QATAR AIRWAYS: LO QUE LA AEROLÍNEA QUIERE ESCONDER

Es muy probable que cuando acabes de leer este artículo tardes un rato en cerrar la boca y regresar del estado de shock en el que quedamos todos sumidos. Esta es una de esas veces en las que la realidad supera cualquier ficción, con creces, y uno no sabe muy bien hacia dónde mirar o qué decir.

Parece absolutamente increíble que en pleno siglo XXI se sigan permitiendo mercados laborales como el catarí, más próximos al esclavismo que a una sociedad de consumo moderna, que es lo quiere aparentar el régimen monárquico absolutista del pequeño país árabe.

Quizás sea cierto que el dinero lo puede todo y sólo esta afirmación pueda explicar la sorprendente decisión de la FIFA de otorgar la organización de la Copa del Mundo del año 2022 al estado de Catar. Esto ha servido para descubrir la lamentable situación en la que trabajan los miles de emigrantes dedicados a construir las infraestructuras necesarias para albergar tan magno acontecimiento, en un país que carece de cualquier tradición futbolística y que, además, por sus elevadas temperaturas no permite la práctica habitual de casi cualquier tipo de deporte al aire libre.

Más de 1.500 trabajadores indios y nepalís han fallecido en los últimos años mientras trabajaban, de sol a sol, en alguna de las múltiples obras que se están llevando a cabo dentro del país. Estos obreros, mano de obra barata importada de muchas otras naciones cercanas donde existe una gran pobreza, son recluídos en grandes edificios en los que se controlan todos sus movimientos, y no pueden abandonar el país salvo con un permiso especial otorgado por sus empleadores.

Algo parecido pasa con los empleados de la aerolínea Qatar Airways, todo un icono del lujo y la atención a los pasajeros. Las condiciones de trabajo y el trato que tienen que soportar distan bastante de aquel que presume dar a sus pasajeros la aerolínea árabe.

Akbar Al Baker

Se trata del CEO de Qatar Airways, entre otros numerosísimos cargos de importancia en el ámbito empresarial del país que lo vió nacer en el año 1960. Su poder e influencia es tan grande, que lo mejor que te puede ocurrir es pasar totalmente desapercibido a sus ojos. 

Sus discursos a los empleados de Qatar Airways son reconocidos como verdaderas arengas cuasi militares, y abundan los testimonios de tripulantes de cabina femeninas que afirman haber sido objeto de comentarios sexistas del tipo: «tú, tienes que perder peso…».

Su carácter dictatorial y agresivo quedó retratado en Diciembre del año 2015 mientras daba una rueda de prensa en los Estados Unidos. De todos es sabida su enemistad con Richard Anderson, que en aquel entonces ocupaba su mismo cargo pero en la aerolínea americana Delta Airlines. En un momento determinado, mientras contestaba a las preguntas de los periodistas allí reunidos, sin ningún tipo de pudor comentó que podría debatir con el señor Anderson en cualquier foro, y acabaría colgándolo del techo.

Su modus operandi siempre se plasma en la ingerencia interna dentro de aquellos países o empresas que le pueden servir para cumplir sus fines, e intenta en todo momento invertir parte de sus beneficios en comprar sus acciones.

De esta manera, Qatar airways controla una quinta parte de las acciones del grupo IAG, en el que se encuentran incluídas tanto Iberia como British Airways, entre otras, el 50% de la italiana Meridian Fly, la aerolínea india Indi Go, y un apetitoso 10% de la poderosa Latam sudamericana.

Sus vecinos, sin embargo, igual de potentes económicamente que Catar, no le permiten sus trucos empresariales, ni le ríen sus gracias. Esto quedó patente cuando Akbar Al Baker intentó poner en funcionamiento una filial low cost de Qatar Airways en Arabia Saudí, bautizada con el nombre de Al Maha Airways.

Los permisos para operar que tenían que llegar por parte de las autoridades Saudíes se fueron retrasando en el tiempo, incluso cuando la aerolínea ya disponía de los aviones destinados a volar las rutas anunciadas. Finalmente, y a pesar de contar con toda la infraestructura empresarial necesaria, como equipos de mantenimiento, tripulaciones, e incluso su propia flota de aeronaves, la aerolínea acabó cerrando sin haber podido despegar ni una sola vez.

Esta fue la primera bofetada que Arabia Saudí propinó a Qatar Airways, y más concretamente a su CEO.

El Casting

Con este término anglosajón han definido la entrevista de trabajo a la que se tienen que someter las aspirantes femeninas para pasar a formar parte del grupo de Tripulación para la Cabina de Pasajeros (TCP) de la aerolínea Qatar Airways.

En dicha entrevista, se estudia más su simetría facial, rasgos étnicos, altura y peso, y sobre todo una bonita sonrisa, que cualquier otro mérito de tipo técnico, cultural, o profesional. 

Este tipo de selecciones de personal se desarrollan de manera continua por toda Europa, preferentemente en países como Suecia, Noruega, Holanda, o Alemania, buscando siempre el prototipo de mujer centro europea, alta, de pelo y ojos claros y piel blanca. Son una multitud las candidatas que se presentan a ellas, buscando a veces una primera oportunidad laboral con la que hacerse con algún dinero en un país exótico.

Las que resultan elegidas son citadas con posterioridad para volver a realizar otra entrevista y poner a prueba su grado de sumisión. El truco que ha realizado, y sigue haciéndolo, en numerosas ocasiones Qatar Airways es facilitar una hora concreta para volver al lugar donde se mantienen estos «casting» y una vez se personan las pre candidatas en este, se les informa conforme han llegado tarde, ya que la hora programada era otra distinta.

Esto sirve para valorar la respuesta de las candidatas, ya que algunas se afanan en defender su inocencia y proclamar el error de los entrevistadores, un claro error que significa que no son aptas para prestar sus servicios en la aerolínea. Aquellas que bajan la cabeza y piden perdón, aún sabiendo que se trata de un error y no es culpa suya, han dado el primer paso para formar parte de la plantilla.

Por supuesto, no se acepta ningún tipo de tatuaje ni piercing, y es necesario firmar un compromiso por el cual no se va a hablar de la empresa, ni hacer comentarios sobre la misma en cualquier red social.

El Contrato

Algo que sería absolutamente impensable en cualquier empresa europea, o de casi cualquier nación del planeta, es la obligación de firmar un compromiso por escrito en el que la candidata asume su obligación de permanecer soltera, el menos, en un período de 5 años.

En un país donde no está permitido ningún tipo de sindicato, y que no ha firmado ni reconocido muchos de los tratados internacionales sobre derechos humanos, no es difícil hacer pasar por el aro a cualquiera que pretenda prestar sus servicios laborales dentro del mismo.

Por supuesto, en caso de querer contraer matrimonio antes de la finalización de dicho período, es necesario un permiso específico de la aerolínea, que sólo llegará si esta pretende seguir contando con los servicios de la interesada, cosa que no suele ocurrir.

Algo similiar ocurre en el caso de embarazo. De darse esta situación, hay que comunicarlo a la compañía en cuanto se sea conocedora de la noticia, la cual acaba en prácticamente todos los casos en un cese de la relación laboral.

En el contrato se reconoce específicamente la potestad de Qatar Airways para no tener que dar ningún tipo de explicación sobre ninguna decisión empresarial que pueda tomar sobre la firmante, lo cual deja a esta en una situación de indefensión total.

Igual que en el caso que comentábamos al principio, relativo a los obreros contratados para acometer los trabajos de construcción de cara al mundial de fútbol del 2022, todas las TCP de Qatar Airways necesitan una visa especial de la aerolínea para poder abandonar el país. Sin ella, no es posible salir de Catar para cualquiera que trabaje allí.

Los pilotos pueden comprar la misma, por lo que no necesitan de la autorización especial, pero las TCP no, por lo que esto se utiliza como un castigo habitual para aquellas que hayan cometido alguna falta y hayan recibido cualquier tipo de apercibimiento. En este caso, se retira el privilegio de la visa por un período no inferior a 6 meses.

En caso de despido, este se comunica casi al instante y en persona, y no se deja apenas tiempo para abandonar el país. Las TCP han desarrollado un sistema para lidiar con un evento de estas caracterísicas, el cual nos han explicado de manera detallada:

Lo que hacen en primer lugar es comprobar, vía internet, su calendario de vuelos. En caso de que se vaya a producir el despido, lo primero que hace Qatar Airways es eliminar el calendario de la afectada. Esta es la primera señal que indica que es necesario actuar con toda celeridad.

Posteriormente, se recibe una llamada de las oficinas centrales en Doha, dando un plazo de 30 minutos para personarse allí. Antes de llegar es recomendable parar en el primer banco estatal del camino y retirar el 90% de todo lo que se haya podido ahorrar. La razón para hacer esto es que, dependiendo de las causas que esgrima la aerolínea, que no está obligada a dar ningún tipo de explicación, podrían también actuar sobre la cuenta bancaria correspondiente, congelando sus fondos.

Para no llamar la atención, recomiendan dejar siempre alguna cantidad, cercana al 10% sobre el total, ya que si se sospecha que se ha actuado con antelación en previsión de dicha medida, las cosas se podrían complicar mucho.

En el momento de afrontar el despido, lo mejor es no poner ningún tipo de problema y acatarlo aunque este sea totalmente injusto, ya que de todas maneras no se va a poder hacer nada para defenderse. Por contra, en caso de dificultados o discusiones, las cuales no se contemplan, la salida del país podría complicarse enormemente, ya que podría expulsarse a la afectada bajo la etiqueta de «Deportación».

El alojamiento

Existen unas instalaciones específicas en Doha para albergar al personal femenino de la compañía. Dentro de ellas se pone a su disposición una gran cantidad de servicios y amenidades, pero es necesario cumplir estrictamente con las normas establecidas por Qatar Airways.

Dicho lugar está monitorizado completamente por cámaras de vigilancia, y sus movimientos están perfectamente controlados en todo momento. Todos los edificios cuentan con varios vigilantes, que se encargan de avisar a la aerolínea en caso de sospecha sobre algún quebrantamiento de las reglas.

Está muy mal visto que los compañeros masculinos acudan a visitarlas a este lugar, por lo que internamente se recomienda evitarlo en la medida de lo posible. Sobre el resto de visitas de tipo personal, hay que avisar con anterioridad a los responsables de la seguridad para obtener su autorización, y en ningún caso se permite la entrada de personas ajenas a la empresa después de las 22:00.

Según los comentarios recibidos, la restricción a la libre circulación del personal, en prácticamente todas las empresas del país, es un hecho. Catar cuenta en la actualidad con una población superior a los dos millones de habitantes, pero sólo 250.000 personas cuentan con la nacionalidad catarí y todos los privilegios que ella establece. El resto son meros emigrantes que tienen que someterse a los designios de sus empleadores.

Una simple discusión con otra compañera, malentendido, o incluso un accidente doméstico, puede hacer saltar las alarmas y la afectada deberá prestar declaración verbal, y un escrito firmado, explicando los hechos acontecidos. Aunque finalmente no sea considerada como merecedora de algún tipo de sanción por parte de la compañía, la etiqueta de la aerolínea establece que, en cualquier caso, al final del texto escrito siempre hay que solicitar perdón por lo ocurrido y comprometerse a que no va a volver a suceder, en una acto de sumisión total.

El Golpe Político

Siempre hubo graves disputas entre todos los países de una de las zonas más calientes del planeta. Durante la denominada como «Primavera Arabe», Catar mantuvo una posición activa, financiando económicamente a grupos extremistas que finalmente se han reconvertido en elementos de alta peligrosidad para el resto de naciones, toda Europa incluída.

Sin intención de hacer ningún tipo de comentario político, que no es el campo de Turama, nos limitamos a lo que se refiere exclusivamente a la aerolínea Qatar Airways, a la cual el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ya había amenzado en varias ocasiones, señalando la injusticia que significa para la libre competencia de empresas aéreas, el contar con importantísimas subvenciones estatales. 

El mandatario norteamericano hacía especial hincapié en la facilidad que tenían todas las grandes aerolíneas de países árabes, que cuentan con recursos muy superiores a los de su competencia, gracias a las inyecciones de capital administrado por sus países de origen, normalmente enriquecidos por la venta de petróleo o gas natural, como es el caso del estado de Catar.

En una medida un tanto sorprendente, los EEUU prohibían la presencia de tablets o ordenadores portátiles en los vuelos con destino a ese país, basándose en razones técnicas relacionadas con las baterías que utilizan este tipo de aparatos, que a día de hoy siguen sin convencer demasiado. Esta medida, aunque se estudia implantarla también desde Europa, afectaba principalmente a todas las aerolíneas con origen en países árabes, lo cual puede hacer crecer la sospecha de una venganza empresarial, más que de una medida anti terrorista.

Esto provocó un ligero descenso en la venta de billetes de Qatar Airways, así como de otras aerolíneas como Emirates, pero el golpe político definitivo fue propinado este mismo mes cuando Egipto, Arabia Saudí, Emiratos Arabes Unidos, Baréin, Yemen, Libia y Maldivas tomaban la decisión de romper drásticamente relaciones diplomáticas con Catar, acusándola de estar detrás de la financiación de ciertos grupos radicales.

Parece que el acercamiento del régimen catarí al de Irán, enemigo de Arabia Saudí, ha precipitado una resolución sin precedentes históricos, que ha sorprendido por su rotundidad al mundo entero.

Esto ha afectado enormemente a Qatar Airways, ya que todos los países antes mencionados han prohibido no sólo el aterrizaje de vuelos procedentes de Catar, sino también la utilización de su espacio aéreo.

La salida natural desde Catar hacia Europa y EEUU pasaba por sobrevolar Arabia Saudí, pero desde la fecha en la cual se aprobaron estas restricciones, sólo Irán y Turquía han permitido los vuelos de Qatar Airways, lo que significa para la aerolínea un sobre coste muy importante al necesitar realizar desvíos de muchos kilómetros, más horas de vuelo, y más combustible consumido.

Akbar Al Baker declaraba en varias ocasiones que consideraba a Donald Trump como un amigo, y no creía que se tratase de un racista, sino más bien de un presidente que tenía que contentar a una gran parte de su electorado con medidas como las descritas anteriormente. No sabemos si esto ha ablandado de alguna manera el corazón de Trump, ya que hace poco ha solicitado a los países firmantes de las restricciones aéreas, una reconsideración de sus posiciones, pero lo que sí está claro es que esta situación va a perjudicar muy gravemente a la aerolínea, que puede sufrir un descenso brutal en la venta de billetes.

Parece que la grave crisis política de la zona va a acabar afectando también a Qatar Airways, que a su vez también forma parte de importantes grupos empresariales europeos, como la propia IAG, en la que se encuentra Iberia, por lo que este problema sólo anuncia negros nubarrones en la industria aeronáutica mundial, de consecuencias impredecibles.

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