Viajero, te están estafando

El factor clave para que una estafa funcione, es que el engañado tenga la sensación en todo momento de estar haciendo el negocio del siglo. Sólo en el momento en el que los estafadores ya han conseguido su botín, es cuando el perjudicado suele darse cuenta de lo ocurrido.

Por esta misma razón, el «timo de la estampita» lleva en vigor y funcionando hoy en día desde hace muchas generaciones atrás.

En el caso de los viajeros esto es todavía mucho peor, ya que incluso muchas veces no llegan nunca ni a percatarse de que se les ha sacado el dinero del bolsillo de mala manera.

Después de todo este tiempo hablando con muchos de vosotros todos los días, atendiendo vuestras llamadas, e mails y whatsapps, hemos observado que prácticamente el 90% seguís los mismos procedimientos a la hora de reservar vuestros viajes, billetes de avión y hoteles.

Vaya por delante que cada uno hace con su dinero lo que le da la real gana, y que este post es más un consejo por escrito que una crítica, por lo que los que se sientan identificados de manera personal con lo que aquí vamos a comentar, no pueden tomárselo como un ataque directo, sino más bien como una ayuda para el futuro.

Valga como ejemplo el comentar que, de manera irónica, todos los que habéis contactado con nosotros para solicitar presupuestos o consejos para la planificación de un viaje, estabais total y absolutamente seguros de haber localizado previamente los mejores precios.

En algunos casos ya era muy tarde para cambiar las cosas, pero en otros hemos podido solucionar auténticas aberraciones que se habían cometido a la hora de contratar un servicio turístico.

La reserva aérea

Casi de manera automatizada, muchos de vosotros acudís directamente a los portales de aerolíneas como Ryanair o EasyJet, entre otras, ya que supuestamente son las que ofertan los mejores precios.

Curiosamente, casi ninguno ha oído hablar de las tarifas conocidas como «negociadas», «privadas», «étnicas», o de «tour operador», que en la mayoría de los casos son bastante mejores que las ofertadas por muchas lowcost, o en último caso incluyen una serie de servicios extra que estas sólo comercializan previo pago de cantidades desorbitadas.

Los mayoristas, esos profesionales que sólo pueden vender a las agencias de viajes y nunca directamente al cliente, se pasan el año negociando con las compañías aéreas este tipo de tarifas. Por si no lo sabíais, las aerolíneas hace mucho tiempo que no pagan ningún tipo de comisión a las agencias por vender sus billetes, pero a cambio les ofrecen la posibilidad de llegar a determinados acuerdos que les pueden resultar beneficiosos.

Antes de comprar vuestro billete aéreo, deberíais de preguntar qué aerolíneas vuelan al destino al que os dirigís, y conocer si alguna de ellas tiene negociada alguna de estas tarifas con los mayoristas aéreos.

Además, si sois medianamente flexibles con los días de salida y de regreso, es posible encontrar las fechas concretas en las que el vuelo sale más económico, y ver al mismo tiempo qué precios ofertan todas las compañías aéreas que están operando los mismos.

Evidentemente, es mucho más fácil y cómodo entrar en el portal de una lowcost, mirar el precio, y luego entrar en el de cualquier otra compañía «tradicional» y confirmar que es mucho más caro. Pero, ¿habéis confirmado si en fechas anteriores o posteriores existen ofertas para volar a ese lugar en concreto?. ¿Habéis estudiado los horarios en los que se está volando y los aeropuertos a los que se llega?. ¿Sabíais que a veces por una diferencia ridícula es posible disfrutar de un día a mayores en destino, de poder facturar maletas o escoger sitio sin coste adicional, de hacer alguno de los tramos del vuelo en un asiento de categoría superior?.

Pues en prácticamente todos los casos de seguidores con los que hemos hablado, las respuestas a estas preguntas son siempre no, no, no y no.

Lo que hemos visto es que después de abonar el billete de avión y hacer la reserva, muchos pagáis el desplazamiento desde un aeropuerto secundario a la ciudad que queréis visitar, con lo cual estáis perdiendo más dinero y más tiempo. Muchos salís y regresáis a horas bastante intempestivas, por lo que muchas veces estáis malgastando días a la llegada o al regreso, o lo que es peor, estáis pagando una habitación de hotel que apenas vais a poder utilizar.

¿Qué sentido tiene ahorrarse 15 euros en un billete de avión si luego estás obligado a levantarte a las 4 de la mañana para estar en el aeropuerto, habiendo pagado la noche entera en el hotel?. Pues este es precisamente un caso concreto que hemos tenido en Turama, donde los 15 euros de diferencia fueron los que convencieron a una seguidora para comprar un billete de avión de una aerolínea, en vez de otro en otra compañía distinta que le permitía salir a media tarde y aprovechar casi otro día entero en destino, además de despegar desde un aeropuerto bastante más cercano.

¿Sabíais que LATAM, la mejor aerolínea de Sudamérica, está operando vuelos dentro de Europa a unos precios increíbles?. ¿Sabíais que Air France nos está ofertando tarifas inigualables para volar a América y a Asia?. ¿Sabíais que Turkish Airlines está regalando una noche de hotel a los pasajeros que tienen que hacer una escala superior a las 24 horas en Estambul?. ¿Sabíais que Alitalia está sacando ofertas para tour operadores día tras día?.

Antes de cerrar nada, por favor, contactad con quien queráis (no tiene que ser específicamente con nosotros), pero no os quedéis sin saber la multitud de posibilidades que tenéis a la hora de volar.

Reserva de hotel

Si cabe, el asunto de las reservas de habitaciones de hotel es todavía más sangrante.

Muchos de vosotros, la gran mayoría, entráis en las plataformas de reserva que todos conocemos, comparáis precios y compráis la que creéis que es más barata. Pero, ¿es realmente la habitación más económica?. La respuesta, en el 90% de los casos, es NO.

Para que podáis entenderlo mejor, os ponemos un ejemplo muy sencillo: imaginad que vais a una tienda a comprar unos pantalones.

Esa tienda en concreto tiene muchas marcas y modelos de pantalones, los cuales veis, os probáis y finalmente compráis el que se ajusta mejor a vuestras necesidades y presupuesto.

Cuando salís de la tienda estáis absolutamente convencidos de que habéis hecho la mejor compra posible.

Pero qué pasa si os decimos que en otra calle existen un buen número de comercios mucho más pequeños, quizás menos céntricos y conocidos,  que están vendiendo exactamente los mismos pantalones a precios bastante más reducidos.

Pues eso es lo que pasa con las reservas de habitaciones de hotel: esos portales a los que accedéis os dan las mejores tarifas suyas, u os facilitan una comparativa de precios entre otros portales con los que están conectados, pero la cuestión radica en que detrás de estos también hay vida.

Somos muchas, muchísimas, las pequeñas agencias que no podemos poner anuncios en la tele en horas de máxima audiencia, no podemos estar bombardeando todo el día las redes sociales, los diarios y revistas, pero a cambio podemos comercializar exactamente el mismo producto a un precio muy inferior.

Y cuando decimos muy inferior, queremos decir exactamente eso, muy inferior, porque a veces nos hemos encontrado con diferencias de tarifas para una misma habitación de bastantes cientos de euros, lo cual es una auténtica barbaridad.

Como decíamos al principio, cada uno es dueño de su dinero y hace con el lo que quiere. Sin embargo, es bueno recordar que ni nosotros, ni ninguna agencia que se precie, cobra a nadie por asesorar o prestar información (o al menos no debería de hacerlo), por lo que en todas las ocasiones estáis a una sola llamada, correo, whatsapp o mensaje, de ahorraros bastante dinero.

Las grandes marcas del sector os tienen cogida la medida. Saben que os gusta el camino rápido y os van poniendo sobre el mismo trocitos de zanahoria para teneros corriendo todo el rato. De esta manera, nunca tenéis tiempo para pararos dos minutos y comprobar si, efectivamente, lo que estáis comprando es lo mejor, lo más adecuado, o lo más económico del mercado.

Para muchos, aunque se pierdan días de vacaciones, dinero en la reserva, tiempo de idas y venidas y calidad en el viaje, todo es correcto porque se ha hecho en base a una información rápida y supuestamente veraz, cuando esto no es así.

Ahora, podéis seguir con vuestro «modus operandi» habitual, o podéis perder unos minutos de vuestro valioso tiempo y preguntar si estáis haciendo lo correcto. Lo bueno de todo esto, es que muchos de vosotros, que ya habéis comprobado todo lo que aquí hemos dicho en vuestras propias carnes, para futuras ocasiones haréis la llamada o enviaréis el mensaje de rigor.

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