Nunca enseñes tu tarjeta de embarque a través de las redes sociales

La ciberdelincuencia se ha convertido en uno de los mayores problemas de la actualidad.

El Verano ya está aquí, y con el llegan las ganas de viajar y de compartir nuestras experiencias a través de las redes sociales.

A los consabidos posados al borde del mar se unen las fotos de los pies en la playa, así como instantáneas de todo tipo en las que los internautas van relatando a sus amigos y seguidores cada etapa del periplo.

En un principio, todas estas fotos que se suben a las redes no contienen datos susceptibles de ser utilizados por terceras personas, con una excepción: las tarjetas de embarque.

De un tiempo hacia aquí, se han venido repitiendo las imágenes de tarjetas de embarque inundando las aplicaciones más populares, lo que equivale a un gran riesgo que puede traer consecuencias graves.

Estos documentos, a simple vista inofensivos, contienen un código de barras del que es posible extraer datos sensibles del pasajero, una información extraordinariamente valiosa con la que los hackers pueden amargarte la existencia.

A pesar de todas las advertencias que se hacen de manera cíclica para evitar que los pasajeros fotografíen y suban a las redes sociales sus tarjetas de embarque, a día de hoy todavía se siguen viendo infinidad de imágenes de este tipo.

No sólo esto, muchos viajeros tiran sus tarjetas de embarque al suelo o a una papelera una vez utilizadas, sin saber que están dejando a merced de cualquiera datos de carácter personal e incluso económico.

Qué información te pueden robar

Ni siquiera hace falta ser un experto en tecnología para acceder a la información que proporcionas a las compañías aéreas cuando reservas un vuelo.

Simplemente con el número de ticket electrónico y el nombre del pasajero, o en su defecto el código de localizador, se puede conocer tu DNI o número de pasaporte, dirección postal y diversos datos de carácter personal.

Si además eres pasajero frecuente o tienes una cuenta abierta con la aerolínea, los piratas informáticos podrían acceder a la misma, modificando cualquier reserva a su antojo.

Esto es precisamente lo que le ocurrió en Marzo de 2020 a Tony Abbott, ex Primer Ministro de Australia, cuando subió a internet una fotografía de su tarjeta de embarque para un vuelo doméstico dentro del país.

A los pocos minutos, un hacker ya se había hecho con su número de pasaporte y de teléfono móvil, el cual afortunadamente sólo utilizó para advertir al político del peligro que supone compartir estas imágenes en público.

En el caso de los códigos de barras que salen en las tarjetas de embarque, si que es necesario disponer de unos conocimientos técnicos y herramientas específicas para superar las medidas de seguridad dispuestas por las aerolíneas.

Cada compañía aérea almacena a través de ellos diversa información, y si bien es cierto que la gran mayoría intentan protegerlas frente a posibles ataques de terceros, hay otras que no ponen tanto empeño en hacerlo.

No sólo se trata del riego que conlleva el que otra persona pueda conocer tu dirección o teléfono personal, sino principalmente el que ese tipo de datos puedan ser utilizados para robar tu identidad y meterte en problemas graves.

Además, un nombre, una dirección y un número de DNI, pueden abrir las puertas para cometer muchas otras fechorías.

Por supuesto, siempre existe el riesgo de que finalmente los cacos de la internet lleguen a hacerse con tu número de tarjeta de crédito, una situación que lamentablemente ya ha ocurrido en más ocasiones de las que crees.

Qué debes hacer

Si es posible, lo mejor es que no subas nunca imágenes a las redes sociales en las que se puedan ver tarjetas de embarque.

En caso contrario, debes evitar siempre mostrar el código de barras, el número de ticket electrónico, y el código de localizador.

Cuando finalices tu vuelo, intenta romper la tarjeta de embarque antes de depositarla en una papelera, y sobre todo no la dejes tirada en el suelo.

Recuerda que actualmente internet está plagada de personas con muy pocos escrúpulos, capaces de hacer cualquier cosa para conseguir un beneficio económico, por lo que al menos no se lo pongas tan fácil.