IBERIA: NUEVA AEROLÍNEA LOWCOST

Llevamos más de un año hablando sobre el proceso que se urdió hace tiempo en el grupo IAG para convertir a la antaño aerolínea bandera de España en una lowcost. A pesar de las reticencias de algunos a mirar un poco más allá de los cuellos de sus camisas, o a dejar de lamer la mano que les da de comer, lo cierto es que cada día es más complicado disimular, hacer como que no pasa nada, cuando la transformación ya está prácticamente completada.

Iberia ya es otra aerolínea de bajo coste más. Bueno, esto último no es realmente cierto, Iberia es una de las lowcost más caras. Comparte la misma filosofía operativa y laboral de este tipo de compañías aéras, con la única diferencia de que ofrece bastante menos que estas, a un precio muy superior.

Ahora mismo, Iberia ha pasado a ser una mera anécdota dentro del sector aéreo europeo, superada incluso por la moribunda Alitalia, que tiene los días contados y sólo espera a ser vendida en los próximos meses.

En el mercado nacional, la que un día reinó en los cielos de España ahora apenas es la cuarta opción para volar dentro de su propio país.

British Airways sigue dominando el mercado inglés, Lufthansa es la número uno en Alemania y también en toda Europa y Air France, a pesar de todas las crisis laborales por las que atraviesa, todavía manda en Francia.

En España, el segundo país más visitado del mundo, donde ya casi no queda una provincia sin aeropuerto, Iberia se ha ido dejando comer terreno para mudar en su nueva piel de compañía de bajo coste, pero altas tarifas.

Ere que Ere

El proceso urdido en la pérfida albión para conseguir convertir a Iberia en el monedero que pague las pensiones de los trabajadores de British Airways, comienza deshaciéndose de todos aquellos empleados que llevan más tiempo prestando sus servicios para la compañía española, y por ello perciben los salarios más altos.

Estos trabajadores, especialmente bien cualificados y con gran experiencia en el sector, son invitados a disfrutar de un dorado retiro, para lo cual se les extiende una alfombra de euros que los lleva directamente a la puerta de salida.

Embriagados por el perfume de los billetes recién salidos de la Casa de la Moneda, muchos se sienten hasta privilegiados de pasar a formar parte de uno de los colectivos más importantes de este país: el de los jubilados.

Por supuesto, a nadie se le ocurre pensar qué pasa con aquellos trabajadores que entran nuevos para sustituirlos, cuyas cotizaciones deberán sostener en el futuro esos «sueldos nescafé» de por vida que ofrece Iberia.

Empleados que, con suerte, podrán llamarse mileuristas y que en breve serán los que tengan que apuntalar un sistema que se cae por su propio peso. Que no se extrañen algunos si dentro de no muchos años vemos a multitud de ex empleados de Iberia bramando por las calles, cartel en mano, para que nos les retiren el preciado botín que la aerolínea puso en sus manos en forma de ERE (voluntario…).

Los hijos, hermanos pequeños o nietos de estos trabajadores, tendrán que vivir dos veces para llegar a ganar lo que sus padres, hermanos mayores o abuelos percibieron en su momento.

Cerca de 6.000 empleados se han ido ya de Iberia a través de los 3 ERE´s presentados por la compañía. Hace tan solo un par de días, 40 trabajadores de la aerolínea que prestaban sus servicios en Argentina, han sido «invitados a abandonar la empresa en condiciones favorables». La totalidad del personal que tenía Iberia en el país sudamericano, a la calle.

Por supuesto, Iberia lo ha disfrazado de favor al indicar que «aquellos que quieran irse, lo harán en unas condiciones más favorables». ¿Y qué les espera a los que no quieren irse?.

Ahora toca subcontratar los mismos servicios con terceros, tal y como hacen las aerolíneas de bajo coste de todo el mundo.

Pero Iberia gana dinero…

Interpretar las cuentas de una compañía aérea es como intentar traducir la piedra de Rosetta: más o menos puedes saber lo que dice, pero nunca entenderás el significado real.

Supuestamente es cierto, Iberia ha dejado los números rojos hace ya varios ejercicios. Faltaría más que no lo hubiese hecho, después de ajustarse tanto el cinturón que varios miembros superiores han tenido que ser extirpados a causa de la gangrena.

El grupo IAG, en el que se engloba Iberia junto con British Airways, Vueling y Aer Lingus, es el tercero más importante de Europa, después del grupo Lufthansa y de Ryanair, que a nivel individual es la aerolínea más grande del viejo continente.

IAG transportó a 104,8 millones de pasajeros el año pasado, frente al grupo Lufthansa que llevó en sus aviones a 130 millones y a Ryanair, que hizo lo propio con 128,8 millones.

Sin embargo, Iberia no es ni la compañía más importante dentro de su propio grupo, ni la que más crece. 

Vueling, la hasta ahora única lowcost del grupo (Level es a día hoy todavía una marca), creció casi un 10% con respecto al 2016, llegando a un número de pasajeros transportados superior a los 30 millones. British Airways sigue siendo la reina y niña mimada de IAG, con unos resultados de 45 millones de usuarios en el año 2017, un 1,8% más que en el 2016. Iberia alcanzó los 19 millones en el 2017, tan sólo 8 millones más que Aer Lingus, una compañía aérea que tiene 26 aviones menos que Iberia.

La táctica que quiere seguir IAG es copiar lo mismo que ha hecho Lufthansa para coronarse como el primer grupo aéreo europeo.

Los alemanes han sabido vender un servicio de calidad en EuroWings, su filial lowcost, que es lo mismo que le gustaría hacer a IAG con Level. La bajo coste germana crecía en el 2017 un apabullante 29%, llegando a los 23,5 millones de pasajeros transportados.

Lufthansa se hacía con la compañía belga Brussels Airlines y la metía en la misma división que Eurowings, que es lo mismo que IAG pretendía hacer primero con AirBerlin y luego con Niki, y no pudo completar la compra de ninguna de las dos.

Brussels Airlines aportaba al grupo alemán un crecimiento del 17,2% y 9,1 millones de pasajeros en el 2017.

Pero IAG no quería hacerse con alguna de las lowcost quebradas para hacer crecer a Iberia, ni mucho menos. El destino de estas compras fallidas era aumentar la competitividad de Vueling y hacerla más grande en Centroeuropa.

Level tiene su propio plan de expansión, para lo cual ha tomado el lugar de OpenSkies en Francia. Ahora mismo, IAG busca desesperadamente 4.000 millones de euros para hacerse con Norwegian, su mayor competencia en el largo radio de bajo coste.

Si esto ocurriese, Iberia pasaría al cuarto lugar de importancia dentro de su propio grupo, y esto dando por hecho que Level no se convierta en una compañía aérea independiente, tal y como debería de pasar en breve.

El esquema que desea IAG es el mismo que tiene el grupo Lufthansa, en el que no caben dos gallos en el mismo gallinero.

La aerolínea bandera alemana es la líder en su propio grupo, como no podía ser de otra manera. Justo por debajo está EuroWings, bien posicionada en el mercado europeo y también internacional. En la planta baja se encuentran Brussels Airlines, Austrian Airlines y SWISS.

¿Y cómo quedará configurado el grupo IAG en breve?, pues de una manera muy parecida: como punto de referencia figurará British Airways, la incombustible. Justo por debajo se situarán las dos lowcost más importantes del grupo, Vueling en corto y medio radio y Level en largo radio. Veremos qué pasa si se formaliza la compra de Norwegian, ya que parte de sus aviones podrían pasar a ambas compañías, o podría funcionar de manera independiente.

Pasarán a formar parte de la planta baja Iberia, que poco a poco se irá integrando en Iberia Express, y AerLingus, compañía aérea perteneciente a un país con poco peso específico en el sector aéreo.

Y así, de esta guisa acabará sus días Iberia, la compañía que durante muchos años sostuvimos y dimos de comer todos los españoles, víctima de un mercado lowcost que ya lo domina todo, y en el cual todos los trabajadores se quejan de las condiciones laborales en su sector, pero buscan empresas de bajo coste en los sectores ajenos, alimentando cada vez más un monstruo que ya vive en nuestras casas.

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