Sólo durante la última semana, las aerolíneas American Airlines y United Airlines han despedido a un total de 32.000 trabajadores. Según datos aportados por la U.S. Travel Association, de seguir esta tendencia negativa, para finales de Diciembre se podrían llegar a perder más de un millón de puestos de trabajo en el sector aéreo estadounidense.
Mientras tanto, en Europa empeoran las previsiones que se habían realizado tras la reapertura de fronteras, poniendo en peligro a cientos de miles de profesionales que hasta el pasado mes de Marzo prestaban sus servicios en diversas compañías aéreas.
La arbitrariedad y falta de consenso a la hora de aprobar una normativa común que regule la libre circulación de ciudadanos entre países, así como la implementación de diferentes restricciones sanitarias, en ocasiones contradictorias, entre los gobiernos de la UE, han conseguido sembrar el caos y provocar la caída en picado del número de pasajeros.
La lluvia incesante de despidos, que a estas alturas ya se ha convertido en tormenta tropical, está provocando auténticos dramas que parecen sacados del guión de algunas series televisivas de reciente éxito.
Este es el caso de Alexandra D., de 27 años de edad, condenada a 28 meses de cárcel por narcotráfico en un juzgado de la localidad británica de Stoke-on-Trent.
Durante los meses del confinamiento recibía una notificación de la compañía aérea en la que trabajaba como tripulante de cabina, confirmándole que debido a la situación de crisis por la que atravesaba el sector, se veían obligados a prescindir de sus servicios.
Alexandra comenzó a buscar trabajo en otras aerolíneas, pero el panorama era igual de devastador en todas ellas, y poco después se encontró en una situación financiera grave.
En apenas dos meses perdía el piso que tenía alquilado cerca del aeropuerto londinense de Luton, en el que se ubicaba su base, decidiendo entonces mudarse a un pequeño pueblo del condado de Staffordshire, en el centro del país, donde estaban la mayoría de sus amigos.
Desesperada por encontrar alguna manera de ganar dinero, acabó contactando con un hombre a través de una conocida red social, el cual le ofreció la posibilidad de hacer la entrega de un paquete de cocaína.
Durante una investigación llevada a cabo por la policía, esta encontró 81 bolsitas conteniendo polvo blanco escondidas en la mesilla de su habitación, confirmando posteriormente que se trataba de cocaína.
La droga incautada tenía un valor en el mercado de 4.500 libras, por lo que Alexandra tuvo que someterse a un juicio por narcotráfico.
Su abogado, Paul Cliff, declaraba a los medios de prensa que la acusada «proviene de una buena familia y siempre ha trabajado como tripulante de cabina en diversas compañías aéreas. Nunca antes había tenido contacto con las drogas, ni antecedentes policiales de ningún tipo, pero tras perder su trabajo y posteriormente el apartamento en el que vivía, acabó aceptando el encargo propuesto víctima de la desesperación. Su máxima preocupación en todo momento fue que su familia y amigos se enterasen de lo sucedido».
Sin embargo, el Juez David Fletcher indicaba en su sentencia que «a pesar de todo, debería de haber entendido que lo que estaba haciendo era un delito».
Al Sur del país y muy cerca de la ciudad de Londres, en la localidad de Maidenhead, residía Darcy Kalyan, empleado de British Airways que también era despedido de su puesto de trabajo durante la pasada Primavera.
Tras su inesperada salida de la aerolínea británica, Darcy caía en una profunda depresión, evitando salir de casa y el contacto con familiares y amigos.
Darcy había sido ascendido en Diciembre de 2019, y apenas 4 meses después se veía obligado a abandonar su puesto en British Airways, una situación que le causó un gran impacto y enorme estrés emocional.
Durante el pasado mes de Julio, y tal y como había amenazado con hacer British Airways, fue contactado de nuevo por la aerolínea para regresar a su trabajo, con la condición de firmar un nuevo contrato aceptando una muy importante reducción de salario.
No se sabe exactamente qué ocurrió durante dicha conversación, pero Darcy permaneció durante todo el día sentado en el sillón de su casa, abandonando el domicilio durante la noche sólo para comprar una botella de alcohol.
A la mañana siguiente fue encontrado por su esposa tirado en el suelo y sin vida, víctima de un fallo hepático supuestamente provocado por la ingesta masiva de alcohol.
Ambas historias han conmocionado a la opinión pública del Reino Unido, al mismo tiempo que los comentarios sobre los dos sucesos están provocando importantes enfrentamientos dialécticos entre muchos ciudadanos.
Mientras que unos afirman que ante una situación similar cualquiera podría haber seguido los mismos pasos, otros defienden que actualmente ya hay cientos de miles de profesionales del sector aéreo en el paro, y la inmensa mayoría han asumido su nueva situación sin llegar a semejantes extremos.