Hace muy pocos días, en los comentarios de uno de nuestros posts en facebook, en el que hacíamos referencia al enorme desconocimiento general que existe en relación con el funcionamiento de las tarifas aéreas y lo que el público considera como «mejores precios», una seguidora nos subió un comentario al que prometimos contestar debidamente.
Mientras nosotros defendemos que en muchas ocasiones lo que parece más barato en un principio, al final no lo es tanto, esta chica nos argumentó que en breve iba a realizar un vuelo a Luxemburgo. Después de consultar en los buscadores más populares de la red, observó que mientras Ryanair le cobraba 40 euros por su billete, la siguiente oferta más económica se situaba en torno a los 100 euros, por lo que acabó adquiriendo su asiento con la aerolínea de bajo coste irlandesa.
En su razonamiento, que es el mismo que hace la inmensa mayoría de usuarios, consideraba haber realizado una excelente compra, ya que acababa de ahorrarse 60 euros.
Descocemos el grado de flexibilidad que tenía esta pasajera para realizar su viaje, pero da la casualidad de que en el mismo mes en el que tiene previsto su vuelo hay otra aerolínea de las denominadas «tradicionales», esto es, que no es de bajo coste, que ha pasado unas excelentes tarifas de touroperación para la misma ruta.
Esto se traduce en que podría haber comprado un billete igual de económico, con el valor añadido de poder facturar una maleta y elegir asiento de manera gratuita. Además, al tratarse de una tarifa de touroperación, lleva añadida la estancia en hotel, para el cual también se había aprovechado otra ganga de última hora.
Finalmente, sólo por el mero hecho de haberse quedado con la información interesada que le facilitó el buscador utilizado en este caso, podemos afirmar que no sólo no se ahorró dinero, sino que perdió una importante ocasión para poder hacer el mismo trayecto por un precio similar y más extras incluidos, por no hablar del alojamiento que habrá abonado, sobre lo cual ni siquiera vamos a entrar a valorar.
¿Y esto por qué pasa?
Pregunta, pregunta y pregunta
El primer «secreto» para conseguir unas tarifas aéreas realmente baratas (también aplicable a hoteles) es preguntar y no quedarse con la información que se facilita de forma generalizada a través de la red.
Muchos diréis que vaya secreto, pero es que si titulamos este post como «Despierta pazguato y espabila que te están tomando el pelo», alguno podría molestarse.
Si no sabéis, o entendéis, cómo se construye una tarifa aérea, nunca vais a poder daros cuenta de las enormes meteduras de pata que muchos cometéis de manera constante.
De una manera muy resumida (porque es algo que trataremos en detalle más adelante), comentaros que el precio que veis cuando vais a reservar vuestro billete de avión, es la suma de bastantes conceptos distintos.
De todos ellos, irónicamente el que normalmente menos valor tiene, es la tarifa original de la compañía aérea. A esta se le suman infinidad de impuestos y tasas, dependiendo del país al que vuele, dónde despegue y aterrice, qué tipo de avión se utilice, etc. Todos estos gastos son realmente los que encarecen un billete de avión.
Por último, está el «fee», o lo que es lo mismo, el importe que gana por la venta del billete la agencia con la que estéis trabajando. De todas estas cantidades, esta última, que es la más pequeña, es la única que puede variar de un buscador a otro.
Pero es que además de las tarifas que vosotros encontráis directamente en la web, incluido el buscador de nuestra propia página, las agencias de viaje disponemos de acuerdos privados con todas las aerolíneas.
Estos acuerdos se limitan a cierto número de asientos y rutas en determinadas fechas, que las compañías aéreas nos ofrecen a la venta a precios muy reducidos para que les podamos sumar un alojamiento en hotel. Esto es lo que se llama una tarifa de «touroperación», a las que normalmente no vais a poder acceder de forma directa online.
Por si fuera poco, también existen acuerdos para promocionar determinados vuelos, destinos, fechas concretas del año, pasajeros en determinados días de la semana, etc etc etc. Estas tarifas son privadas y de acceso exclusivo para las agencias, por lo que tampoco las vais a ver colgadas en la web.
Ahora empezaréis a entender el porqué os decimos siempre que no os quedéis con los datos y precios que os facilitan por internet, en los que también englobamos los disponibles en el buscador de nuestra propia página web, porque además de estos hay una infinidad de tarifas a mayores, ofertas, chollos de última hora, que no se pueden meter en los buscadores.
Si eres tres veces vago, quédate con lo que dice tu página web favorita. Si eres medianamente espabilado, pregunta, que además de ser gratis, puede ahorrarte un montón de dinero.
Seguro de cancelación
Esto sí que es algo a lo que no estamos acostumbrados en España, y puede marcar la diferencia entre viajar siempre por el menor precio posible, o no.
Como os habréis fijado, a la hora de reservar un billete de avión, o una habitación de hotel, normalmente se ofrecen varios precios distintos. Los más baratos, a veces con diferencias muy importantes, corresponden a tarifas denominadas «no reembolsables».
¿Esto qué significa?, pues que si adquieres esa tarifa y luego no puedes volar por cualquier causa, pierdes todo el dinero que has abonado.
Esto hace que muchos viajeros sean enormemente reticentes a la hora de comprar estos servicios, por el lógico miedo a sufrir un accidente justo antes del viaje, a ponerse enfermos, o a sufrir cualquier otro tipo de problema grave.
Pues sí, para muchos de vosotros, la inmensa mayoría, todavía es un gran secreto cuando os hablamos de los seguros de cancelación, que precisamente se utilizan en este tipo de casos y que sirven para reembolsar al pasajero los importes que abonó por sus billetes de avión, o por todo lo que pagó por sus vacaciones y no pudo recuperar.
Os ponemos un ejemplo muy claro:
Imaginad un billete de avión, o una habitación de hotel, que tiene un precio no reembolsable de 2.512 euros, y otro que sí se puede devolver hasta cierta fecha de 2.717.
Si cogéis la primera tarifa y por cualquier causa luego no podéis hacer el viaje, os quedáis sin dinero y sin vacaciones, por lo que muchos u os la jugáis, o acabáis yendo a la seguro y comprando más caro.
Un seguro de cancelación puede tener un precio medio de unos 50 euros, dependiendo de la cantidad total que estés asegurando. Esto quiere decir que abonando los 50 euros del seguro y comprando el billete más barato, gastáis en total 2.562 euros y tenéis la seguridad de que en el hipotético caso de no poder volar por causas de fuerza mayor, siempre regresaría el importe del billete a vuestros bolsillos.
En este caso, os acabáis de ahorrar de un golpe 155 euros, pero es que hay situaciones que son bastante más espectaculares.
A día de hoy, todavía no nos podemos explicar cómo hay gente que se atreve a viajar a determinados países sin un seguro de enfermedad o accidentes, y por ello muchas veces nos echamos las manos a la cabeza cuando leemos determinados titulares en los periódicos.
Sin embargo, el seguro de cancelación es algo realmente asequible, que se puede comprar para un solo viaje o para todos los que se hagan por un período determinado, que puede incluir asistencia médica, el robo del equipaje, los gastos por retrasos o cancelaciones, asistencia jurídica en el extranjero, gastos de repatriación, etc etc etc.
Estas cosillas no os las van a contar online, porque normalmente no interesa y tampoco hay un ser humano detrás de la pantalla al que le importe un pepino tu vida, lo que vas a hacer, o a dónde te vas a ir.
Al final, todo se resume en lo que comentamos en el apartado anterior: no seas pazguato, sé un poco crítico con todo y hazte preguntas. Pregunta, pregunta y pregunta.
Lamentamos en ocasiones tener que hablaros de forma tan directa y parecer tan bruscos, pero en Turama hacemos las cosas de otra manera y nos duele vuestro dinero igual que si fuese el nuestro.
De momento, aquí lo dejamos, aunque volveremos sobre estos temas en breve. Ahora es cosa tuya.
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