La llegada de la pandemia fue el golpe más duro que han tenido que soportar los sectores aéreo y turístico en toda su historia.
Un capítulo negro que no sólo todavía permanece sin cerrar de manera definitiva, sino que además los expertos afirman que podría volver a repetirse en un futuro próximo, con el mismo tipo de virus o con otros que a día de hoy desconocemos, ha obligado a tomar medidas urgentes y a acelerar procesos tecnológicos que no se esperaban a corto plazo.
Es evidente que la situación nos ha pillado a todos a pie cambiado, lo que obliga a comenzar a implementar sistemas que eviten una nueva catástrofe.
Esa es precisamente la conclusión a la que han llegado los responsables de más de 200 aeropuertos pertenecientes a 80 países de todo el mundo, reunidos en una cumbre virtual celebrada entre los días 15 y 17 de este mismo mes.
La necesidad de minimizar riesgos y evitar el contacto físico innecesario, sea con otras personas o a través de objetos, se han convertido en las máximas prioridades.
Tecnología Contactless
En estos momentos, prácticamente todo el mundo está ya acostumbrado a pagar sus compras acercando la tarjeta de crédito a cualquier TPV, o incluso haciendo uso de su propio teléfono móvil.
Atrás y muy lejos quedó la vieja costumbre de tener que estar intercambiando billetes y monedas de unas manos a otras.
Pero la tecnología contactless no se queda sólo ahí, ya que ha abierto un buen número de opciones que cada día se ven más en los aeropuertos.
Puertas automáticas, cisternas y grifos que se activan al acercar una mano al sensor correspondiente, códigos QR para escanear que evitan tener que manipular cualquier tipo de documentación escrita, o incluso el propio menú de un restaurante, entre otras, son ya mejores habituales y fáciles de comprobar en los principales aeródromos.
Este tipo de tecnología ha demostrado ser una excelente solución cuando lo que prima es evitar la interacción entre personas, o entre personas y objetos, por lo que actualmente todos los servicios que requerían de cierto grado de contacto físico, se están convirtiendo progresivamente en contactless.
Biométrica
Aunque podría encuadrarse también dentro del punto anterior, hemos querido diferenciar y resaltar en otro apartado los avances biométricos del presente y del futuro más próximo.
Lo que hasta hace unos pocos años parecía sólo ciencia ficción, hoy es una realidad que muchos pasajeros ya han podido experimentar en sus viajes.
La biométrica se encarga de registrar parámetros tales como nuestros rasgos faciales, el número de personas que se encuentran en un punto determinado del aeropuerto a una hora concreta, o la velocidad a la que se están pasando los controles de seguridad, por ejemplo.
Con esto se consigue que, previo registro antes de su utilización, muchos viajeros puedan ya desplazarse por el interior de diversos recintos aeroportuarios sin tener que estar presentando su documentación a cada momento.
Cámaras y sensores ubicados en puntos estratégicos, se encargan de grabar datos de pasaportes, tarjetas de embarque o visados, entre otros, para que el viajero no precise enseñarlos a ningún empleado, reduciendo de manera considerable los engorrosos trámites administrativos que todos conocemos.
De este modo, no sólo se minimiza el contacto y la interacción, sino que además se agiliza al máximo el tránsito de los viajeros que llegan, que van a salir, o que tienen que hacer escala en cualquier aeropuerto.
El análisis de parámetros biométricos de los pasajeros dentro de un aeropuerto, también permite saber con antelación en qué punto se pueden llegar a formar colas, y actuar antes de que se produzcan graves retenciones.
Colas virtuales
En relación con el apartado anterior, otra de las mejoras que ya se está implementando y no sólo en los aeropuertos, son las colas virtuales.
A través de distintas aplicaciones, al viajero se le asigna una hora en concreto para ser atendido, por lo que ya no tiene que guardar cola y esperar pacientemente su turno.
Lo bueno de este sistema es que no sólo evita las aglomeraciones y esperas, reduciendo con ello el peligro de un posible contagio, sino que además ha demostrado aumentar considerablemente los ingresos por ventas de los aeropuertos donde se ha puesto en práctica.
Al no tener que estar guardando su sitio de manera presencial para poder ser atendido, el viajero tiene mucho más tiempo libre para circular por el aeropuerto, dedicando parte del mismo a realizar compras y consumiciones.
El viejo y obsoleto sistema de tener que guardar o hacer cola, quedará en breve totalmente desterrado.
Check in y facturación inteligente
Cada vez son más los pasajeros que obtienen las tarjetas de embarque para cada vuelo, tras realizar el correspondiente check in en sus propios domicilios.
Cuando ni siquiera necesitan facturar equipaje, pueden acceder directamente a las terminales correspondientes, sin tener que pasar previamente por los mostradores de las aerolíneas.
Actualmente, muchos aeropuertos están implementando el sistema de facturación inteligente, gracias al cual aún en el caso de tener que viajar con maletas, no es necesario ser atendido por empleados de la compañía aérea.
El pasajero recibe un código de barras (o QR) que es escaneado por el sistema de facturación inteligente. A partir de ese momento, sólo tiene que colocar la cinta adhesiva identificativa que se le facilita sobre su equipaje, y la aplicación se encarga de hacer llegar las maletas a donde corresponda.
SAC virtual
Hemos dejado para el final otro tipo de sistemas cada vez más habituales, que aunque son vendidos como un gran avance, para nosotros implican un importante retroceso.
Estamos hablando de los Servicios de Atención al Cliente, tanto de aeropuertos como de compañías aéreas, que con el fin de reducir la presencialidad de empleados y los costes añadidos que esto supone, están recurriendo a aplicaciones online.
Los famosos y odiados «bots» con los que nos encontramos habitualmente, no sustituyen de ninguna manera a la profesionalidad de un ser humano, sobre todo en el caso de una incidencia.
Tener que chatear virtualmente con una supuesta inteligencia artificial, cuando se ha perdido un vuelo o la maleta no ha llegado a destino, en la gran mayoría de los casos desespera un poco más (si cabe) a los pasajeros afectados.
En nuestra opinión, quizás se trate de uno de los pocos servicios en los que si se agradece el poder interactuar y ser atendido por otra persona, aunque esta no se encuentre físicamente en nuestra misma ubicación.
De hecho, la atención pre-venta y post-venta, es hoy en día uno de los parámetros que más valoran los pasajeros a la hora de viajar con una u otra aerolínea, incluso en ocasiones por encima del precio de los billetes.
Algunos aeropuertos han optado por la eliminación de los antiguos mostradores de información, sustituyéndolos por pantallas interactivas táctiles que disponen de infinidad de menús, lo que al final provoca que la consulta que presencialmente se resolvía en pocos segundos, ahora pueda llegar a dilatarse hasta varios minutos.
Igual que los acontecimientos del 11-S cambiaron para siempre tanto el sector aéreo como el turístico, la pandemia está provocando otra escalada tecnológica sin precedentes que, en la mayoría de los casos, nos permitirá viajar de manera más ágil y eficiente.