PISOS TURÍSTICOS LA ÚLTIMA PESADILLA

Es muy difícil de entender que una actividad que se llevaba desarrollando desde hacía muchísimos años, sobre todo en áreas eminentemente turísticas, careciese de cualquier tipo de regulación al respecto. Parece que sólo hizo falta que este tipo de viviendas comenzasen a ser publicitadas de manera masiva en la web, y surgiesen múltiples protestas vecinales, algunas realizadas por barrios enteros de determinadas localidades, para que saltasen todas las alarmas y las administraciones decidiesen tomar cartas en el asunto.

Hablamos de las viviendas de uso turístico, no confundir con los apartamentos turísticos o cualquier otro tipo de establecimiento hotelero. Se trata de pisos particulares que se destinan al alquiler turístico, y que han quedado bajo la regulación de las diferentes Comunidades Autónomas.

En los últimos años todas las Comunidades se han apresurado para preparar una regulación destinada exclusivamente a este tipo de establecimientos, y que venían actuando sin ningún tipo de control por parte de dichas administraciones. Con algunas salvedades y diferencias entre unas y otras, de manera global podemos definir qué requisitos deben de cumplir estas viviendas para poder desarrollar su actividad de alquiler turístico:

  • lo principal, y más importante, es que ahora, antes de iniciar su actividad, deben inscribirse en los registros que han quedado abiertos por parte de las distintas administraciones autónomas. Es necesario abonar las tasas correspondientes (como en cualquier otro negocio), y cumplimentar y presentar la documentación requerida, la cual debe de ser debidamente aprobada.
  • los períodos de alquiler no pueden exceder los 30 días.
  • no se puede alquilar habitaciones o estancias independientes, sólo el inmueble en su totalidad. No puede haber dos contratos distintos, en el mismo período de tiempo, para una misma vivienda.
  • el propietario de la vivienda no puede residir en la misma mientras la tenga alquilada.
  • la vivienda tiene que tener dos o más contratos, como mínimo, al año.
  • debe de estar correctamente identificada en su exterior como «Vivienda Turística».
  • debe de tener un teléfono de contacto 24 horas, para atender cualquier llamada o emergencias.
  • debe de tener, y anunciar debidamente, hojas de reclamación a disposición de los usuarios.
  • debe de tener la correspondiente cédula de habitabilidad.
  • el mobiliario, enseres, y demás implementos que se ofrezcan deben de estar en correcto estado de uso.
  • deben disponer de un seguro de responsabilidad civil.

Podríamos decir que estas son las características más relevantes de las nuevas regulaciones aprobadas, y que, por fin, aportan una seguridad legal y jurídica hasta ahora inexistente.

Entonces, si todo ha quedado debidamente regulado, ¿dónde está el problema?. Pues a tenor de todas las versiones que nos han facilitado desde distintos estamentos supuestamente afectados, parecen ser múltiples y de muy diversa índole.

En primer lugar, el sector turístico hotelero acusa a los propietarios de estas viviendas de intrusismo profesional. Quizás esta acusación sí podría entenderse desde el antiguo marco en el que se encontraban estos pisos, sin ningún tipo de regulación, declaración, fiscalidad, tributación, garantías, etc. Ahora que todo esto ya está ordenado, no vemos qué tipo de intrusismo puede existir. Nosotros lo llamaríamos, más bien, competencia.

En segundo lugar, y creemos que este es el asunto más preocupante, se encuentran aquellos que se ven afectados por la presencia de este tipo de viviendas en sus edificios, y que manifiestan una serie importante de problemas y riesgos que, según ellos, ven inatendidos por parte de las administraciones. Para aclarar un poco más este asunto, hemos decidido contactar con un vecino de un céntrico edificio de Madrid, en el que hay varios pisos turísticos en alquiler, y que se ha encargado de dar voz a aquellos que han decidido levantarse contra estos negocios.

¿Podría aclararnos cuál es el problema que existe con las viviendas de uso turístico en su comunidad?

Los problemas son muchos, y muy graves. Desde falta de seguridad para los vecinos, a ruídos y jaleos constantes. La cuestión es que estos pisos están en edificios como el nuestro, y esto no es un hotel. Aquí vivimos mucha gente que tenemos que trabajar todos los días, y no podemos seguir así. Como estamos en una zona céntrica, vienen aficionados de otros equipos a ver partidos, gente a ver conciertos, a pasar el fin de semana, gente de vacaciones. Esto es un cachondeo de entradas y salidas. La puerta del portal está permanentemente abierta, maletas para arriba y para abajo. Yo vivo justo debajo de uno de los pisos (antes era sólo uno, pero ahora ya son casi la mitad del edificio), y la gente, claro, está de vacaciones y quiere pasarlo bien, se queda hablando hasta altas horas de la madrugada, arrastran maletas de un lado a otro, gritan, hacen ruído.

¿Pero ese no es un problema común de muchos otros pisos, y no necesariamente de los que se alquilan para turistas?

No, porque antes había un grupo de estudiantes y pasaban casi todo el año aquí. Los conocíamos a todos y ya sabían cómo tenían que comportarse. También hacían fiestas muchas veces, pero si se pasaban se hablaba con ellos y listo. Ahora cada vez es gente distinta. Yo no me voy a poner a discutir un día con unos y otro día con otros. Si la cosa se pasa de la raya, llamo a la policía. Ahora no sé a quién tengo en el piso de arriba. 

¿Quizás es más el hecho de pensar en quién puede estar ocupando el piso ?

No, a mí eso me da exactamente igual. Pero incluso para su propia seguridad, ¿sabes por cuánta gente han pasado las llaves de estos pisos?, ¿tú dormirías tranquilo sabiendo que cualquiera podría abrirte la puerta y desvalijarte, por ejemplo?

Pero pensando así, nadie se atrevería a ir a una casa rural, por ejemplo. Incluso en los hoteles tampoco sabes quién puede tener la llave de tu habitación ¿no?

Pero es que no es sólo eso, es que esto es una comunidad de vecinos, y quieren que sea un hotel. En un hotel está todo el día entrando y saliendo gente, está para eso. Esto es un edificio normal, no tenemos porqué aguantar estos jaleos de idas y venidas todos los días. Cada dos por tres gente instalándose en los pisos, otros volviendo a sus casas. El ascensor no para, lo retienen, lo llenan de maletas y mochilas, la luz todo el día encendida (y eso es un gasto a mayores para la comunidad). Muchas veces aparecen latas de bebidas o basura tirada en el suelo. Como van a estar aquí unos días, todo les da igual.

¿Se comporta de esa manera toda la gente que alquila los pisos?

No toda, pero sí la mayoría. Un día había un concierto de Bruce Springsteen y empezó a llegar gente con camisetas y todo eso. Había de todo, unos mayores y otros no tanto. Pensé que se iba a liar, pero al final casi ni nos enteramos. Otra vez tocaba un grupo de chicos, de esos que les gustan a las chicas jóvenes, y también aparecieron muchas jóvenes, yo dudo que todas fueran mayores de edad. Esa vez no le di mayor importancia y, sin embargo, a las 3 de la mañana decidieron ponerse todas a cantar. Pero no a cantar bajito, cantaban a pleno pulmón, como si les fuera la vida en ello. Imagínate la papeleta, que yo me levanto todos los días a las 6:30. Entre el susto, que te despiertas, que les pegas un grito, y que se callan, vuelve tú a dormir. Cuando te das cuenta, ya te tienes que ir a trabajar.

¿Cuál sería la solución entonces para este problema?

Yo creo que la solución es que cada cosa tiene que estar en su sitio. Si aquí vive gente, no puede estar viniendo otra de vacaciones cada dos por tres. Que hagan un edificio sólo para alquilar a turistas, o hoteles, o lo que tengan que hacer, pero no mezclar el turismo con la gente que no estamos de vacaciones.

¿Si usted tuviese un piso para alquilar, no lo dedicaría nunca al alquiler turístico?

No lo sé, porque no lo tengo. No me lo he planteado. Supongo que intentaría otro tipo de alquiler, más a largo plazo, conociendo a la gente que tengo metida dentro de casa y eso.

Si esa opción no funcionase, ¿en ningún caso lo dedicaría a turistas?

Ya te digo que no lo sé. En último caso y si no queda otro remedio…pero eso sí, avisando bien a la gente de lo que puede hacer y lo que no puede hacer. Poniendo unas normas de convivencia, para que nadie tuviese problemas.

¿Usted sabe que eso ya existe y se está haciendo? tanto los particulares que alquilan, como las agencias, suelen siempre estipular una serie de normas y regulaciones.

Pero eso no se cumple, y a los particulares por aquí ya ni se les ve. Antes sí venían, cuando alquilaban habitaciones a estudiantes y demás, y seguro que ni declaraban lo que les cobraban. Ahora se encargan las agencias de todo. Entregan las llaves, enseñan los pisos. Pero si hay normas, está claro que no se están cumpliendo.

A tenor de lo visto, parece que la convivencia entre las dos partes va a ser algo más que complicada. De todas formas, este asunto no es exclusivo de nuestro país, donde grandes capitales como Barcelona ya han tenido que actuar después de numerosas quejas vecinales. En Estados Unidos, donde la liberalización económica está en su grado más alto, ciudades como Nueva York han declarado la guerra  a los propietarios de pisos que procedan a alquilarlos por períodos inferiores a un mes, lo que ha llevado al gigante del sector, la plataforma Airbnb, a tener que pleitear para defender los derechos de sus usuarios.

La guerra está abierta entre aquellos que defienden su derecho a poder ejercer una actividad económica legal, y aquellos otros que afirman ver reducida su calidad de vida, a consecuencia de los primeros.

Pero los problemas en relación con este asunto no son sólo un patrimonio de los vecinos afectados. Los propietarios de los pisos afirman que ellos también están asumiendo un riesgo grande, a pesar de que se lleva un libro de control de todos los huéspedes, con sus respectivos DNIs o pasaportes. Estos datos recogidos deben ser compartidos también con la policía, igual que hacen el resto de establecimientos hoteleros.

Algunos propietarios se quejan de los continuos daños que sufren en sus propiedades, y sobre los que luego tienen serias dificultades para reclamar. Por otro lado, y aunque afortunadamente todavía no ha llegado la «moda» a nuestro país, en Estados Unidos se han registrado numerosos casos de usuarios de plataformas de alquiler de estos inmuebles, que acaban ocupando los mismos, con los consiguientes problemas para los propietarios que tienen que echarlos de sus pisos.

Son muchas las preguntas que nos surgen a raíz de este tipo de situaciones, y las respuestas no están nada claras. Lo que sí parece claro es que actividades de este tipo, que irrumpen en un mercado ya copado, chocan frontalmente con muchos intereses preestablecidos, probablamente una razón de peso para empezar a generar disputas. Por otro lado, es evidente que los cambios que suponen este tipo de negocios en el entorno en el que se ubican, son drásticos y radicales para todos sus vecinos. ¿Dónde está el equilibrio? si es que existe la posibilidad de que funcione. ¿Es ventajoso para el viajero, o a la larga también le acaba perjudicando?.

Sea cual sea vuestra opinión al respecto, tenéis todas las vías de comunicación abiertas y a vuestra disposición, tanto en nuestra página web, como en las redes sociales, para hacerla pública.

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