La compañía aérea bandera de Italia se encontraba en un limbo empresarial y administrativo que parece haber llegado a su fin.
Con 3.000 millones de euros, una nueva denominación, y una participación estatal del 100%, Alitalia comenzará a volar como ITA, salvo que el Tribunal de la Competencia de la UE diga lo contrario.
La situación en la que se encontraba Alitalia era absolutamente insostenible. Acumulando una deuda multimillonaria y después de haber perdido el apoyo de la gran mayoría de sus antiguos inversores, su viabilidad dentro de un sector que agoniza a consecuencia de la pandemia era prácticamente nula.
Sin embargo, y tal y como comentamos en Turama en más de una ocasión, la aerolínea parece compartir el mismo lema que acompaña a la ciudad de Roma, y comenzamos a pensar muy seriamente que también es eterna.
Hace apenas 48 horas se presentaba el nuevo plan de viabilidad para Alitalia, que contempla un futuro con 90 aeronaves y una plantilla compuesta por 6.500 trabajadores, orientada principalmente a las rutas de largo alcance y hacia destinos ubicados en los EEUU.
Esto significa que la aerolínea tendrá que deshacerse de unos 6.000 empleados, así como de 20 aviones, con el fin de ajustarse a la baja demanda que padece actualmente el sector.
Las siglas correspondientes al nuevo nombre, ITA, son un acrónimo de Italia Transporto Aereo, cuyo lema será «Llevando Italia al mundo».
A la cabeza del nuevo proyecto se encuentra su Presidente, Francesco Caio, archiconocido empresario italiano que también ejerce como máximo responsable de Saipem, empresa integrada en el sector energético, y como consejero del grupo bancario BNL.
Por debajo de Caio se encuentra un ex Emirates, Fabio Maria Lazzerini, actual responsable de negocio de Alitalia, que será acompañado por un total de 6 caras nuevas en el Consejo de Administración.
El Decreto anunciado el pasado Viernes todavía tiene que ser validado y publicado por la Corte Dei Conti italiana, y posteriormente revisado por el Tribunal de la Competencia de la Unión Europea, encargado de ratificar que las ayudas y subvenciones estatales aprobadas por el ejecutivo del país transalpino se ajustan a las normas establecidas por los integrantes de la UE.
Uno de los principales objetivos de ITA será conseguir integrarse con FS Ferrovie dello Stato Italiane, la compañía nacional de ferrocarriles, algo de lo que se lleva hablando desde principios del 2019.
Además de incentivar el tráfico de pasajeros desde los EEUU, el mercado que genera mayores beneficios para Alitalia, según afirmó Lazzerini, la nueva ITA intentará el asalto a Japón, un destino que comercializaba con especial éxito antes de la declaración de pandemia, principalmente gracias a unas tarifas reducidas que se encontraban muy por debajo de la media ofertada por la competencia.
En cuanto a Sudamérica, Lazzerini indicaba que para Alitalia es un mercado que necesita ser protegido, y de momento todo apunta a que la compañía prefiere centrar sus esfuerzos de manera específica en Asia y Norteamérica.
El factor fundamental destacado desde Alitalia el pasado Viernes, hace referencia a las alianzas y grupos de aerolíneas en los que espera integrarse ITA.
El nuevo plan de negocio califica la participación dentro de un conjunto de compañías aéreas como «el eje central de todo el modelo industrial». Para Lazzerini, resulta prácticamente imposible luchar en solitario como aerolínea independiente, mientras se está operando al mismo tiempo dentro de un mundo global e interconectado.
Este tipo de declaraciones nos dejan algunas dudas en cuanto a si ITA permanecerá dentro del grupo Skyteam, o lo que realmente se está valorando es su salida para preparar una posterior entrada en OneWorld, otra posibilidad sobre la que se lleva hablando desde hace algunos meses.
En todo caso, antes hay que contar con que la UE no ponga ninguna pega a la ayuda de 3.000 millones aprobada por el gobierno italiano, la cual llega justo en un momento de máxima crispación general dentro del sector, que permanece velando armas ante la proximidad de un Invierno que amenaza con llevarse por delante a un buen número de compañías aéreas.
Desde el ejecutivo se ha resaltado que la nueva aerolínea, cuyo nombre real va a ser Italia Transporto Aereo, Alitalia ITA, marca un punto y aparte con el pasado de la compañía bandera del país, y representa el primer paso adelante en la creación de una empresa de calidad que permita competir en el mercado internacional, ayudando al mismo tiempo al sector turístico del país.
El gobierno rehusó convertir a Alitalia en una lowcost, otra de las opciones que estaba sobre la mesa, y ciertamente todo lo dicho hasta el momento indica que ITA no tiene pensando competir con las aerolíneas de bajo coste en el mercado doméstico del país.
Alitalia ha muerto, relativamente, porque Alitalia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.