Se trata de un caso que ha levantado gran polémica entre la opinión pública del Reino Unido.
La aerolínea irlandesa de bajo coste Ryanair, sostiene que se trata de un error cometido por los propios viajeros, mientras que estos argumentan exactamente lo contrario.
Lo único verdaderamente cierto es que ambas partes se están tirando mutuamente los trastos a la cabeza, y que este asunto acabará irremediablemente en un juzgado.
Los hechos se remontan al pasado 4 de Octubre, fecha en la que Humaira y Farooq Shaikh se personaron en el aeropuerto londinense de Stansted para volar hasta Sevilla.
El viaje era un regalo de su hijo Suleman, tras haber finalizado con éxito la carrera de medicina.
Humaria y Farooq pasaron los controles pertinentes y esperaron en la sala de embarque antes de acceder al avión, sin saber que habían estado haciendo cola en el lugar equivocado.
Antes de entrar al aparato, sus tarjetas de embarque fueron revisadas por el personal de tierra de Ryanair, sin detectar ningún problema, y una vez más se procedió a verificar las mismas tras acceder al interior de la aeronave.
Ni los dos pasajeros, ni los empleados de Ryanair, se percataron de que el avión que habían tomado tenía su destino en la isla griega de Zante.
El vuelo se realizó con total normalidad, y no fue hasta poco después de aterrizar en la isla griega cuando comenzaron los problemas.
Tras activar sus teléfonos móviles, ambos recibieron un mensaje que decía «Bienvenidos a Grecia». En un principio, pensaron que podría tratarse de un error, pero sus sospechas se confirmaron cuando preguntaron a un taxista que les ofreció sus servicios a la salida del aeropuerto.
Una vez superado el susto inicial, se dirigieron a los mostradores de Ryanair para comentar lo sucedido.
Según su versión de los hechos, tras relatar lo que les había pasado varios empleados comenzaron a reírse, una actitud que acabó enfadando a los dos afectados.
El siguiente avión de Ryanair con destino a Londres despegaba en 4 días, pero la aerolínea sólo les ofreció una noche de hotel.
Finalmente, decidieron contactar telefónicamente con su hijo, el cual les gestionó la espera en Zante y consiguió nuevos billetes para regresar a Londres.
El importe del vuelo a Sevilla, el correspondiente al hotel que habían contratado y el de dos excursiones que tenían programadas, se perdió sin posibilidades de reembolso, al no haber podido llegar a España en las fechas correctas.
La familia Shaikh procedió a presentar una reclamación a Ryanair, recibiendo como respuesta el siguiente mensaje:
«Todos los mostradores de entrega de equipaje de Ryanair están claramente identificados, y las pantallas encima de ellos muestran el número de vuelo y el destino. La tarjeta de embarque de cada cliente también indica de una manera clara su número de vuelo y destino. Es responsabilidad de cada pasajero el asegurarse de seguir los procedimientos correctos y tomar nota de la información que se pone a su disposición».
Sin embargo, el representante legal de los Shaikh no está precisamente de acuerdo con el contenido de este correo, y alude a un flagrante fallo de seguridad en los procedimientos internos de Ryanair.
De acuerdo con su criterio, Ryanair no debería haber permito el acceso de dos pasajeros que portaban sus tarjetas de embarque con destino en Sevilla, al interior de un avión que volaba a Grecia, tras haber comprobado las mismas antes del embarque y posteriormente dentro del propio aparato.
Como comentábamos al comienzo, parece que no hay acuerdo posible entre las dos partes, las cuales se culpan mutuamente de lo sucedido, por lo que habrá que esperar para comprobar la resolución judicial oportuna.