El aeropuerto Tegel de Berlín cierra definitivamente sus puertas, Auf Wiedersehen

El actual Berlín Tegel cerrará de manera definitiva el próximo 8 de Noviembre, dejando atrás una historia única en el mundo.

Con nueve años de retraso sobre la fecha prevista de inauguración, seis ceremonias de apertura canceladas, y un sobrecoste de más de tres mil millones de euros, el próximo mes abrirá sus puertas el nuevo Aeropuerto de la capital alemana: Berlin Brandenburg Willy Brandt Flughafen.

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Si tuviésemos que definir de alguna manera al aeropuerto Tegel, utilizaríamos las mismas palabras pronunciadas por el ex alcalde de la capital alemana, Klaus Wowereit, para hacer referencia a la ciudad de Berlín: «Es pobre, pero sexy».

Y es que Tegel se diseñó en su momento para manejar un tráfico de aproximadamente 3 millones de pasajeros al año, cuando realmente en 2019 utilizaron sus instalaciones más de 24 millones de personas.

Sí, Tegel resultaba ya antiguo, por no decir obsoleto, y sólo seguía en activo gracias a las continuas meteduras de pata de los ingenieros encargados de construir el nuevo aeropuerto, consiguiendo convertirse a lo largo de su historia en imagen pública de Berlín, a la altura del Ampelmann o la Puerta de Brandenburgo.

Noticias de aeropuertos. Noticias de aviones. Aeropuerto Berlín Tegel

Fue Francia quien decidió construir el aeropuerto de Tegel en 1948, ya que en aquel momento la ciudad de Berlín estaba dividida en cuatro partes que controlaban los países aliados que habían derrotado a Hitler.

El noreste de la ciudad estaba supervisado por la Unión Soviética, el noroeste por el Reino Unido, el sureste por Estados Unidos, y el suroeste por Francia.

Noticias de aeropuertos. Noticias de aviones. División de Berlín tras las II Guerra Mundial

La necesidad de sacar adelante un nuevo aeropuerto derivó de la decisión tomada por Stalin en 1948 de bloquear el acceso a la ciudad de Berlín, lo que dejaba al resto de aliados sin medios para transportar los suministros que necesitaban los ciudadanos.

La Unión Soviética contaba con las instalaciones del aeropuerto de Schönefeld, que estaba ubicado en su zona de control, lugar en el que estaban destinadas sus fuerzas aéreas y desde el que operaba vuelos directos a través de la compañía Aeroflot.

Noticias de aeropuertos. Noticias de aviones. Aeropuerto de Schönefeld tras la II Guerra Mundial

La única opción que les quedaba a Estados Unidos, Francia, y el Reino Unido, era hacer uso del antiguo Tempelhof, construido en 1927 y que gozaba entonces de una pésima reputación, al haber sido utilizado en numerosas ocasiones para realizar las arengas multitudinarias a las que acostumbraba el régimen nazi.

En una campaña que acabó dilatándose algo menos de un año, los aliados sorprendieron al mundo llegando a operar hasta 900 vuelos diarios a Tempelhof, garantizando no sólo el aprovisionamiento de bienes de todo tipo para la población civil, sino además dejando en ridículo a Stalin que se veía incapaz ni siquiera de acercarse a semejantes cifras.

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Para no tener que volver a pasar por semejante aprieto, Francia consideró que era necesario disponer de otro aeropuerto más cercano a la ciudad y olvidarse de Tempelhof, que a día de hoy se ha convertido en un parque público para el uso y disfrute de todos los berlineses.

Durante la década de los 50, ningún piloto ni aerolínea alemana estaba autorizada a volar hacia o desde Tegel, y todas las operaciones eran supervisadas por los países aliados.

Los años posteriores trajeron la guerra fría, y Tegel dejó de ser sólo un aeropuerto para convertirse en la puerta de entrada al mundo occidental con la que soñaban muchos ciudadanos de la República Democrática Alemana.

Su rápido crecimiento obligó a inaugurar una nueva terminal en 1974, que durante un tiempo sirvió para aliviar la creciente congestión de sus instalaciones, al mismo tiempo que Schönefeld servía los intereses de la RDA y la URSS.

Noticias de aeropuertos. Noticias de aviones. Aeropuerto de Tegel en Berlín, en los años 70

Hasta 1990, año de la reunificación alemana, Tegel y Schönefeld representaban a los dos mundos que convivían en Berlín. Por un lado, la opulencia y desarrollo imparable de la República Federal, y por el otro la decadencia y falta de medios de la República «Democrática».

Hasta Tegel llegaban muchos disidentes dispuestos a comenzar una nueva vida, llenos de esperanza y fe en el futuro, mientras que desde Schönefeld se operaban los temidos vuelos de repatriación a la Unión Soviética, un castigo para aquellos que osaban con levantar su voz.

Con la fusión de las dos Alemanias, Tegel y Schönefeld se repartieron el tráfico aéreo de Berlín. A pesar de que el primero se encuentra más cerca del centro urbano de la capital, el segundo tenía mejores conexiones de transporte público, lo cual causaba enormes controversias.

En 2007 se decidía inaugurar otra terminal, la cual resultaba absolutamente insuficiente para dar cabida a los millones de pasajeros que pasaban por sus instalaciones cada año.

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Para entonces ya estaba tomada la decisión de construir un nuevo aeropuerto que sustituyese a Tegel y a Schönefeld, después de 5 años consecutivos de deliberaciones, demandas de ciudadanos afectados por la expropiación de terrenos, juicios promovidos por partidos ecologistas y un sinfín de escándalos de corrupción, impropios de la imagen internacional que presenta Alemania al mundo.

El nuevo aeropuerto Brandenburg Willy Brandt estaba desactualizado incluso antes de abrir sus puertas.

El arquitecto Meinhard von Gerkan había «olvidado» dejar espacio para ubicar las tiendas de Duty Free, una de las mayores fuentes de ingresos para los recintos aeroportuarios, y a consecuencia de esto fue necesario rediseñar toda la construcción desde el principio.

Noticias de aeropuertos. Noticias de aviones. Aeropuerto Willy Brandt en Berlín.

Cuando se presentó el proyecto, tampoco existían las máquinas para hacer el auto check in, o los cargadores públicos para dispositivos móviles, elementos que se han tenido que ir añadiendo durante estos últimos meses.

Las pantallas de información de vuelos del nuevo Brandenburg Willy Brandt iban caducando sin haber sido encendidas una sola vez, teniendo que sustituirse por completo en tres ocasiones durante los 14 años de obras.

Desde hace más de un lustro, los empleados del nuevo aeropuerto berlinés eran los encargados de tirar de todas las cadenas de los retretes durante varias veces al día, con el fin de mantener operativas las cañerías y evitar su obstrucción.

Trenes fantasma que viajan sin ningún pasajero circulaban cada noche por los túneles que comunican con el aeropuerto, para dificultar que la vegetación y falta de uso los dejase inoperativos.

Cientos de kilómetros de cables mal instalados han tenido que ser arrancados y colocados de nuevo en su posición correcta, al mismo tiempo que un importante número de escaleras mecánicas eran retiradas porque no alcanzaban la altura que se necesitaba para llegar a los pisos superiores.

Noticias de aeropuertos. Noticias de aviones. Terminal del nuevo aeropuerto Willy Brandt en Berlín

Pero una de las incidencias más comentadas sucedió durante las horas previas al penúltimo intento de inauguración, cuando se descubrió que las puertas de emergencia implementadas para un caso de incendio no se podían abrir.

La humillación y ridículo que está situación provocó en la opinión pública alemana, llevó a la Canciller alemana, Angela Merkel, a declarar: «Qué narices está pasando en Berlín que no son capaces de construir un aeropuerto con dos pistas».

La tradicional eficiencia y seriedad alemanas han encontrado la horma de su zapato en el nuevo aeropuerto de Berlín, que finalmente y como ironía de la vida será inaugurado el próximo 31 de Octubre sin público y en plena pandemia, justo en el momento de la historia reciente en el que menos pasajeros hacen uso del transporte aéreo.

Sus máximos responsables han declarado que obviamente ya no se puede considerar el más moderno, pero sí el más seguro del mundo, a pesar de su ya famoso «giro del vómito».

Con el fin de minimizar la contaminación acústica, cuando se utilicen las pistas con orientación sur para el despegue, los aviones tendrán que hacer un giro de 145 grados nada más dejar el suelo, que promete convertirse en el peor aliado de los estómagos menos preparados.

Tal y como ha quedado demostrado con el nuevo aeropuerto, las cosas que en el resto de Alemania funcionan como la seda, en Berlín se atascan.

Desde el traslado de la capital del país a la ciudad, Berlín se ha caracterizado por su extraordinaria y gigantesca burocracia, lo que le da un aire mucho más mediterráneo y latino que centroeuropeo.

Berlín es una ciudad multicultural, diversa, alternativa, inquieta, y sobre todo libre.

La capital se despide del aeropuerto de Tegel, de parte de su historia más reciente, donde comenzaban los sueños de algunos y los viajes de muchos, un recinto que cobijó al mismo tiempo a militares, civiles, disidentes, espías, políticos de todos los colores y celebridades por doquier.

Auf Wiedersehen Tegel, a pesar de algunas apreturas y demasiadas carreras por tus pasillos, muchos te echaremos de menos.

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