El sector aéreo explicado para dummies

¿Te imaginas tener tu propia compañía aérea?.

Parece fácil…parece, pero lo cierto es que seguro que hay unos «pocos» detalles que a lo mejor no has tenido en cuenta, y hoy queremos comentarlos contigo.

Mi avión

Damos por hecho que no vives montado en el dólar, así que empezarás con un solo avión en tu flota, ahora bien, ¿qué clase de avión?.

Primero tendrás que saber qué tipo de rutas vas a operar: regionales, de corto o medio alcance, o de largo alcance. Cada una de ellas se ajusta a un modelo de avión específico.

Aunque hay algunos aparatos que pueden combinar el corto y medio radio (Boeing 737, Airbus A320, etc), si tu intención es realizar vuelos intercontinentales, lo cierto es que no te van a servir de mucho.

Por otro lado, si escoges realizar vuelos domésticos regionales, operando desde aeropuertos secundarios de ciudades con pocas conexiones, a lo mejor te resulta más rentable comenzar con un ATR, o similar.

Además, tendrás que decidir de qué manera quieres hacerte con tu primer avión: podrías comprarlo, adquirirlo a través de un leasing, o realizar un wet lease con otra aerolínea, lo que que te ahorraría tener que contratar a tu propia tripulación, aunque tendrías que asumir menos beneficios y más gastos mensuales.

Por último, también es vital que decidas si vas a seguir un modelo lowcost, con una sola categoría de asientos en cabina, o el de una aerolínea tradicional, segmentando primera clase, business, premium y economy.

Mi combustible

Como bien sabrás, el avión necesita fuel para poder volar, y los precios de este fluctúan peligrosamente durante todo el año, marcando la diferencia entre poder ganar dinero, o perderlo.

Muchas aerolíneas compran un porcentaje de fuel para operar durante todo el año, asegurándose un precio que consideran correcto, y dejando el tanto por cien restante para adquirir en otro momento.

El riesgo que corres haciendo esto es que, después de tu compra, el fuel baje su cotización, con lo que tu competencia se podría aprovechar de este hecho, pero tú no.

Si por contra decides ir comprando el fuel que vayas necesitando, corres el peligro de que este suba de precio, con lo que de nuevo ganarían las compañías que aseguraron sus reservas a un precio más bajo, mientras tú volverías a perder.

¿Qué vas a hacer, lo vas a dejar a la suerte, vas a comprar un porcentaje de fuel al comienzo a un precio «razonable» y dejar el resto que necesites para adquirir más adelante?. Decisiones complicadas y muy arriesgadas si no conoces el sector y sus tendencias, y que te podrían llevar a la ruina rápidamente.

Mis empleados

Y no sólo de fuel vive la aviación. Es evidente que vas a necesitar pilotos, TCP, mecánicos de mantenimiento, personal de tierra, personal administrativo, entre muchos otros.

Puedes optar por el modelo lowcost, y recurrir a empresas de trabajo temporal, o lo que es mucho peor, hacer como ciertas compañías y contratar a falsos autónomos, lo cual te podría acarrear serios problemas.

Como comentamos antes, existe la opción del wet lease, en la que con el alquiler del avión se incluye su propia tripulación, por lo que te podrías ahorrar este paso.

Por otro lado, puedes contratar el mantenimiento de tu aparato con otras empresas, incluso los servicios de tierra, como el handling, por ejemplo.

Otra decisión que puede marcar la diferencia, y te puede acarrear gastos muy peligrosos, o ahorrar importantes sumas de dinero.

Mis rutas

Este apartado es especialmente importante, porque va a marcar la esencia de tu aerolínea de cara al pasajero.

Si optas por operar rutas poco explotadas, tendrás que recurrir a aeropuertos secundarios, donde el volumen de clientes potenciales es mucho menor, pero también encontrarás menos competencia.

Si prefieres realizar vuelos entre ciudades relevantes, lo más razonable es que ya exista un buen número de aerolíneas haciendo lo propio, por lo que es bastante probable que te aplasten en muy poco tiempo.

Los aeropuertos secundarios son más baratos para operar, pero mueven mucho menos tráfico. Los aeropuertos principales son caros, además de que hay mucha competencia, pero el número de usuarios que los utilizan es muchísimo mayor.

Todo esto no quita que puedas descubrir una nueva ruta rentable, y en cuestión de meses aparezca otra aerolínea más fuerte que tú para explotarla, bajando el precio de los billetes para ponerte contra las cuerdas.

Podrías optar por el modelo lowcost, que explota determinadas rutas durante un periodo de tiempo muy definido, y cuando dejan de ser rentables, las abandona y comienza a operar otras.

Con un solo avión, tendrás que centralizarte en tu propio aeropuerto, tu hub, por lo que tampoco vas a poder operar complicadas combinaciones de ciudades.

Si tu avión regresa siempre al mismo punto de partida, te ahorrarás gastos de hoteles, dietas, desplazamientos etc, pero no podrás abarcar demasiado territorio y tu oferta se podría ver muy reducida.

Tus tarifas

Y aquí está el quid de la cuestión.

Tienes tu avión, tu fuel, tu tripulación, tu aeropuerto y tus rutas, pero ahora tienes que vender asientos.

Si has optado por el modelo lowcost, vas a tener que centrarte mucho en todas las ancillaries, como la reserva anticipada de asientos, embarque preferente, facturación de equipaje, catering, etc.

Si, por el contrario, trabajas el modelo tradicional, tendrás una cabina segmentada en diversas categorías, por lo que si tienes suerte a lo mejor compensas lo que puedas perder con unas tarifas bajas en economy, vendiendo billetes de primera clase, algo que tampoco es especialmente fácil en estos días.

En todo caso, ¿has visto que tarifas está ofertando la competencia?. ¿Puedes permitirte perder dinero al comenzar operaciones y bajar el precio de tus billetes notablemente, para atraer a usuarios?.

Ojo, porque esta es un arma de doble filo, y mañana también pueden hacer lo mismo en tu contra.

¿Cuál va a ser tu modelo de venta?, ¿vas a utilizar a las agencias de viaje, GDS, NDC, o vas a centralizar todo el proceso en tu propia web?.

Cualquier decisión mal tomada, sea escoger un modelo erróneo de avión, un aeropuerto con poco potencial, unas rutas poco atractivas, comprar demasiado fuel con anticipación, o no comprar demasiado fuel con anticipación, bajar mucho tus tarifas, o subirlas en exceso, podría significar que tu proyecto durase menos que un caramelo a la puerta de un colegio.

Además, ten en cuenta que lucharás contra factores externos y ajenos a ti, como malas condiciones meteorológias, averías, etc, lo que sumado a una flota muy reducida, te obligaría a realizar un buen número de cancelaciones, que al final suponen indemnizar a tus propios pasajeros y una pésima imagen comercial.

Y esto, muy por encima y sin entrar en otro tipo de detalles técnicos más engorrosos, igual de importantes, o incluso más.

Como ves, la industria aeronáutica no es precisamente fácil, ni recomendada para corazones débiles.

La competencia es feroz y especialmente beligerante, en un momento en que muchas aerolíneas no soportan ni sus primeros 10 años de vida.

Qué fácil se ve todo cuando vas sentado en el asiento de tu avión…¿a qué sí?…

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