Destino Islandia: Selfoss

Bajando desde Reykholt por la carretera número 1, en dirección sur, y entrando en lo que han denominado el «círculo de oro» de Islandia, llegamos a Selfoss.

Ojo, porque antes de llegar y, más o menos, a la altura de Reykjavik, hay que pagar el único peaje del viaje: un túnel bajo el mar de, aproximadamente, 5 km y a razón de euro por kilómetro. Para los que somos de letras, esto sumaría alrededor de 5 euros al cambio.

Selfoss es una pequeña población bastante anodina, sin nada característico para ver allí, pero bastante importante, digásmoslo así, estrategicamente, ya que está muy cerca de 4 grandes atractivos turísticos en esta zona: Pingvellir, Kerid, Geysir y Gullfoss.

Lo bueno de entrar en este círculo de oro, es que las posibilidades de alojamiento se multiplican por 10, ya que abundan todo tipo de guest houses (vamos, lo que viene siendo un hostal de toda la vida) y hoteles.
Lo malo es que es donde se nota más masificación turística, aunque viajando en invierno, como es mi caso, tampoco es nada exagerado.

En esta ocasión, tenía reservada habitación en el Hotel Selfoss. Se parece bastante a lo que sería un 4 estrellas en España, aunque yo le pondría 3 y media.

Una vez establecidos, se procede en dirección norte por la carretera 30, y los 4 destinos mencionados anteriormente van apareciendo sucesivamente sin ningún problema para su localización.

Siguiendo en dirección norte, lo que primero veréis será el cráter de Kerid.
Ojo, hay que pagar para verlo, a razón de 2 euros por cabeza. El precio es bastante simbólico, pero lo que más me cuesta entender es porqué hay que pagar justo para ver uno de los atractivos turísticos, a mi gusto, menos atractivos de la zona, ya que básicamente se trata de un cráter, al que le puedes hacer fotos desde todas las alturas y perspectivas posibles, pero no deja de ser un cráter.
Supuestamente, es para mantener la conservación del lugar, razón por la cual yo ya considero como bien abonados dichos 2 euros.

Siguiendo por la misma carretera y dirección norte, a unos 40 km de Kerid llegaremos a Geysir.
Como su propio nombre indica, se trata de una zona de geisers, un campo geotermal donde veremos la explosión de agua que se lleva produciendo aquí desde hace muchísimos años.
A diferencia de otros sitios donde he visto este fenómeno natural, aquí no hace falta que nadie eche nada dentro del mismo para que se produzca la expulsión de agua y vapor; inexorablemente y cada pocos minutos, veréis una explosión que alcanza los 30 metros de altura y que, debido a la que la temperatura del agua está entre 80 y 100 grados centígrados, observaréis detrás de las zonas indicadas para que no os salpique.
Hay bastantes turistas haciendo fotos, pero como este fenómeno se repite una y otra vez ,continuamente, no tendréis ningún problema para haceros con un buen sitio y sacar unas fotos estupendas.
Además de ver el géiser principal, os recomiendo daros una vuelta por todo la zona. Hay piscinas de barro hirviendo, otros géiseres más pequeños, fumarolas y otros fenómenos característicos que valen la pena.
Justo enfrente del campo geotermal hay hoteles, restaurantes y otras facilidades para turistas.

Siguiendo la misma carretera, y prácticamente al lado de Geysir, llegaréis a Gullfoss.
Allí podréis ver su famosa catarata que, en realidad, no se trata de una catarata, sino de 2: una con una caída de agua de 11 metros y otra, la situada más abajo, con una caída de 21 metros.
Al parecer, la roca que conforma el lecho del río se fué formando durante un período interglacial y durante miles de años el mismo ha seguido idéntico curso.
La verdad es que es un sitio especialmente bonito y, para mi gusto, afortunadamente, muy poco explotado, ya que sólo hay un restaurante-tienda a su lado, con lo que se sigue respetando la integridad de la zona.

Situado más al este y justo encima del lago Pingvallavarn, se encuentra el parque nacional de Pingvellir.
Se trata del parque nacional más antiguo de Islandia y conforma la lista del patrimonio de la humanidad de la UNESCO.
Tiene una importancia simbólica muy alta para Islandia, ya que es donde se formó la asamblea nacional en el año 930, y muchos eventos cruciales para la nación se situaron aquí.
Hay múltiples opciones de paseos, trekkings, visitas, etc, más en verano que en invierno, para quien quiera perderse por sus campos.

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