo Verano en Túnez y Turquía, donde las ofertas para atraer de nuevo a los visitantes extranjeros son especialmente buenas, olvidándose de destinos clásicos en Cataluña, Baleares y las Islas Canarias.

Sumemos ahora las consecuencias de todo esto y pensemos si las cosas se han hecho de la mejor manera.

No sólo hay muchísimo dinero en juego, están también los contratos de muchos trabajadores del sector turístico que hasta hace pocos meses tenían delante de ellos una carrera profesional con visos de futuro, cuando hoy en día la previsión es bastante negativa.

Esperamos que la próxima edición del Mobile World Congress, que se va a celebrar en los próximos días, no registre ningún tipo de incidencia, ya que eso sería la sentencia definitiva para un evento que aporta enormes beneficios en la ciudad de Barcelona, y que es deseado por muchos otros países que están dispuestos a poner sobre la mesa lo que haga falta para llevárselo a su terreno.

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