Desmontando mitos: La verdadera historia del Vuelo 19

La utilización mediática de este accidente dio lugar a un mito que ha pervivido hasta la actualidad.

Fue Vicent Gaddis, redactor de la revista sensacionalista «Argosy», quien acuñó por primera vez el término Triángulo de las Bermudas, en 1964.

Hay muy pocas personas en este mundo que no hayan escuchado en algún momento una historia relacionada con el Triángulo de las Bermudas.

Por supuesto, hablamos de ese triángulo imaginario formado por las islas Bermudas, Puerto Rico y Miami, con una extensión que abarca más de un millón de kilómetros cuadrados de agua.

Noticias de aviones. Noticias de aviación. Extensión del triángulo de las Bermudas

Esta ubicación se convirtió en el escenario en el cual se aparecían desde platillos volantes, a monstruos milenarios y otros fenómenos de difícil explicación, pero todos ellos con un mismo propósito en común: destruir todos los barcos y aviones que osasen atravesar este territorio maldito.

Lo cierto es que el Triángulo de las Bermudas es uno de los pasillos aéreos y marítimos más transitados en todo el mundo, a través del cual viajan millones de pasajeros cada año, y todos regresan salvos y sanos a sus casas sin ninguna anécdota en especial que contar.

El punto de partida de este mito se remonta a 1964, cuando en la revista Argosy se publicaba un artículo con el título «The Deadly Bermuda Triangle» (El Mortal Triángulo de las Bermudas), firmado por Vicent Gaddis.

Noticias de aviones. Noticias de aviación. Titular de la revista Argosy en relación con el triángulo de las Bermudas

En el se narraba la historia del fatídico vuelo 19, que había acabado con la desaparición de 14 hombres en Diciembre de 1945.

Si bien es cierto que se trata de un capítulo bastante oscuro de la historia de la aviación militar, lo cierto es que en esta tragedia no intervinieron en ningún momento hombrecillos verdes llegados desde otros puntos de la galaxia.

No hubo puertas abiertas a otras dimensiones, ni abducciones extraterrestres, ni ningún otro tipo de fenómenos extraños, y todo lo ocurrido fue producto de un gravísimo error cometido por el líder de la expedición.

Esta es la verdadera historia del vuelo 19.

Vuelo 19

A pesar de que la II Guerra Mundial había terminado oficialmente 3 meses atrás, los aviones estacionados en la base de Fort Lauderdale, en Florida, continuaban realizando sus prácticas habituales de tiro.

Noticias de aviones. Noticias de aviación. Componentes de la patrulla del vuelo 19 en Fort Lauderdale

En el primer turno de la mañana del día 5 de Diciembre de 1945 había partido una patrulla de Grumman TBA Avenger, con la misión de volver a dejar caer sus bombas, una vez más, sobre un pequeño arrecife que servía como campo de prácticas, conocido con el nombre de «Hen and Chickens Shoals».

Los Avenger eran unos aparatos duros y resistentes, bien conocidos por su capacidad para llevar hasta el fondo del océano a cualquier barco o submarino enemigo, y que obtuvieron su mayor crédito durante la Batalla de Midway.

Sin embargo, su equipación tecnológica era la que correspondía a mediados de los años 40, por lo que los pilotos normalmente los volaban haciendo uso de lo que se conoce como «navegación a estima», principalmente en rutas sobre el mar y donde no había otro tipo de ayudas para orientar a las tripulaciones.

De esta manera, lo que se calculaba era la velocidad del aparato y el tiempo que iba a necesitar para cubrir un trayecto específico, y con estos datos se volaban rutas en las que las referencias visuales eran muy escasas.

A las 14:10 del mismo día se registraba el despegue de otros cinco TBA Avenger desde la base de Fort Lauderdale, liderados por el teniente Charles Taylor, experimentado piloto que contaba con 28 años de edad y que había entrado en combate durante la guerra en el frente del Pacífico.

Noticias de aviones. Noticias de aviación. 5 aeronaves del modelo TBA Avenger

En total, 14 hombres con la misma misión de dejar caer sus bombas sobre las aguas de «Hen and Chickens Shoals», y regresar a la base.

A primera vista, el plan de vuelo era verdaderamente sencillo:

El primer tramo se volaba siguiendo un rumbo de 091 grados, que llevaba directamente hasta el punto exacto del bombardeo.

Una vez alcanzado este, se seguían otras 77 millas antes de virar hacia la izquierda, para tomar un rumbo de 346 grados durante 84 millas más.

El último y tercer tramo consistía en poner rumbo 241 grados, con el fin de cubrir las 140 millas que llevarían de nuevo hasta Fort Lauderdale.

Noticias de aviones. Noticias de aviación. Ruta propuesta para el vuelo 19

Durante la mayor parte del tiempo que duraba esta misión, la patrulla se encontraría fuera de la cobertura del radar de la base, aunque se podían mantener conversaciones por radio desde tierra de manera esporádica.

El teniente Charles Taylor notificó la suelta de bombas a las 15:00 horas, comunicando que proseguían con el plan establecido.

Sin embargo, a las 15:40 horas los operarios de la torre de control de Fort Lauderdale escucharon una conversación muy preocupante entre Edward Powers, piloto a los mandos de otro Avenger, y el teniente Charles Taylor.

Powers se expresaba de la siguiente manera: «No sé dónde estamos, creo que nos perdimos después del último viraje».

Añadiendo todavía más tensión a la situación, Charles Taylor contestaba así: «Estoy intentando localizar Fort Lauderdale. Estoy sobrevolando tierra, estoy seguro de que estamos sobre los Cayos, pero no sé cuánto nos hemos desviado hacia el sur. No soy capaz de llegar a Fort Lauderdale».

El teniente Taylor se refería a los Cayos de la Florida, una serie de islas que se extienden a lo largo unos 200 km desde el sur de la Península de Florida.

Noticias de aviación. Noticias de aviones. Los Cayos de Florida

Era obvio que no se había seguido el plan establecido, porque en 40 minutos desde la suelta de bombas Taylor tenía que ser consciente de que la patrulla no podía estar sobrevolando los Cayos.

Todo apuntaba a que quizás durante el transcurso de la misión se podría haber decidido acortar la misma y volar un «atajo» para regresar antes a la base, pero los cálculos que se hicieron sobre la marcha no fueron los correctos, ya que de acuerdo con la lectura que obtuvo otro radar ubicado en tierra, lo que realmente habrían sobrevolado era la Isla de Grand Bahama.

Noticias de aviones. Noticias de aviación. Isla de Grand Bahama

Otra posibilidad que se barajó y por la cual finalmente se exoneró de toda responsabilidad al teniente Taylor, contemplaba una avería en la brújula de su aeronave.

En todo caso, la patrulla se encontraba en el Atlántico y al Este de la costa de Florida, mientras que Taylor estaba convencido de que su posición era al suroeste de la base de Fort Lauderdale, en pleno Golfo de México.

De nuevo, a las 16:45 la radio captaba la voz del teniente Taylor indicando lo siguiente: «Tomamos rumbo 030 grados durante 45 minutos, después volaremos con rumbo norte para confirmar si estamos en el Golfo de México».

Lamentablemente, esa decisión los alejaría todavía más de la costa de Florida, metiéndolos de lleno en el Atlántico, y la base desde cuyo radar se había podido localizar a la patrulla durante unos breves segundos, era incapaz de ponerse en contacto con los aviones.

Lo que sí se pudo escuchar desde Fort Lauderdale fue la conversación que mantenían los dos pilotos más jóvenes de la patrulla, los cuales y a pesar de su falta de experiencia parecían los únicos que estaban realmente bien ubicados, ya que uno de ellos exclamó por radio «¡Al Oeste!, si volamos hacia el Oeste llegamos a casa», mientras que el otro le replicaba «¡Vuela hacia el Oeste, jod**!».

Si ambos hubiesen seguido su instinto, habrían alcanzado tierra sin mayor problema, pero finalmente decidieron mantener la disciplina militar en la que habían sido entrenados, y se limitaron a mantenerse al lado del avión del teniente Taylor.

Probablemente después de discutir la situación entre todos los pilotos de la escuadrilla, a las 17:24 se escuchaba una vez más al teniente Taylor: «Volaremos con rumbo 270 grados, hasta que encontremos tierra o nos quedemos sin combustible».

En este punto, era evidente que Taylor sospechaba el posible error que había cometido.

Pero no, nada más lejos de la realidad, a las 18:04 cambiaba de opinión otra vez y de manera dubitativa se volvía a dirigir al resto de aviones: «Yo creo que no hemos volado el suficiente tiempo en rumbo Este. Lo que debemos de hacer es dar la vuelta y volar con rumbo Este otra vez».

Todos eran conocedores de que ya no había margen de maniobra, el tiempo se acababa y las posibilidades de llegar a tierra eran muy remotas.

La última conversación captada se produjo a las 18:20, y correspondía al teniente Taylor informando a todos los integrantes de la patrulla: «Vamos a juntarnos todos lo más cerca que podamos, … lo más probable es que tengamos que intentar un amerizaje. Cuando el primer avión se quede por debajo de los 10 galones de combustible, nos vamos todos abajo».

A las 19:30 horas, tres aeronaves despegaron desde Fort Lauderdale para intentar localizar a los 5 aviones, con la pésima suerte de que una de ellas, un Martin PBM Mariner, que llevaba a bordo a 13 tripulantes, sufría una explosión en pleno vuelo y se precipitaba al mar justo delante de un barco carguero, el SS Gaines Mills.

Noticias de aviones. Noticias de aviación. Avión Martin PBM Mariner

En total, 27 hombres perdieron la vida ese mismo día, 14 de ellos víctimas de un error garrafal, y otros 13 a consecuencia de una explosión en el tanque de combustible del avión en el que volaban, una avería que ya se había repetido en otras ocasiones anteriores con el mismo trágico resultado.

Es absolutamente natural que a la vista de lo sucedido, cualquiera podría atribuir los hechos a las fuerzas del mal, o a algún otro tipo de brujería extraña, sobre todo en un período post guerra donde estaban especialmente de moda todas las noticias sobre supuestos Ovnis.

Lo cierto es que estar dentro de un avión de combate en aquella época era una profesión que acarreaba un muy alto riesgo, y sólo Fort Lauderdale había registrado 95 pilotos fallecidos entre 1942 y 1945.

Averías mecánicas, salidas de pista, y accidentes de todo tipo ocurrían con demasiada frecuencia, y en ninguno de ellos intervenían seres venidos de otros planetas.

La leyenda del vuelo 19 se agrandó todavía más durante los años, convirtiéndose en uno de los clásicos favoritos de todos los amantes del misterio, principalmente porque ni los aviones ni los cuerpos de los pilotos pudieron ser localizados.

Steven Spielberg los representaba bajando de un platillo volante en su película «Encuentros en la Tercera Fase» (Close Encounters of the Third Kind, 1977), con sus uniformes intactos tal y como habían despegado el 5 de Diciembre de 1945.

En este film, los 5 avengers aparecían misteriosamente en medio del desierto (algo que obviamente no ha pasado).

Noticias de aviones. Noticias de aviación. Fragmento de la película Encuentros en la tercera fase

Lo que muchos no saben, porque es una información que podría tumbar todas las teorías conspiranóicas sobre lo ocurrido, es que en Mayo de 1991 un buscador de tesoros que intentaba localizar galeones españoles en las profundidades del Atlántico, se encontraba con los aviones desaparecidos.

La noticia nunca pudo ser confirmada, porque no fue posible identificar los números de registro de cada aparato.

Sin embargo, las probabilidades de encontrar exactamente 5 aeronaves de este modelo en concreto, las 5 hundidas en una misma zona, que además se correspondería con el área aproximada en la que los aviones se habrían quedado sin combustible, y que no se trate de los 5 Avenger desaparecidos en el vuelo 19, son más que remotas.

Los aviones no fueron ni abducidos ni atravesaron ninguna puerta dimensional, ya que al menos dos de sus pilotos sabían donde estaban.

El empeño y la terquedad de un teniente, y la férrea disciplina militar, acabaron con la vida de todos los integrantes del vuelo 19, aunque desde luego también opinamos que es mucho más bonito pensar que están vivos y bien cuidados en manos de seres extraterrestres…

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