La tipificación de un delito dependerá del país donde esté registrada la aeronave.
Desde una sanción administrativa, hasta la imputación de un delito penal, dar rienda suelta al deseo carnal a bordo de un avión puede originar serios problemas a los amantes.
Existe una institución imaginaria denominada el «Mile High Club», en la que supuestamente entran todos aquellos que hayan mantenido relaciones sexuales a una altura mínima de una milla (1.600 metros).
Sin embargo, formar parte de este «selecto» club no es tan fácil como parece, y sus «miembros» podrían enfrentarse en determinados casos a penas de cárcel, si no tienen un mínimo de cuidado en el momento de desatar sus instintos.
Una encuesta realizada por Jetsetter entre 1.600 viajeros, constató que el 15% de ellos afirmaban haber mantenido relaciones sexuales dentro de la cabina de un avión. Lo más llamativo, es que casi el 35% de los encuestados habían valorado la posibilidad de hacerlo en algún momento.
Si bien es cierto que a día de hoy no existe ninguna ley específica a nivel internacional que regule este tipo de situaciones, en la gran mayoría de los casos se aplica la normativa del país en el que esté registrado el avión, e incluso podría llegar a proceder la del Estado cuyo espacio aéreo se esté sobrevolando.
En general, hacer el amor dentro de un avión no difiere demasiado en términos legales a hacerlo en cualquier otro lugar público, y sus consecuencias dependerán de si se trata de una simple «pillada» por parte de algún miembro de la tripulación, o se han visto involucrados más pasajeros.
En este último caso, si hay menores o personas incapacitadas afectadas, los protagonistas podrían acabar con sus huesos en la cárcel.
El amor está en el aire
En primer lugar, deberías de saber que es verdaderamente complicado (por no decir imposible) engañar a los tripulantes de cabina de un avión y pasar totalmente desapercibido.
Los empleados de las compañías aéreas saben perfectamente lo que está pasando dentro de su avión, y aunque en algunos casos pueden hacer la vista gorda, en otros podrían llegar a denunciarte por exhibicionismo, provocación sexual, conducta impropia, actos contra la moral, escándalo público, o como quiera llamarse en la legislación de cada país.
Aunque en la mayoría de las ocasiones los lavabos son el lugar elegido para el encuentro sexual, lo cual tiene bastante mérito si consideramos las dimensiones actuales de los WC de un avión comercial, algunas parejas optaron por hacerlo directamente en sus propios asientos, algo muy poco recomendable.
Si se trata de un acto íntimo dentro de un cubículo cerrado, en el que al final sólo recibes la correspondiente reprimenda por parte de algún auxiliar de vuelo, lo más probable es que la experiencia no trascienda demasiado. Si por el contrario acabas involucrando a otros pasajeros, casi con total seguridad te verás metido en un lío legal del que te arrepentirás durante mucho tiempo.
Y es que algunos viajeros, probablemente cegados por la pasión del momento, parecen olvidar dos factores muy importantes: el primero es que los baños de los aviones no están insonorizados, y todo lo que hagas en su interior puede escucharse en el exterior.
El segundo es que, por razones de seguridad, los lavabos también se pueden abrir desde el exterior, por lo que por mucho que te empeñes si un empleado de la aerolínea te ordena salir, lo mejor es que lo hagas cuanto antes y de la manera más discreta posible.
Discutir o enfrentarte a miembros de la tripulación, puede empeorar de manera muy grave la situación.
Hay aerolíneas que han baneado de por vida a parejas pilladas in fraganti, una decisión que vas a tener muy difícil de recurrir en un Juzgado.
Por ejemplo, en el caso de la alemana Lufthansa, la compañía solicita a sus empleados que reporten cualquier situación de este tipo con la que se encuentren.
En los EEUU, se ha vetado el embarque a pasajeros simplemente por considerar que su ropa no era la adecuada, un escote «generoso», o prendas demasiado ceñidas al cuerpo.
En algunos Estados, la moral y las buenas costumbres son conceptos que a día de hoy todavía tienen un gran peso en la sociedad, razón por la que el sexo en lugares públicos, y más en concreto en un espacio tan reducido como la cabina de un avión, no sólo está muy mal visto, sino que además origina procedimientos judiciales en contra de los infractores.
El Reino Unido tiene una ley específica para estos casos, que además de contemplar una cuantiosa multa, también puede incluir penas de prisión de hasta seis meses.
Se conoce popularmente como «Cottaging», término referido al hecho de mantener relaciones sexuales dentro de un baño público, esté ubicado dentro de un avión o en cualquier otro sitio.
Si vuelas en conocidas aerolíneas propiedad de países árabes, deberías pensarlo dos veces antes de meterte en el baño con tu pareja, principalmente en el caso de aterrizar en alguno de sus aeropuertos.
Mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio está considerado un delito, y existen diversos precedentes de ciudadanos extranjeros que han acabado en la cárcel por este motivo.
Por norma general, a las compañías aéreas no les gusta tener que lidiar con este tipo de incidentes, y a pesar de que todas ellas han registrado casos, intentan que no lleguen a la opinión pública.
Cuando se preguntó a American Airlines qué recomendaría a las parejas que están pensando en formar parte del Mile High Club, la brillante respuesta de la aerolínea fue esta:
«El único club que recomendamos, es el Admirals Club», haciendo referencia al programa de fidelización para clientes que utiliza American Airlines.
Otro caso muy sonado en el Reino Unido hacía referencia a una pareja que viajaba en un aparato de British Airways cruzando el Atlántico. Al parecer, algunos medios de comunicación habían involucrado a un miembro de la aristocracia británica.
La contestación por parte de British evitó facilitar cualquier tipo de dato al respecto, limitándose a indicar que «esto demuestra la gran comodidad de nuestros asientos en clase Business».
Como decíamos al comienzo de este post, no intentes engañar a los tripulantes de cabina con excusas del tipo «estamos intentando tener un bebé y este era el mejor momento», porque están hartos de escucharlas.
No creemos que hoy en día restregarse dentro del baño de un avión sea la mejor idea, pero si tu fantasía sexual es esa, asegúrate de que va a quedar entre tu pareja y tú.
Si no eres lo suficientemente discreto y te pillan «en el acto», agacha las orejas y haz mutis por el foro, no compliques más la situación.
Por cierto, existen algunas pequeñas aerolíneas que se dedican a facilitar las relaciones sexuales a sus pasajeros, dentro de aviones privados.
Si eres de los que creen que la única manera de vencer la tentación es caer en ella, seguramente esa va a ser tu mejor opción para salir totalmente indemne de la experiencia.