La noticia está corriendo como la pólvora por todas las redacciones: Primera Air se declarará en quiebra a la medianoche de hoy mismo.
Muchos pasajeros con vuelos previstos entre Europa y los EEUU se están enterando en este preciso instante que la compañía aérea que tendría que llevarlos o traerlos hasta su destino, desaparecerá en apenas una hora.
Tal y como venimos anunciando y contando desde Turama, antes de que finalice este año todavía nos esperan más sorpresas en el sector, ya que hay otras tantas aerolíneas que lo están pasando bastante mal, y no se descarta que sigan el mismo camino.
Por otro lado, de nuevo insistimos en el mismo punto que llevamos comentando hace muchos meses y que algunos todavía se niegan a reconocer: el lowcost de largo recorrido es una aventura que, más tarde o más temprano, acaba terminando de manera abrupta.
Así ha pasado históricamente, desde los comienzos de Laker Airways, que fue la compañía que realmente inventó el concepto del lowcost.
Las cosas le fueron realmente bien, justo hasta el momento en el que decidió comenzar con los vuelos transatlánticos a precios muy reducidos. A partir de ahí, empezaron todos los problemas.
Sir Freddie Laker, dueño y fundador de la aerolínea, no tardó en reconocer que no era posible operar vuelos de larga distancia utilizando el mismo sistema de bajo coste, razón por la cual se veía obligado a declararse en bancarrota a principios de los años 80.
¿Nadie se ha preguntado porque la reina mundial del bajo coste, la norteamericana Southwest, a día de hoy todavía no ha comenzado a operar vuelos de largo alcance después de cerca de 50 años de historia?. Pues sí, de hecho lleva mucho tiempo preparando su salida en ese nicho en concreto, pero lo cierto es que de momento sólo se ha animado con el transporte de mercancías.
Al mismo tiempo, Ryanair tampoco cuenta con trabajar este tipo de vuelos, al menos en un futuro cercano, y gracias a eso sigue en pie, a pesar de los enormes problemas que está sufriendo en la actualidad.
Otro claro ejemplo de esto es Norwegian, el auténtico gigante de los vuelos de largo alcance a precios bajos. Después de varios ejercicios concatenando pérdidas y con un pedido de aviones muy importante que pagar, se vio obligada a un considerable aumento de sus tarifas.
Como esto todavía no era suficiente para afrontar la deuda que tenía por delante, se rumoreó la inminente venta a otra compañía aérea, otra espada de Damocles que sigue pululando sobre su cabeza. Ahora mismo, se ve obligada a vender gran parte de los aviones de su flota, con el fin de poder dar cabida a todos los nuevos aparatos que van a ir entrando próximamente.
WOW air, la islandesa que también se aventuró a volar sobre el Atlántico a precios muy reducidos, reconocía hace apenas un mes que lleva dos años soportando pérdidas muy importantes, por lo que había resuelto salir a bolsa, con el fin de monetizar en lo posible su valor, y abandonar el océano para explorar nuevos mercados en Asia, concretamente en la India.
La francesa Joon, a día de hoy espera que su nueva andadura desde el aeropuerto de Madrid le ayude a salir de la cuneta virtual en la que se encuentra metida. La compañía que iba a dar cabida a todo el público Hipster, de aire desenfadado y cercano, de momento se ha quedado en un fiasco.
Y de Level podemos hablar largo y tendido, sobre todo en cuanto a números, pero eso lo reservamos para un apartado especial que sacaremos próximamente.
La cuestión ahora es que Primera ha reconocido que, a pesar de haber comprado 5 nuevos Airbus A321 NEO a principios de año para dar un «toque de calidad» a su flota, y contando con poder adquirir en los próximos años varios A321 NEO LR y también un número no especificado de unidades del Boeing 737 MAX 9s, no ha podido alcanzar un acuerdo con su banco que le permitiese seguir volando.
De hecho, Primera ya sabía hace algún tiempo que la viabilidad de la empresa pendía de un finísimo hilo, pero tomando como referencia el pago de los nuevos aviones que llegarían en breve y las obligaciones legales que un cierre más postergado podría acarrearle, ha tomado la decisión de cerrar la persiana hoy mismo.
La compañía ha acusado la pérdida aproximada de unos 10 milllones de euros por un grave problema de corrosión en uno de sus aparatos y, sobre todo y más que nada, todas las incidencias surgidas desde que empezó a operar hacia los EEUU.
Todo esto, además, le obligó a contratar los servicios de otras aerolíneas para poder seguir atendiendo a sus clientes, lo que se tradujo en más gastos a mayores. Tampoco hay que olvidarse de sumar el incremento del precio del combustible.
Cuando se acaban de cumplir tan sólo 14 años desde el primer vuelo de Primera, la aerolínea hacía hoy este comunicado: «Esta compañía ha trabajado sin cesar durante los últimos meses para asegurar la financiación a largo término de nuestras operaciones. No habiendo sido posible llegar a un acuerdo con nuestro banco para conseguir una financiación puente, no nos queda otro remedio que declararnos en bancarrota».
La cuestión es que la situación de Primera la conocíamos en Turama, era de sobra conocida en el sector y, por supuesto, más que intuida por las autoridades competentes, pero ¿qué se ha hecho al respecto?.
Igual que ocurrió con Niki, Air Berlin, Monarch y otras tantas, parece que al final todo acaba de la misma manera: un cierre anunciado con apenas unas pocas horas de anticipación.
Ahora, miles de pasajeros en varios países se verán atrapados en distintos aeropuertos, tal y como viene pasando ya de manera escandalosamente habitual, sin poder dirigirse ni reclamar a nadie, básicamente porque su aerolínea ya no existe.
Suma y sigue, otra que se va dejando miles de afectados, y parece que nunca acabaremos de escarmentar.