El sector aéreo mundial vivió una de las noticias más relevantes de su historia un 14 de Febrero de 2013.
En esa fecha, American Airlines anunciaba la adquisición de U.S. Airways, aerolínea que llevaba varios años atravesando por graves dificultades económicas, y ya había superado dos quiebras técnicas en 2002 y 2004.
La decisión de hacerse con U.S. Airways, convertiría finalmente a American en la compañía aérea más grande del planeta.
Una década después, podemos estar ante un caso similar en Sudamérica, que de confirmarse colocaría a la brasileña Azul en una posición de verdadero privilegio.
Según ha declarado al periódico chileno Diario Financiero el máximo responsable de la aerolínea brasileña, John Rodgerson, Azul habría comunicado una propuesta en firme para hacerse con LATAM.
LATAM es la compañía aérea más grande de Sudamérica, y su presunta venta resultaría en uno de los bombazos informativos más destacados del año.
Lo que sabemos hasta ahora es que Azul, apoyada por algunos inversores de LATAM (de momento no identificados), habría presentado su propuesta en la misma sede judicial en la que la compañía chilena solicitó la protección especial por quiebra que otorga la legislación de los EEUU.
El momento escogido para hacer pública esta decisión comercial fue calculado con gran precisión, ya que LATAM tiene de plazo hasta el próximo 26 de Noviembre para finalizar su plan de reorganización económica.
A los directivos de LATAM no les ha hecho ninguna gracia la noticia, declinando comentar sobre lo que consideran una «propuesta de compra hostil».
El resultado de una hipotética fusión entre LATAM y Azul, otorgaría más del 50% del mercado aéreo sudamericano a la brasileña, que además controlaría prácticamente el 60% del de su propio país.
La nueva aerolínea tendría importantes hubs en Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, y su lista de destinos llegaría hasta Australia, gran parte del continente africano, y también del europeo.
En total, dispondría de 464 aeronaves, una flota más grande que la de la norteamericana Alaska Airlines, y casi el doble de la que tiene actualmente British Airways.
Tras conocerse la decisión de Azul, ha comenzado una auténtica revolución de propuestas de uniones, sinergias, colaboraciones, y compras en el sector.
Avianca ha puesto sus ojos en la ultra lowcost chilena Sky Airline, mientras que American Airlines acaba de hacer lo propio con la también brasileña GOL, que a su vez está inmersa en la compra de MAP Transportes Aéreos.
Sin embargo, existe un «pero» que podría dificultar en gran media la venta de LATAM a Azul.
Azul cuenta entre sus accionistas con la compañía estadounidense United Airlines y la portuguesa TAP, mientras que LATAM está respaldada por Delta Air Lines y Qatar Airways.
Una hipotética venta de LATAM, que todavía se encuentra bajo la protección del capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los EEUU, podría llevar al traste las inversiones de Delta y Qatar.
En todo caso, las espadas están en estos momento en el aire, y nadie se atreve a aventurar ningún posible final para esta situación.
Lo que es innegable, es que estamos ante uno de los momentos más decisivos en la historia del sector aéreo sudamericano, que puede dar la gran campanada internacional en el caso de que Azul logre hacerse con LATAM.