Lufthansa ha sido la compañía aérea europea que ha recortado más puestos de trabajo
Las 30 principales aerolíneas del Viejo Continente han despedido a más de 100.000 trabajadores en 2020, una cifra que podría seguir aumentando durante el próximo año.
Los efectos de la pandemia sobre el sector aéreo comercial han sido absolutamente devastadores.
Este 2020 se despide dejando en el paro a más de 100.000 profesionales, además de deudas multimillonarias en la inmensa mayoría de las empresas que prestan sus servicios dentro de la aviación comercial, por lo que se puede considerar ya como el peor año de la historia del transporte aéreo.
El futuro no sólo estará marcado por el éxito o fracaso de la campaña de vacunación contra el nuevo tipo de coronavirus, sino también por la capacidad de entendimiento que exista entre todos los gobiernos para protocolizar un procedimiento común a nivel internacional que garantice la libertad de movimiento de los ciudadanos.
Mientras no se cumplan ambas condiciones, las compañías aéreas seguirán padeciendo una importante sangría de ingresos, que obligará a implementar un mayor número de ajustes dentro de sus plantillas.
A día de hoy, la alemana Lufthansa ha sido la que se ha deshecho de más trabajadores, y se calcula que finalizará el 2020 después de haber eliminado alrededor de 25.000 puestos de trabajo.
Lufthansa ha confirmado que necesita reducir su plantilla en un 30%, por lo que para cumplir esta previsión tendría que despedir a otros 10.000 trabajadores durante 2021.
Sus 3 subsidiarias, Brussels, Austrian y Swiss, han despedido en conjunto a un total de 1.000 trabajadores.
En el caso de la inglesa British Airways, durante la Primavera había anunciado el despido de 13.000 empleados e importantes recortes en las condiciones laborales del resto de la plantilla.
Incluso llegó a plantear la posibilidad de despedir a todos sus trabajadores y recontratar exclusivamente a aquellos que aceptasen una reducción muy importante de salario, medida esta que acabó recibiendo un aluvión de críticas por parte de los parlamentarios británicos.
Finalmente, British Airways ha bajado la cifra de despidos hasta los 10.000, al mismo tiempo que mantiene un importante enfrentamiento con sus sindicatos, lo que ya ha derivado en una huelga por parte del personal de la sección de carga de la compañía durante la pasada Navidad.
Air France es otra de las aerolíneas que ha eliminado más puestos de trabajo.
Comenzaba el 2020 con una plantilla de 41.000 trabajadores, que actualmente ha mermado hasta los 33.400, después de haber realizado 7.600 despidos.
La filial HOP! ha reducido su capacidad prácticamente en un 50%, pasando de los 2.420 empleados a los 1.400.
Su compañera de grupo, la holandesa KLM, ha despedido este año a un total de 5.000 trabajadores, de una plantilla compuesta por poco más de 33.000.
Otro de los casos más sangrantes ha sido el de la lowcost de largo radio Norwegian, que de comenzar el 2020 con 10.000 empleados, lo acaba con tan solo 600, después de haber eliminado 9.400 empleos.
La noruega ha sido la primera que ha decidido hibernar hasta que el panorama mejore, declarándose en quiebra con el fin de poder implementar una reestructuración a nivel global.
En el caso de las lowcost más importantes de Europa, la situación es muy desigual.
Mientras que Easyjet ha prescindido de 4.500 empleados y la húngara WizzAir se ha deshecho de 4.250, Ryanair ha anunciado que no se ha visto en la necesidad de despedir a ningún trabajador.
Esta afirmación choca frontalmente con las ultimas decisiones de la irlandesa, que incluían el cierre de diversas bases ubicadas en Europa y una reducción de capacidad superior al 30%.
Por parte de Ryanair siempre se ha preferido hablar de «ajustes» y «acuerdos», obviando la palabra «despido», cuando lo cierto es que más de 3.000 empleados han perdido su puesto de trabajo en la aerolínea.
El grupo TUI es otro de lo más afectados por los efectos de la pandemia.
De una plantilla compuesta por 71.000 trabajadores este mes de Enero, ha pasado a los 63.000 actuales, eliminando 8.000 empleos en apenas 9 meses.
La italiana ITA, sucesora de Alitalia y que comenzará su andadura en Abril del 2021, se queda sólo con 5.000 empleados de una plantilla que estaba compuesta por más de 10.000, y reduce proporcionalmente su flota en un 50%.
Un caso parecido al de la escandinava SAS, que se queda sólo con 5.000 empleados de una plantilla que contaba con más de 10.000 a comienzos de año.
La portuguesa TAP también ha prescindido de los servicios de 3.600 empleados, reduciendo su plantilla hasta los 6.400.
Icelandair es otra de las aerolíneas que afronta mayores problemas, y cuya viabilidad en estos momentos pende de un hilo.
La islandesa ha eliminado este año un total de 2.000 puestos de trabajo, quedándose sólo con 2.700 trabajadores.
Por otro lado, su vecina Finnair ha sido una de las que menos empleos ha destruido en lo que llevamos de año, habiendo despedido a 700 profesionales de una plantilla compuesta por algo más de 7.000.
En la misma línea se ha movido la irlandesa Aer Lingus, integrada dentro del grupo IAG, que ha prescindido de 500 trabajadores de una plantilla de 4.500.
Uno de los casos más llamativos en Europa es el de la turca Turkish Airlines, que con una plantilla de más de 35.000 empleados ha comunicado que sigue negociando recortes en las condiciones laborales de todos ellos, pero sin confirmar ni un solo despido.
Las aerolíneas españolas Iberia, Air Europa, Vueling y Volotea, a día de hoy tampoco han anunciado ningún despido, aunque todas ellas mantienen a un importante número de empleados en situación de ERTE.
La rusa Aeroflot tampoco ha prescindido de ningún trabajador, igual que la griega Aegean Airlines, o la polaca LOT.
Por su parte, la letona Air Baltic ha despedido a 700 empleados de un total de 1.700, la alemana Condor a 1.000, la inglesa Jet2 a 482 de 10.000, y la checa Smartwings a 600 de un total de 2.400.
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