Se cumplen 7 años de la desaparición del vuelo MH370.
Recientes investigaciones sobre los hechos ocurridos, dejan en evidencia la enorme lista de incongruencias que todavía permanecen sin una explicación.
El 8 de Marzo de 2014 se perdía el rastro al Boeing 777-200 de Malaysia Airlines, que cubría la ruta entre las ciudades de Kuala Lumpur y Pekín.
Una sofisticada aeronave de 64 metros de largo, que hace uso de la tecnología más avanzada en lo que se refiere a navegación aérea, comunicaciones y sistemas de seguridad, supuestamente se desvanecía del cielo junto con los 239 pasajeros que viajaban en su interior.
La explicación oficial apunta a un sabotaje por parte de los pilotos, o a través de alguien que pudo acceder a la cabina y hacerse con los mandos del avión, versión que en ningún caso ha podido ser demostrada y que además presenta importantes lagunas.
Otras fuentes prefieren pensar en algún tipo de avería mecánica que terminó afectando a la tripulación y al pasaje, como una despresurización de la cabina, razonamiento que a la vista de los pocos datos que hay confirmados apenas se sostiene.
Sin embargo, actualmente existe una hipótesis que cada vez comienza a cobrar más sentido, y que ya se había barajado durante las semanas siguientes a la desaparición, que mantiene que el avión de Malaysia Airlines fue atacado de manera intencionada, o debido a un fallo cometido por fuerzas militares sin determinar.
La prestigiosa periodista francesa Florence de Changy, que ha estado investigando este caso desde el primer día, afirma en un libro publicado recientemente que la versión que hace referencia a una acción militar sobre el Boeing 777, es la única que realmente podría juntar de manera correcta todas las piezas de este puzzle.
Tres grandes incógnitas
El Boeing 777-200 de Malaysia Airlines despegaba con total normalidad a las 00:41 de la madrugada, hora local, desde el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur.
De Changy se fijó especialmente en el manifiesto de carga de la aeronave, en el que figuraba una partida de material electrónico que había llegado escoltada hasta el aeropuerto.
Esta mercancía no fue sometida a la correspondiente revisión a través de rayos X, algo que hasta el día de hoy no ha podido ser explicado por los responsables aeroportuarios de Malasia.
La periodista francesa asegura que los vuelos desde Malasia a China suelen ser utilizados para transportar productos de contrabando, los cuales en ocasiones aparecen catalogados de las formas más inverosímiles, como por ejemplo partidas de fruta.
En todo caso, la ruta se desarrolló con total normalidad hasta el momento en el que la aeronave abandonaba el área de control de Malasia y entraba en la de Vietnam.
Como es habitual, desde el control de Malasia se facilitó a la tripulación del avión la frecuencia con la que debían de contactar, despidiéndose tanto los controladores como la tripulación del aparato.
En este preciso instante, el piloto a cargo de las comunicaciones debería de haber notificado su posición inmediatamente a los controladores vietnamitas, algo que nunca llegó a suceder.
Una de las principales incógnitas que no han podido ser explicadas, es porqué el centro de control de Vietnam tardó hasta 20 minutos en llamar al Boeing 777.
Aunque es un trámite que generalmente se realiza sin ninguna demora, es razonable pensar que por razones operativas las tripulaciones puedan llegar a tardar unos pocos minutos en contactar con el siguiente centro de control.
Pero en este caso, el avión había dejado de emitir su señal a través del transpondedor y supuestamente también había apagado el sistema ACARS, anulando cualquier posibilidad de comunicación con tierra.
Ante esta situación, lo lógico y normal es que los controladores vietnamitas contactasen de inmediato con el Boeing, pero no es lógico ni asumible que hubiesen esperado 20 minutos para hacerlo.
Por otro lado, las autoridades militares de Malasia afirmaron que sus radares primarios sí tenían localizado al aparato, el cual supuestamente había realizado un viraje a su izquierda.
Según confirmó el Ministro de Defensa y Transportes, Hishammuddin Hussein, el avión regresaba de esta manera a Malasia, sobrevolando la frontera con Tailandia y en dirección a Penang.
Esta es otra de las grandísimas incógnitas que envuelven la desaparición del Boeing 777, ya que en numerosas ocasiones se preguntó a Hishammuddin Hussein el porqué no se llegó a enviar cazas militares con el fin de interceptar al avión comercial.
La respuesta de Hishammuddin fue que «no se consideró una amenaza», afirmación que choca frontalmente con el sentido común y que desde luego no responde a los protocolos internacionales establecidos para este tipo de situaciones.
Actualmente, no es imaginable una amenaza de mayor magnitud que un avión comercial de gran tamaño volando sin control fuera de su ruta habitual, con el transpondedor apagado y la radio inhabilitada.
El mero hecho de no responder a una llamada de algún centro de control aéreo, es más que suficiente para movilizar a la fuerza aérea de cualquier nación, principalmente en países como Malasia, Indonesia, o Tailandia.
Hishammuddin Hussein, que actualmente desempeña funciones como Ministro de Asuntos Exteriores de Malasia, afirma que simplemente se dejó pasar al avión, sin más, una versión que Florence de Changy considera mentira.
La periodista francesa afirma que la tripulación del Boeing 777 sí llegó a contactar por radio con Malasia, lanzando una señal de socorro y solicitando permiso para tomar tierra.
Es más, De Changy cuenta con el testimonio de otros dos pilotos de Malaysia Airlines que se encontraban volando en la misma zona y aseguran haber escuchado por radio a la tripulación del vuelo MH370.
Esta versión podría explicar el viraje efectuado por el aparato, poniendo rumbo hacia Penang, donde se encuentra uno de los aeropuertos más importantes de Malasia.
De Changy sostiene que el Boeing pudo haber sido atacado de manera intencionada justo en el momento en el que abandonaba el espacio aéreo de Malasia, o quizás a través de algún sistema automatizado de defensa.
Las autoridades vietnamitas se mostraron muy poco receptivas desde el primer momento de la desaparición del Boeing, negándose a facilitar cualquier tipo de información sobre los contactos realizados con el aparato a través de sus radares primarios.
Supuestamente, semejante comportamiento estaba justificado en la necesidad de proteger la ubicación de sus radares militares y la capacidad y alcance de los mismos.
La tercera gran incógnita sin explicar llegó desde el Reino Unido, que avisó a las autoridades de Malasia sobre la información recibida a través de uno de sus satélites, el cual seguía manteniendo contacto con el avión de Malaysia a través de los servicios de SATCOM.
Mientras las autoridades del país comunicaban al mundo que el avión había caído al sur del Mar de China, los sistemas del aparato seguían respondiendo a los contactos por satélite.
Malasia tardó 3 días en dar por buena esta información, que finalmente demostraría que el aparato voló hasta agotar sus reservas de combustible, cayendo en algún punto del Océano Indico.
Durante todo ese tiempo se estuvieron buscando los restos del aparato en una zona donde era evidente que no podían encontrarse, ya que el propio ejército sabía que la tripulación había realizado un viraje en su rumbo.
Si las autoridades tenían esta información desde el primer momento, ¿por qué movilizar toda su capacidad de rescate en un punto en el cual sabían que no iban a encontrar nada?.
De Changy insinúa que de esta manera se estaba ganando tiempo, a la vez que se distraía la atención internacional.
Por otro lado, hubo demasiado interés en responsabilizar cuanto antes de lo ocurrido al comandante del avión, aludiendo a supuestos problemas familiares que le habrían provocado una crisis.
Su propia esposa desmintió este información, aprovechando además para confirmar que su marido no había estado planeando aterrizajes de emergencia en diversas islas, utilizando para ello un simulador de vuelo.
De acuerdo con la información trasladada por su propia familia, este simulador llevaba muchos meses averiado, por lo que no podía ser utilizado.
Anwar Ibrahim, líder de la oposición en Malasia, asegura que existe importante información confidencial sobre lo ocurrido que ha sido ocultada por parte de diversos organismos.
Ibrahim apuntaba directamente a las supuestas comunicaciones por radio que podría haber establecido la tripulación del avión, las cuales estuvieron circulando durante un tiempo por China, hasta desaparecer por completo.
Visto lo visto, parece muy difícil que algún día lleguemos a saber qué ocurrió realmente con el Boeing 777 de Malaysia Airlines.
Después de 7 años, parece que todavía hay más incógnitas en el aire que el primer día, lo que obviamente alimenta teorías de todo tipo al respecto.