Es muy importante tener presente que estamos ante una crisis global y generalizada, que afecta a todos los sectores de producción, no sólo al turismo o a la aviación comercial.
Por ello, va a ser necesario establecer planes de ayuda y rescates para muchas empresas, lo cual requerirá mantener un alto nivel de ecuanimidad, ya que además los fondos públicos, que al fin y al cabo se crean con la aportación de todos, no son precisamente ilimitados.
A pesar de que nuestro país es el segundo que recibe más visitantes extranjeros, y cuyo PIB depende en un 14% del sector turístico, a día de hoy todavía desconocemos la hoja de ruta que se va a seguir para intentar reflotar la situación.
Mientras que la gran mayoría de compañías aéreas internacionales ya han cerrado importantes acuerdos con sus respectivos gobiernos, con el fin de sobrevivir al enorme bache actual, a día de hoy en España desconocemos qué va a pasar.
Gracias a los aciertos, y también a los fallos que han cometido algunas aerolíneas y los países a los que pertenecen, nos atrevemos a apuntar por dónde se podría encauzar el problema.
Nacionalizaciones
Intervenir estatalmente una compañía aérea con baja viabilidad, o que arrastra un importante déficit, es comprar deuda futura que tendrán que asumir los ciudadanos de su país.
A diferencia de lo que ocurre en el mercado estadounidense, en Europa se miran más las banderas que las rentabilidades.
Mientras que en EEUU si una compañía no funciona simplemente se deja morir, y normalmente es sustituida por otra similar rápidamente, en el Viejo Continente se tiende a un excesivo proteccionismo, que lleva a casos como el de Alitalia, aerolínea bandera italiana que suma 3 años en quiebra sostenida a base de capital público.
Italia podría prescindir de Alitalia, y su cuota de mercado se repartiría entre el resto de la competencia, al igual que Malta de Air Malta, Croacia de Croatia Airlines, Finlandia de Finnair, Polonia de LOT, o Rumanía de Tarom, por poner sólo algunos ejemplos.
Confundir el significado de la palabra patriotismo, y dedicarse a nacionalizar aerolíneas que ni pinchan ni cortan, equivale a entregar un cheque que deberá ser avalado con los impuestos de todos los contribuyentes, una pésima idea en situaciones de crisis como la actual.
Garantías
Ninguna empresa, particular, o autónomo, recibe dinero público en forma de crédito a fondo perdido.
La administración Trump ha establecido que todas las compañías aéreas que se beneficien del plan global de rescate, valorado en 25 mil millones de dólares, deberán devolver un mínimo del 30% del capital asignado a cada una de ellas.
Además, para poder acceder a dichas ayudas, antes se verán obligadas a presentar avales por un importe equivalente al 10% del total percibido de manera individual.
Quien no pueda cumplir los términos descritos, no podrá beneficiarse de este sistema de ayudas.
Esto mismo lo ha llevado Israel hasta sus últimas consecuencias, y mientras sí ha garantizado préstamos para dos de las aerolíneas nacionales, Israir y Arkia, ha dejado en vilo a la más importante y representativa del país: El Al.
A pesar de ser la que más cuota de mercado tiene, y la más reconocida internacionalmente, no recibirá dinero público hasta que pueda garantizar que será capaz de devolverlo.
Proteger a los trabajadores
Las aerolíneas estadounidenses que se beneficien del plan de rescate elaborado para el sector, no podrán realizar despidos en sus plantillas, como mínimo hasta el 30 de Septiembre de este año.
Además, tampoco podrán utilizar el estado de alarma ni la crisis actual para justificar la modificación de acuerdos a los que hayan llegado con sus trabajadores, como convenios colectivos y similares.
Con esta medida se intenta evitar que la compañía se deshaga de buena parte de su plantilla, perciba una ayuda estatal para poder volver a contratar a los trabajadores de baja, y no llegue a hacerlo nunca, o lo haga modificando sustancialmente las condiciones laborales previas.
Prioridades
Suecia ha decidido no ayudar económicamente a la aerolínea Norwegian. El país escandinavo tiene una importante labor por delante si quiere conseguir reflotar a SAS, compañía que comparte con Noruega y Dinamarca.
A consecuencia de esta decisión, Norwegian ha prescindido de todos sus trabajadores con base en Suecia.
Es una evidencia el apuntar que el mercado aéreo se ha desplomado en su conjunto, y según estimaciones de IATA, tardará un mínimo de dos años para volver a alcanzar los niveles que tenía a principios de 2020.
Muchas aerolíneas ya no serán viables y tendrán que ser sacrificadas, con el fin de que otras puedan sobrevivir.
Con un presupuesto limitado, va a ser necesario priorizar y establecer claramente los términos de cada plan de rescate. Es mejor dar mucho dinero a unas pocas, y garantizar su estabilidad en el futuro más próximo, que dar poco dinero a muchas, y que no sirva absolutamente para nada.
Caso Hong Kong
La antigua colonia británica ha establecido un plan de rescate que en uno de sus apartados se apoya en la cuota de mercado que tenía cada aerolínea antes de la crisis.
De esta manera, el gobierno de Hong Kong comprará billetes de avión a las 4 compañías principales del territorio autónomo, de manera proporcional al volumen de ventas que mantenían.
Una parte de esos billetes se entregarán de manera gratuita a los residentes, y otra se utilizará para realizar promociones turísticas en el extranjero.
Creemos que es una idea original, justa y factible, y que en el caso de nuestro país también podría llegar a funcionar.
En España
No nos cansaremos nunca de repetirlo, y menos en estos momentos críticos: se hace vital promocionar el turismo doméstico, y subvencionar los vuelos entre la Península y las Islas.
El importante bajón de visitantes extranjeros que vamos a experimentar este año, puede ser en parte compensando con turismo nacional, siempre que las tarifas aéreas lo permitan.
Hasta ahora, le resultaba bastante más económico viajar a nuestras Islas a cualquier ciudadano inglés o alemán, algo que denunciamos desde Turama en repetidas ocasiones.
Si se va a entregar dinero público a las compañías aéreas para que estas puedan seguir desarrollando su labor, es necesario el compromiso no sólo de no subir sus tarifas, sino de adecuarlas para que sean asequibles a la gran mayoría de ciudadanos que han pagado con el dinero de sus impuestos dichos rescates.