Con miles de trabajadores despedidos sin percibir ningún tipo de indemnización, y a tan solo 5 días de declararse en quiebra, el grupo Avianca Holdings decidió que era una buena idea regalar más de 6 millones de dólares a dos de sus directivos más destacados.
Los hechos ocurrieron en el mes de Mayo, y se han dado ahora a conocer tras las declaraciones efectuadas por los máximos responsables de la aerolínea en el Juzgado que tramita su expediente de quiebra en los EEUU.
Según la documentación presentada por la propia Avianca, el día 6 de Mayo Anco van der Werff había percibido la cantidad de 3.7 millones de dólares, mientras que su compañero Adrian Neuhauser se habría embolsado otros 2.8 millones.
Los abogados de la compañía aérea justificaron esta decisión aludiendo a que «los bonos eran necesarios para incentivar a los directivos con el fin de que siguiesen prestando sus servicios a la aerolínea».
Sólo 5 días después, Avianca solicitaba la protección legal estipulada en el capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos, a través de un Juzgado del distrito sur de la ciudad de Nueva York.
Sin embargo la noticia no acaba aquí, ya que tal y como informa la Agencia de Periodismo Investigativo de Colombia, los dos mismos directivos ya habían cobrado el día 18 de Marzo otros tres millones de dólares cada uno, en base a los resultados operativos correspondientes al año anterior.
A pesar de esto, el equipo jurídico de Avianca ha declarado que de no abonarse a mayores los bonos aprobados en el mes de Mayo «ambos directivos habrían abandonado la compañía y buscado trabajo en otro sitio».
Pocos días después del primer desembolso de 6 millones de dólares, Avianca comunicaba que «la situación provocada por la pandemia obliga a tomar decisiones difíciles, lo que incluye la implementación de bajas no remuneradas para la mayoría de empleados».
Esta noticia ha generado un gran malestar en Colombia, país cuyo gobierno ha propuesto recientemente la aprobación de un crédito de 300 millones de dólares como ayuda para la aerolínea.
Estos hechos contrastan frontalmente con lo sucedido en la compañía austriaca Austrian Airlines, cuyos directivos se vieron obligados a devolver todas las cantidades recibidas en concepto de bonos, al declarar el gobierno de su país que consideraba inaceptable rescatar a una empresa con dinero público al mismo tiempo que algunos de sus máximos responsables se repartían ingentes remuneraciones.
Sin necesidad de irnos fuera de nuestro propio país, la familia Hidalgo, propietaria de Air Europa y del grupo Globalia, se repartía en el mes de Febrero la cantidad de 35 millones de euros, en base a supuestos beneficios del año anterior.
Esta cifra llama poderosamente la atención, ya que aunque Air Europa todavía no ha confirmado el balance final correspondiente al ejercicio 2019, se calcula que las ganancias no podrían haber superado los 24 millones de euros.
Pocos meses después, Juan José Hidalgo declaraba que la aerolínea no disponía de capital suficiente, y solicitaba una ayuda estatal multimillonaria para poder seguir operando.
A día de hoy, se está estudiando el rescate de Air Europa sin que ninguno de sus máximos accionistas y propietarios tengan que aportar un solo euro de sus fortunas personales, exigiendo además al Ejecutivo español que no entre a formar parte de la compañía, con el fin de propiciar su venta a Iberia.
Por su parte, el grupo IAG compuesto por British Airways, Iberia, Vueling, Aer Lingus, y Level, aprobaba un bono de 990.000 euros para su ex Consejero Delegado Willie Walsh.
Walsh no sólo se hacía con un bono de casi un millón de euros en plena crisis, sino que además esta cantidad se suma a los 3.2 millones de libras percibidas tras un aumento del 5.5% con respecto al salario correspondiente al año 2019.
Además de esto, Walsh también se hacía con 1.1 millones de acciones del grupo, con un valor superior a los 5.2 millones de libras, que se sumarán a otras 258.910 acciones que tendrá que percibir hasta Marzo del 2022, por un valor estimado superior al millón de libras.
Y todo esto mientras en British Airways se mantiene la política de despidos y recortes en los sueldos de sus trabajadores, alguno de los cuales no llegará a alcanzar el 75% del salario que cobraba antes de la pandemia.
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