A estas alturas, la noticia sería que Ryanair dijese la verdad. Pocos meses han pasado desde que el responsable de la aerolínea irlandesa, Michael O´Leary, reuniese a la prensa para informar de un error a la hora de asignar los descansos a sus pilotos, cuando todos los medios especializados sabíamos de la fuga de los mismos a otras compañías.
Como se coge antes a un mentiroso que a un cojo, finalmente Ryanair tuvo que reconocer a regañadientes que muchos de sus profesionales se habían ido a la competencia, sobre todo a Norwegian, y esto había provocado un caos a la hora de planificar los vuelos previstos.
En este mismo momento, con un parón de los pilotos italianos salvado sobre la campana el día de ayer, y otro bastante más grave el próximo Miércoles día 20 de Diciembre en Irlanda, al que se podrían unir también trabajadores de Portugal, Alemania e incluso España, la aerolínea se ha sacado de la manga una nueva filosofía laboral que resulta bastante poco verosímil.
Miedo
Ryanair está acostumbrada a sembrar el miedo entre sus empleados para poder manejarlos a su antojo.
Las amenazas de represalias por no cumplir los objetivos, o simplemente por mostrar en algún momento algún tipo de disconformidad con las directrices marcadas por la empresa, conlleva siempre la posibilidad de un cambio de base forzoso, disminución de los ingresos mensuales o un parón promocional.
Con estas tres amenazas Michael O´Leary contestó a los pilotos que plantearon las huelgas para este mes de Diciembre, esperando que cundiese el pánico habitual y todas las ovejas regresasen al redil con las orejas agachadas, pero esta vez no funcionó.
Por primera vez en la historia de la aerolínea, sus trabajadores se mostraron firmes en sus peticiones de reconocimiento sindical, con el fin posterior de mejorar su precaria situación laboral, y mantuvieron la convocatoria de huelga para el 15 de Diciembre en Italia y el 20 en Irlanda.
Igual que hacen los conductores de dos vehículos que corren de frente uno contra otro, cada interesado espera siempre que sea el otro el que de el volantazo y se aparte del camino, pero esta vez y viendo lo que le podía caer encima, ha sido Ryanair la que ha urdido un plan para salvar las dos pelotas de partido.
El plan
Justo unas pocas horas antes de que se llevase a cabo el parón de 4 horas convocado por los pilotos de Ryanair en Italia, para el pasado Viernes 15 de Diciembre, Ryanair comunicaba oficialmente que, por primera vez en su historia, estaba dispuesta a reconocer a los sindicatos como los representantes legítimos de los trabajadores ante la compañía.
La única condición que imponía es que dentro de los sindicatos de pilotos de Ryanair no figurase ningún otro empleado de compañías de la competencia.
Esta noticia, que fue un auténtico bombazo a nivel internacional, aplacó bastante los ánimos, aunque muchos pusimos en tela de juicio las buenas intenciones de Ryanair y nos preguntamos dónde estaba el truco.
Hoy mismo empezamos a ver cuál es la intención verdadera de Ryanair, que no es otra que conseguir salvar las fechas navideñas sin ningún tipo de contratiempo y más adelante…ya se verá…
Evidentemente, y como todos conocemos el percal de esta compañía y de sus directivos, el portavoz del sindicato convocante IMPACT, Niall Shanahan, solicitó una reunión urgente antes de la fecha marcada para la huelga, el próximo Miércoles día 20 de Diciembre, para poder confirmar en persona las intenciones de la aerolínea y plantear una hoja de ruta de cara al reconocimiento de los sindicatos y las mejoras laborales que estos van a solicitar.
La respuesta de Ryanair a esta solicitud fue el comunicar que ya había anunciado su intención de reconocer a los sindicatos de pilotos, y que por ello la huelga ya no estaba justificada, pero que lamentablemente no podía reunirse con los mismos antes de la fecha límite.
De esta manera, la compañía lo que pretende es salvar los muebles en los días más críticos sin dar la cara ni aportar más datos en cuanto a su supuesta intención de reconocimiento sindical, y conseguir alargar el proceso el mayor tiempo posible.
Como un mal boxeador que está a punto de caer a la lona, Ryanair se ha marchado a su rincón, pero más con la intención de coger aire y recuperar fuerzas para volver a plantar cara a sus adversarios, que con la de reconocer su primera derrota delante de sus trabajadores.
Conclusión
No cabe en la cabeza de nadie que, con la que está a punto de caerle encima, ningún responsable de Ryanair tenga un momento para reunirse con los representantes de los trabajadores y comenzar a trabajar sobre las solicitudes de estos.
Es rídiculo argumentar que «no se tiene tiempo» cuando faltan prácticamente 4 días antes de comenzar el parón. La solicitud del sindicato está totalmente justificada y con ella ha dejado una vez más a la compañía con el trasero al aire.
Ahora mismo, las posiciones siguen enfrentadas:
Por un lado, el sindicato IMPACT, que forma parte de IALPA (Irish Airline Pilot´s Association), mantiene que sin reunión previa al próximo Miércoles no se desconvoca la huelga.
Por otro lado, Ryanair comunica que con la intención de reconocer a los sindicatos es más que suficiente para desconvocar el parón, pero que no va a reunirse con los representantes sindicales antes del Miércoles.
De nuevo, los dos vehículos han tomado carrerilla y vuelven a lanzarse a gran velocidad el uno contra el otro para ver quién es el primero en rendirse y apartarse de la carretera. Lo malo es que, en este caso, los únicos que van a verse perjudicados son los miles de pasajeros que pueden quedarse en tierra en el ultimísimo minuto y en unas fechas especialmente sensibles para todos.
¿Quién cederá esta vez?.