NUEVOS ENGAÑOS AÉREOS PARA EL VERANO 2018

Podemos afirmar, sin ningún lugar a dudas, que los vuelos de largo recorrido en aerolíneas tradicionales han llegado a su fin de manera definitiva. Y esto no lo decimos porque estas compañías vayan a dejar de operarlos, sino más bien porque han dejado de ser «tradicionales» para convertirse en «lowcost».

Igual que reza el famoso refrán de «si no puedes con tu enemigo, únete a él», las grandes compañías bandera de toda Europa se han cansado de intentar competir contra las reinas del bajo coste y han llegado a la misma conclusión a la que llegamos muchos hace bastante tiempo: al pasajero sólo le importa el precio de su billete.

De hecho, según los resultados recientes de varias encuestas realizadas por gran parte de compañías aéreas europeas, la mayoría de pasajeros prefieren una buena conexión wi-fi dentro del avión a una buena comida. Ante esto, no queda más que plegar velas y jugar con las mismas cartas que está utilizando la competencia.

Lo que trae el próximo Verano

A partir del próximo mes ya vamos a empezar a ver cambios sustanciales en las políticas de gran parte de las conocidas como aerolíneas «tradicionales», para distinguirlas de las de bajo coste. Algunas ya han empezado a implementar medidas para no quedarse atrás, y el resto no tardarán en seguir la corriente.

Nuevas tarifas para pasajeros que sólo vuelan con equipaje de mano

A partir del mes de Abril, la mayoría de aerolíneas que forman el grupo OneWorld, en el que se encuentra Iberia, comenzarán a lanzar billetes a precios más económicos para aquellos pasajeros que viajen sólo con una pieza de equipaje de mano, en algunos vuelos de largo alcance.

En principio, esto podría parecer una buena noticia, pero quizás no lo sea tanto si tenemos en cuenta los siguientes factores.

En primer lugar, esta tarifa se aplicará en exclusiva para aquellos que compren billetes en determinados vuelos de largo recorrido y estén dispuestos a viajar con una sola pieza de equipaje de mano, que no exceda de los 8kg de peso.

Esto quiere decir que aquellos que pretendan ahorrarse algo de dinero, tendrán que realizar vuelos intercontinentales casi sin equipaje. En caso de querer facturar una maleta, las tarifas empezarán a incrementarse en unos 50€.

Además, tal y como ya se estaba haciendo en la actualidad, todos los pasajeros volarán separados dentro del avión, salvo que se pague el correspondiente suplemento para reservar asiento. En caso de querer comer, también habrá que abonar otra cantidad a mayores, y lo mismo sucederá por el simple hecho de hacer uso de una manta.

El entretenimiento a bordo también se abonará aparte, además de la conexión wi-fi en aquellos modelos de avión que dispongan de ella.

Cambio de aerolínea a última hora

Durante el pasado Verano hemos recibido un sinfín de quejas relacionadas con este asunto, pero este año se van a batir records.

La razón por la cual ocurrió esto el año pasado fue por la venta masiva de billetes de vuelos que luego algunas aerolíneas no eran capaces de operar. Ante la disyuntiva de tener que cancelarlos, se optó por subcontratar los mismos con otras compañías de categoría muy inferior, avisando a los pasajeros afectados sin apenas margen de tiempo para poder hacer reservas en la competencia.

En algunos casos, pasajeros que habían pagado para poder viajar en los flamantes Boeing 787 de Norwegian, acabaron volando en aviones de compañías de Europa del Este de más de 30 años, sin entretenimiento a bordo, con comidas de escasísima calidad y en condiciones infinitamente peores, eso sí, pagando lo mismo que si lo hubiesen hecho con la aerolínea noruega.

Y esto va a más, pero por otra razón bien distinta. Como ya comentamos en varias ocasiones, los motores Trent que llevan muchos de los nuevos Boeing 787 adquiridos por la inmensa mayoría de compañías aéreas en todo el mundo, tienen un grave defecto de diseño que obliga a mantenerlos en tierra.

Se calcula que todo el proceso para solucionar esta incidencia pueda llevar hasta el año 2020, dada la cantidad de aviones afectados, por lo que las aerolíneas propietarias de este tipo de aparatos han empezado a alquilar aviones a otras compañías que tienen disponibilidad para prescindir de ellos.

De esta manera, la compañía más importante en la actualidad en toda Sudamérica, Latam, ha llegado a un acuerdo con Wamos para poder alquilarle sus Airbus A330, con una media de más de 18 años de antigüedad.

Sin embargo, esto no se avisa en la mayor parte de los casos a la hora de comprar el billete. Con pocas semanas de antelación, en ocasiones con apenas unos días, estas aerolíneas avisan de la incidencia a sus usuarios, ofertándoles la devolución total del importe del billete si no están de acuerdo con el cambio.

En muchas ocasiones y dada la falta de tiempo, la mayoría acaban «tragando» con el trueque, y metidos en cabinas de aviones vetustos del siglo pasado.

Incumplimiento de las leyes

Lo veíamos hace un par de semanas en las Islas Canarias, cuando un fuerte temporal obligó a cancelar un buen número de vuelos durante dos días. Mientras algunos pasajeros afectados eran reubicados en hoteles durante la crisis y hasta poder volver a despegar, otros dormían tirados en el suelo de los aeropuertos.

La ley es exactamente la misma para todas las compañías aéreas, sean de bajo coste o no, pero algunas la cumplen y otras no lo hacen, así de claro. Aquellos que habían volado abonando cantidades en muchos casos no superiores a los 20 ó 30 euros, se encontraron con que las aerolíneas que los llevaron de vacaciones no estaban dispuestas a pagarles un hotel durante 1 ó 2 noches, y muchísimo menos en régimen de pensión completa.

Las bajadas de precios conllevan recortes muy importantes que afectan al consumidor. Lo hemos visto ya en múltiples casos con Level, Norwegian, EasyJet y sobre todo con Ryanair. Sin embargo, no todas funcionan de la misma manera y en todos los casos responden de la misma forma.

Los servicios de atención al cliente, en la mayoría de los casos, son una auténtica tomadura de pelo y las formas con las que muchas veces se maltrata al usuario nos hace pensar que algunas compañías dan por hecho que comprar tarifas económicas implica recibir un mínimo de servicios, pero también de atención.

Con la competencia absolutamente demencial que hay ahora mismo en el sector aéreo, sabemos que este próximo Verano va a estar calentito en los aeropuertos, y no precisamente por las temperaturas exteriores.

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