Aléjate de estos 4 tipos de viajeros

Sólo necesitas poner un pie dentro de cualquier aeropuerto, para darte cuenta de la infinidad de personalidades que pueden coincidir en un mismo recinto.

Al lado del pasajero que observa con detenimiento cómo plastifican sus maletas, se sienta el viajero nervioso, que echa un vistazo al reloj cada 15 ó 20 segundos, con el fin de confirmar que todavía está a tiempo de salir corriendo.

No muy lejos de allí se encuentran el confiado, que apura su cerveza hasta el ultimísimo minuto, seguro de que va a poder llegar a la sala de embarque a tiempo, el que dedica varias horas a comprar cosas en el duty free que realmente no necesita para nada, o el que ya está haciendo cola antes de entrar al avión, cuando ni siquiera se ha confirmado la puerta correspondiente, entre tantos otros.

pasajeros dentro de un aeropuerto

En realidad, ninguno de ellos te va a afectar directamente, ni a ti ni a tu viaje, pero si hay otras clases de viajeros de los que deberías huir lo más rápido posible.

Hoy, queremos presentarte a 4 especímenes especialmente tóxicos con los que es mucho mejor no cruzar caminos.

El cuñao

Da igual lo que te haya costado tu viaje, tu avión, o tu hotel, el cuñao siempre te dirá que él ha pagado mucho menos que tú.

Este tipo de viajero supuestamente consigue mega ofertas inalcanzables para el resto de mortales, tarifas no publicadas por las aerolíneas, habitaciones a precios de ganga, cruceros casi regalados y entradas para cualquier espectáculo a mitad de precio.

Desayuna, come y cena por poquísimo dinero, y además gusta de contarlo recreándose en todo tipo de detalles, para dar mayor verosimilitud a su relato.

viajero ahorrador

Sin embargo y como bien te podrás imaginar, la realidad es bien distinta.

El viajero cuñao es carne de cañón y suele resultar estafado con gran facilidad cada vez que sale de su país.

Obviamente, él no te va a contar la cara B de cada desplazamiento que hace, porque lo cierto es que va saltando habitualmente de problema en problema.

Compra ofertas sin leer la letra pequeña, que es precisamente la que contiene los detalles de todos los extras que tendrá que abonar al llegar a su destino. Se aloja en un radio de más de 5 km de la ubicación en la que le gustaría quedarse, e invierte la mayor parte del día yendo y viniendo.

Sus viajes son de marca blanca, prefabricados que quieren imitar a otra cosa que se parece, pero que no es lo mismo.

Si caes en sus manos, o en sus recomendaciones, estás perdido.

El enfadao

Este tipo de viajero se dedica a impartir su particular justicia por el mundo adelante.

Para él, las vacaciones no son una diversión, sino el momento de poder denunciar todas las injusticias del planeta.

Se retrata con cara afligida en los barrios más pobres de cada ciudad que visita, para posteriormente colgar las fotografías que hace en redes sociales, acompañadas de textos infinitos que versan sobre la lucha de clases y las desigualdades sociales.

fabelas

Nunca se ha sabido si está de acuerdo con algo, ya que por su propia naturaleza suele estar en contra de prácticamente todo.

No lo vas a ver con una sonrisa y relajado en la playa, porque él no puede descansar mientras haya un solo ser humano sufriendo en algún rincón del mundo.

Si te juntas con este tipo de personaje, cada viaje que hagas se va a convertir en un auténtico drama. El viajero enfadao no es feliz en su vida diaria, por lo que tampoco puede serlo cuando abandona su país.

Por alguna razón desconocida, vive empeñado en demostrar que él es mejor persona que los demás, más comprometido, más humano y más justo, pero lo cierto es que sólo es una pose para llamar la atención.

El viajero enfadao sólo viaja para enfadarse un poco más (si cabe) y mira con desprecio a todos aquellos que salen de vacaciones a divertirse y a descansar de sus responsabilidades durante unos días.

El enterao

Si tienes dudas no preguntes a Google, pregunta al viajero enterao y podrás comprobar que sus conocimientos no tienen límites.

Licenciado en todología por la universidad de la vida, el viajero enterao sabe cuál es la mejor aerolínea, el mejor hotel, el destino más interesante y el restaurante con la mejor relación calidad precio.

El viajero enterao no da consejos, dicta sentencias, y no admite ninguna réplica a las mismas porque él sabe, y tú no.

el viajero que lo sabe todo

Para afianzar su estatus de «el más listo de la clase», el enterao procura aprenderse los nombres de la gente que se va encontrando mientras viaja, para posteriormente hablar de ellos como si fueran sus amigos íntimos:

«Pregunta por Ramón, el de los cocktails, y dile que vas de mi parte. No dejes que te lo prepare ningún otro camarero».

Como era de esperar, realmente nadie lo conoce ni se acuerda de él.

Nunca cuentes tus planes de vacaciones delante de un viajero enterao, porque siempre intentará cambiar la ruta que tienes establecida, de acuerdo con sus propias especificaciones.

No importa el destino al que viajes, el enterao ya ha estado antes que tú, aunque en la mayor parte de las ocasiones sólo lo haya soñado, leído, o visto por la tele.

El conectao

Actualmente, el viajero conectao puede ser la mayor pesadilla a la hora de salir de vacaciones.

El conectao vive y se comporta como un influencer de postín, aunque sus redes sociales sólo las sigan unos pocos amigos y conocidos.

Hace directos para retransmitir cómo prepara sus maletas, cómo se desplaza al aeropuerto, qué desayuna antes de tomar su vuelo, dónde se sienta dentro del avión y en qué hotel se aloja.

Le da absolutamente igual que sus vídeos no los vea nadie, ya que la fama lo espera igualmente a la vuelta de la esquina.

Selfie en el taxi, selfie en la tumbona, selfie en la playa, selfie comiendo, selfie de fiesta y selfie durmiendo, es todo lo que vas a encontrar si decides revisar sus posts en redes sociales.

viajero haciéndose un selfie

El viajero conectao descarta destinos de vacaciones si considera que no va a poder disfrutar de una conexión wifi adecuada.

Para él, es mucho más importante que los demás vean lo que hace, que la propia experiencia de viajar a otro país.

Cualquier mínima incidencia que viva durante sus vacaciones, se convierte en una anécdota digna de relatar a sus followers, que lo siguen con una mezcla de incredulidad, pena, y bastante compasión.

El conectao ve otros países a través del objetivo de la cámara de su teléfono móvil, porque hace años que no utiliza sus propios ojos.

Si valoras un mínimo tu intimidad, evita al viajero conectao, o tus viajes se convertirán en el reality con menor audiencia de la historia.

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