La Embajada de Rusia en España, publicaba el pasado 29 de Julio en redes sociales un vídeo promocional que invita a emigrar al país gobernado por Putin.
De este modo, se pretendía vender la imagen de una nación moderna y libre, preparada para dar cobijo a todo tipo de personas, lanzando además el mensaje de que es «capaz de superar miles de sanciones internacionales», en un tono jocoso que roza la prepotencia.
La voz en off que narra el vídeo comienza alabando las excelencias gastronómicas de Rusia, destacando su «excelente cocina», para posteriormente hablar de sus «bellas mujeres», un tipo de publicidad muy difícil de asumir actualmente en Europa Occidental.
Obviamente, Rusia busca la provocación directa rompiendo los cánones publicitarios que rigen a día de hoy en el Viejo Continente, donde muy pocos países osarían utilizar este concepto para atraer el interés del público foráneo.
A continuación, las autoridades rusas meten de nuevo el dedo en la llaga del resto de Europa, recalcando que disponen de servicios de suministro de agua, gas y electricidad «baratos».
Sin dar pábulo a las acusaciones internacionales que hacen referencia a graves crímenes de guerra en la actual invasión de Ucrania, el vídeo prosigue subrayando los «valores tradicionales» y el «cristianismo» de Rusia, sumando además la «hospitalidad» como otra de las características propias del país.
Finalmente y después de mencionar la arquitectura tradicional, el ballet, la literatura y el vodka ruso, se animal al espectador a emigrar a Rusia, afirmando que ahora es el mejor momento para hacerlo.
Sin embargo, la Embajada de Rusia en España quizás no tuvo en cuenta que con miles de muertos y refugiados sobre la mesa, probablemente no sea este el mejor momento para publicar determinado tipo de contenidos, cuya intención parece más una burla que una promoción turística del país.
Por este motivo, apenas 24 horas después de la publicación del vídeo, los internautas ya se habían encargado de subir otra versión paralela, que naturalmente ofrece una imagen muy distinta de Rusia.
Utilizando exactamente la misma narrativa que en el vídeo original, las imágenes muestran un país que evita hablar de su pasado, y en el que se detiene a todo aquel ciudadano disconforme con la filosofía política del régimen de Vladimir Putin.
Desde sacerdotes ortodoxos agrediendo a curas cristianos, miembros del colectivo LGTBI arrastrados por la policía, estanterías de supermercados vacías de alimentos, hasta las puertas de las franquicias de los comercios internacionales más populares cerradas, la segunda versión del vídeo saca a la luz la imagen menos afable y vendible de Rusia en la actualidad.
Independientemente de simpatías políticas más o menos favorables con el régimen de Putin, es difícil llegar a asimilar la excesiva frivolidad de la Embajada Rusa en España con este asunto.
En medio de un goteo constante de muertes, tanto por la parte ucraniana como por la rusa, en una situación que además está afectando de manera muy grave a toda Europa, cuando menos parece bastante ilógica la posición de la Embajada Rusa.
En todo caso y a la vista de ambos vídeos, queda al criterio personal de cada uno la valoración de lo ocurrido.