Es sospechoso de múltiples interferencias en las conversaciones con aviones y helicópteros.
Consiguió hacerse pasar por controlador aéreo del aeropuerto de Berlín durante un periodo de 6 meses.
El pasado 29 de Enero, la policía de Berlín confirmaba a través de su cuenta de twitter la detención de un hombre de 32 años de edad en su apartamento del distrito de Köpenick.
En el momento de la intervención policial mantenía activos en su domicilio dos aparatos de radio con los que supuestamente llegó a contactar con varios aviones de pasajeros, así como con helicópteros de la policía alemana.
De hecho, fue el piloto de uno de estos helicópteros oficiales el que presentó la correspondiente denuncia, tras sospechar en relación con algunas indicaciones que había recibido durante un vuelo.
Aunque a día de hoy ya ha sido puesto en libertad, se le confiscaron los dos aparatos de radio como evidencia de los hechos, y permanecerá a la espera de que se finalice la investigación para conocer los cargos por los que es acusado.
Los datos que se conocen sobre este caso a día de hoy son muy escasos, pero se ha podido confirmar que las interferencias se produjeron de manera intermitente por un período superior a los 6 meses.
Durante ese tiempo, el detenido fue capaz de ir «profesionalizando» las instrucciones que daba a ciertas aeronaves, consiguiendo no levantar sospechas entre sus pilotos.
A pesar de que no se registraron incidentes derivados de su intervención, la policía alemana afirma que estas intrusiones en los canales de radio reservados a las operaciones aéreas, supusieron un «peligro potencial».
Las autoridades de Berlín conocían la incidencia desde hace algún tiempo, pero tuvieron que esperar a establecer un nuevo contacto con el detenido para poder localizar su ubicación exacta.
Finalmente, esto ocurrió el pasado Jueves día 28 de Enero, cuando se volvió a dirigir por radio al piloto de un helicóptero policial.
Gracias a este nuevo contacto se pudo dar aviso a las fuerzas especiales de la Policía Federal alemana, las cuales irrumpieron en su apartamento de la calle Lindenstrasse justo en el momento en el que estaba operando a través de una de las radios confiscadas, en la cual tenía seleccionadas las frecuencias correctas para interferir en las conversaciones de los controladores aéreos.
Este incidente se une a otros similares ocurridos en el pasado, y ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de cifrar las conversaciones que mantienen los pilotos con los controladores aéreos.
Esta idea ya se había valorado en Australia en el año 2016, tras la intrusión de otro hacker que incluso llegó a hacer frustrar el aterrizaje de un avión de pasajeros.