La compañía aérea escandinava SAS ha sido la última en confirmar la cancelación del 50% de las operaciones que tenía previstas para este Verano, una vez que sus pilotos han decidido declararse en huelga.
Esta medida afectará a más de 30.000 pasajeros al día, los cuales tendrán que volver a replantearse sus vacaciones.
Debido a dicha situación, esta misma mañana SAS se ha declarado en quiebra, solicitando la protección que otorga el Capítulo 11 del procedimiento administrativo correspondiente en los EEUU.
A partir de este momento, habrá que esperar para comprobar el plan de reestructuración presentado por la compañía y su viabilidad.
Por su parte, la belga Brussels Airlines se ha visto obligada a cancelar 657 vuelos programados para los meses de Julio y Agosto, después de que los sindicatos de trabajadores de la aerolínea amenazasen con declararse en huelga.
Peter Gerber, CEO de Brussels, decidió en el último momento acceder a las peticiones realizadas por los representantes de los empleados, que llevan varias semanas advirtiendo sobre la incapacidad de atender la fuerte demanda existente sin haber podido recuperar a buena parte de la plantilla, que había abandonado la aerolínea durante los peores meses de la pandemia.
En el caso de la lowcost irlandesa Ryanair, se confirman también otros 12 días de huelga en el mes de Julio, más concretamente desde el 12 hasta el 28 de dicho mes.
El objetivo de este nuevo parón es obligar a la directiva de Ryanair a volver a sentarse en la mesa para retomar la negociación de un convenio colectivo.
Desde la compañía se ha asegurado que esta medida «no tendrá grandes repercusiones para Ryanair ni sus pasajeros».
Pero no sólo hablamos de la creciente conflictividad laboral dentro de las aerolíneas, ya que también existen muchos problemas en diversos aeropuertos del Viejo Continente.
El pasado Sábado se tuvieron que cancelar 1.300 vuelos que tenían previsto aterrizar o despegar desde el aeropuerto parisino Charles de Gaulle.
No sólo los empleados directos del aeródromo están protestando por las condiciones laborales, sino también los bomberos que prestan sus servicios en el mismo.
Por este motivo y debido a razones de seguridad obvias, ha sido necesario el cierre temporal de las pistas, lo que terminó afectando a 1 de cada 5 vuelos.
Una situación muy similar a la sucedida el pasado Viernes en el aeropuerto alemán de Hamburgo, donde el sindicato Verdi había convocado la primera jornada de protesta en reclamación de un incremento salarial para sus trabajadores.
En ambos casos, se ha asegurado que los parones continuarán mientras no se alcancen acuerdos entre todas las partes implicadas.
Aunque a día de hoy no hay previsiones de huelga, el aeropuerto de Lisboa también atravesó su propia crisis el pasado Sábado, cancelando un total de 65 vuelos.
Los responsables del aeropuerto lisboeta han asegurado que se han visto afectados de manera indirecta por todas las incidencias registradas en otros países europeos durante el fin de semana.
Por último, también se ha confirmado la huelga de los empleados de British Airways en el aeropuerto londinense de Heathrow, que tendrá lugar a finales de Julio y principios de Agosto.
A todo esto, hay que sumar las incidencias que ya conocíamos desde hace días, y que en su momento resumimos en este post:
Estas son las incidencias programadas en los aeropuertos europeos para lo que resta de Verano.
En definitiva, un panorama verdaderamente desolador el que está afectando al sector aéreo, rescatado durante la pandemia a todos los niveles gracias al dinero del contribuyente, que ahora ni siquiera puede reservar un billete de avión con la garantía de que su vuelo vaya a ser operado.