Cuidado al reservar un hotel en los Estados Unidos

Estamos ante una de las causas que está provocando mayor índice de disgustos y problemas a la hora de viajar a los Estados Unidos.

El problema radica, como siempre, en la falta de escrúpulos por parte de la gran mayoría de portales de reserva de hoteles, que con el fin de colocar sus tarifas y precios en las primeras posiciones de todos los buscadores, se «olvidan» de añadir a estos los correspondientes impuestos obligatorios, los cuales tiene que afrontar el viajero cuando llega a su hotel en los Estados Unidos.

Tal y como venimos comentado desde hace tiempo, desgraciadamente todavía son muchos los que viajaban cegados única y exclusivamente por un precio, y no leen la letra pequeña relativa a lo que este incluye, o no incluye.

Por esta razón, cada vez nos encontramos con más usuarios que nos cuentan el shock por el que pasaron al llegar a la Gran Manzana, por ejemplo, y ver cómo su tarjeta de crédito era asaltada con cientos y cientos de dólares.

Lo que en un primer vistazo era un negocio redondo, para muchos se acaba convirtiendo en una auténtica pesadilla, capaz de arruinar las vacaciones a cualquiera.

Os contamos cómo funciona el sistema de reservas de hoteles en la ciudad de Nueva York, avisando que el mismo puede cambiar notablemente de un Estado a otro.

Evidentemente, las ciudades que reciben un mayor número de visitantes, como la propia Nueva York, Los Angeles, San Francisco, etc, son las que más se aprovechan de los millones de turistas que pernoctan en ellas cada año.

Cuando se reserva una habitación de hotel en Nueva York, no sólo hay que fijarse en el precio que aparece en los buscadores, sino comprobar también que este incluye los impuestos obligatorios y no vamos a tener que pagar los mismos cuando lleguemos a destino.

Esta es la única manera para poder saber si estamos comprando un hotel a buen precio, o no. No hay que dejarse cegar nunca por la primera tarifa que se ve.

En la ciudad de Nueva York, al precio base correspondiente al alquiler de una habitación de hotel, hay que sumarle dos impuestos. Por un lado, tenemos el impuesto general, que podría equivaler a nuestro «querido» IVA, que allí está calculado en un 8,90%.

Además de este impuesto, las autoridades neoyorquinas obligan a sumar otro a mayores, conocido como el NYC Hotel Occupied Tax, y que se calcula en un 5,88%.

De esta manera, tenemos que aumentar al precio base de la habitación los correspondientes impuestos obligatorios en la ciudad de Nueva York, que ascienden en total a un 14,78%.

Pero esto no es todo, igual que pasa en otras tantas ciudades de todo el mundo, Nueva York cobra una tarifa plana de 3,50 dólares por noche a todos los turistas que pernocten en la ciudad.

Y la cosa no acaba ahí (y esto es lo peor de todo), como parecía que todos estos impuestos no eran suficientes, una gran mayoría de los hoteles neoyorquinos, al igual que en el resto de los EEUU, se han puesto de acuerdo para cobrar otra tasa a mayores, que ha sido denominada como Resort Fee.

Esta tasa, que está ya implantada en prácticamente todo el país y amenaza también con llegar a Europa en breve, consiste en una cantidad a mayores que se cobra por habitación y noche, y que corresponde al uso gratuito de diversas instalaciones como el gimnasio (si lo tiene), la piscina, la conexión WIFI, llamadas telefónicas, etc.

Lamentablemente, la Resort Fee es obligatoria, es decir, por mucho que intentes negociar con el personal de recepción indicando que no necesitas WIFI, no vas al gimnasio desde hace 20 años, y no te has traído ni el bañador para meterte en ninguna piscina, acabarás abonándola de todas formas.

Y aquí es donde hay que poner especial cuidado. La Resort Fee no es una cantidad fija, ni está estipulada en ningún lado.

Cada hotel, dependiendo de la categoría del mismo y el número y calidad de las supuestas instalaciones comunes que están ofertando a sus clientes, varía a discreción las cantidades que se les pasa a estos por la tarjeta en concepto de Resort Fee.

Estos importes a abonar a mayores, varían desde los 40/60 dólares por habitación y noche, hasta los más de 100 dólares.

Esto quiere decir que si se reserva una habitación de hotel en Nueva York (que es el ejemplo que estamos comentando) en alguno de los portales más populares de internet y que no están incluyendo a sus precios ningún tipo de impuesto ni tasa, el viajero puede encontrarse con esta sorpresa al llegar a su destino:

En primer lugar, al precio ya abonado tendría que sumarle los dos impuestos obligatorios, que ambos ascienden al 14,78% de su tarifa.

Seguidamente, se le pasará a su tarjeta una cantidad equivalente a multiplicar 3,50 dólares por cada noche de estancia en Nueva York, en concepto de tasa turística.

En tercer lugar, si su hotel está cobrando el correspondiente Resort Fee, también se le hará abonar una media de alrededor de 60/70 dólares por noche. Esta cantidad puede aumentar muy notablemente en determinados establecimientos de ciertas cadenas.

Por último, también verá cómo se le retiene otra cantidad de dinero en concepto de garantía por la habitación. Este importe será el único que le será devuelto en el momento de dejar el hotel.

Tanto la tasa turística, como el Resort Fee, son recaudadas directamente por el establecimiento hotelero.

El resto de impuestos, deberían de estar ya incluidos en la tarifa que se abona a la hora de la reserva.

Siempre, en caso de cualquier duda, es necesario comprobar que la habitación que se ha pagado incluye los dos impuestos obligatorios. A mayores, hay que sumarle la tasa turística de 3,50 dólares por noche, a pagar siempre en destino, y si el hotel también cobrase otro Resort Fee a sus clientes, es necesario saber la cantidad a la que asciende el mismo.

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